El último disco de Tiger Menja Zebra Anarquia i mal de cap nos llegó en 2017. Han tardado unos cuántos años en volver a la acción, pandemia mediante, pero no han estado quietos. Proyectos paralelos como D.A.R.A.L. y Niczero9 los han mantenido entretenidos.
Ahora vuelven con un disco impresionante en el que rinden homenaje a algunas de las figuras que más admiran como Mimi Parker, Michel Cloup, Kim Gordon o Miguel Noguera, entre otros. El 24 de noviembre actúan en la sala Paral·lel 62 de Barcelona para presentarlo y no os podéis perder su explosivo directo. Hablamos sobre Admirables con D.A.R.A.L y Josep Arnan, alma mater del grupo de Granollers.
¿Cómo surgió la idea de hacer Admirables?
D.A.R.A.L.: Después de la trilogía, nos dimos cuenta que el tercer disco cerraba un círculo. Y a nivel musical, le estuvimos dando muchas vueltas, porque, en tres o cuatro años, desde que acabamos de grabar el disco, han pasado muchas cosas. También musicalmente nos apetecía hacer algo un poco diferente. Ver como evolucionábamos. Habría sido muy fácil hacer un siguiente disco parecido.
Buscamos sonidos nuevos, dando un poco la vuelta en cuanto a sonido. Teníamos claro que queríamos promover más toda la base electrónica y los bajos. A raíz de Niczero9, que habían ido a grabar con un productor y estaban muy contentos, decidimos ir a hacer una prueba con un tema de Tiger. Nos gustó todo el tratamiento y hemos ido evolucionando con cada tema.
A diferencia de los otros discos que llevábamos todos los temas preparados y los grabábamos, esta vez ha sido muy pausado. Hacíamos un tema, íbamos al estudio a grabarlo y, en paralelo, quizás teníamos un par más medio hechos. Ha pasado un año y pico, entre que fuimos a grabar el primer tema y el último. Incluso al final tuvimos que hacer una re-escucha de los primeros para ponerlos todos en común y equilibrarlos.
En cuanto al concepto, quizás también pensamos qué se esperaría de nosotros. Como con la trilogía. Com començar una guerra era más tocar la fibra, vemos como la gente se exaltaba. Superego era, hemos ganado, en plan chulería y Anarquia i mal de cap, era como, todo vuelve a empezar.
¿Cómo podemos salir de aquí y mantener la esencia? Le dimos muchas vueltas, ¿eh? Pensar en cosas que nos den cierto punto de emoción y alegría. Y si pensamos en personas que realmente admiramos y les dedicamos una canción desde el respeto. Sería muy fácil, caer en, David Bowie. Pero dijimos: “no, no, aterricémoslo”. Gente que sea mucho más próxima y que realmente nos hayan impactado a lo largo de los años. O gente que nos ha acompañado, que hemos escuchado mucho.
Josep Arnan: Básicamente buscamos algo que nos generara buenas sensaciones. Los discos anteriores estaban llenos de mucha agresividad, con mensajes muy penetrantes. ¿por qué no hablar de cosas que generen buen rollo?
Sobre todo, queríamos que no todo fueran músicos, a pesar de que, obviamente, hay muchos. Pero miramos también, lo que la gente no se esperaría. Un futbolista como Cantona, por ejemplo. Pero claro, no es un futbolista cualquiera. Por su trayectoria, como es él como deportista y fuera del fútbol. O un tío como Miguel Noguera que, al final, no es alguien ultra-mega famoso. O David Rodríguez, etc. La idea era que dar buen rollo quien lo escuche.
¿Y cómo escogisteis? ¿Cada uno trajo su lista?
J: Íbamos haciéndolas. Algunos los fuimos descartando. La clave era que los dos estuviéramos de acuerdo al 100%. Salió Michel Cloup y los dos dijimos enseguida que sí. O David Rodríguez, al que hemos seguido desde los inicios y produjo las primeras maquetas de Camping.
Hubo personas que fue muy sencillo. Contactamos con todos, excepto, obviamente, los que ya no están, pero lo hicimos con sus entornos. Algunos de la lista inicial, que nos dijeron que sí, después pasaron de nosotros y los descartamos… Al final nos quedamos con ocho con los que nos sentíamos supercómodos. Fuimos a grabar el primer tema, “Éric Cantona”, y todavía no teníamos los otros definidos.
Los temas los hemos trabajado de forma diferente. Antes cada cual hacía uno, prácticamente en un 90%, lo compartía y los otros decían qué pensaban. Una norma que tenemos dentro del grupo es que, aunque alguien se haya pasado 400 horas currando en un tema, si no gusta, se sacrifica y no pasa nada.
En esta ocasión ha sido muy diferente, porque hemos partido de ideas que tenía cada uno, pero los hemos hecho más sobre la marcha. El disco lo hemos hecho nosotros dos, el resto del grupo no ha participado, y ha sido una manera de producirlo muy diferente. Cuando teníamos un tema acabado, íbamos al estudio y lo rematábamos allí. Y luego empezábamos el siguiente.
D: Lo hemos pre-producido o bien en su casa o en la mía. El hecho de hacer un tema pensando en una persona, también implícitamente, lo haces de otro modo. Tanto la música como la letra. Incluso pensábamos: “Esta persona, cuando lo reciba, a pesar de que tiene nuestra esencia, ¿crees que conectará y le gustará? Conforme íbamos haciendo, intentábamos contactar con el homenajeado/a, para explicarle, primero, que le queríamos dedicar un tema, y después para pedirle si le apetecía participar. Pero sin forzar nada, de una manera muy natural. Y hubo gente que a la primera dijo que sí.
Os quería preguntar sobre esto.
D: El disco se llama Admirables, pero después de todo el proceso que hemos hecho con cada persona, a las que ya admirábamos, hace que el nombre tenga mucho más sentido. Por cómo se han vinculado de una manera muy desinteresada y han colaborado en todo lo que se les ha pedido. Ha sido muy compartido. Con cada persona hay una historia.
J: Cuando contactas con gente, los tienes en un pedestal. Michel Cloup, el cantante de Expérience y Diabologum. O Low. Lo primero que te esperas es que ni te contesten. Y no es así. Responden. Michel Cloup se pasó 3 días en casa de D.A.R.A.L. Vino, hizo las voces y grabamos un videoclip con él. Te das cuenta que al final son como nosotros, gente normal. Que ya sé que es una tontería, ¿por qué no tienen que ser gente normal? Te los imaginas y piensas: “son estrellas del rock, no te harán ni caso”, y es todo lo contrario. Y claro, si antes los admirabas, ahora todavía más.
Y después hay las anécdotas con cada personaje. Pepe Rubianes, claro, obviamente ya no está entre nosotros.
Estoy segura que le hubiera encantado la idea.
J: Yo creo que sí. Lo fuimos a visitar al bar del Infierno, que es donde debe de estar, para tener una conversación con él (risas). Tuvimos que pedirle permiso a su hermana, que es la que tiene los derechos universales. Estuvimos un día con ella. Ella se bebía copas de cava y nosotros, birras. Fue una experiencia, porque es todo un personaje. Fue muy divertido.
Cuando llegamos todo fue muy surrealista. Ella estaba muy nerviosa, quería marcharse, después de repente nos pedía dinero para comprar tabaco. Pensé: “Alguien está filmando y nos están tomando el pelo, esto no puede ser verdad”. Al final se relajó, nos dijo que nos daba permiso, a pesar de que no le gustaba. Nos llevó libros, nos los dedicó… Nos dijo que quería conocer a nuestras familias y venir un día en Granollers. Al final fue una conversación muy entrañable.
D: Conocer historias de Pepe en persona, a través de ella, fue genial. También nos decía, que seguramente a Pepe, si estuviera vivo, le gustaría mucho. Habría participado.
Y después el siguiente, es Michel Cloup.
D: Le contactamos por correo. Michel nos decía: “Me gustaría participar, pero yo no podría cantar sobre mí. ¿Cómo lo hacemos?”. Y le dijimos: “¿cómo lo harías si alguien te dedicara una canción? ¿Cuál sería tu reacción? Piensa en esta situación, y vemos qué propones”. Y le dio la vuelta, hizo un anti-retrato suyo muy irónico, con un speech, un spoken word…
Nos pensábamos que colaboraría para cantar en una parte, pero quiso cantarla entera. Le gustaba mucho el tema. Ha sido la persona que se ha involucrado más en todo, tanto en el tema, como en la producción. Es muy perfeccionista. Si colabora con alguien, quiere que esté muy bien hecho y estar contento, porque se involucra hasta el final.
Queríamos hacer un videoclip para sacarla como single, le propusimos de ir a Toulouse a grabar y nos dijo que venía a Barcelona. Le pagábamos hotel y todo. Y nos dijo: “si no os importa, ya que hay buen rollo, me gustaría ir a vuestra casa con mi mujer”. Y estuvieron tres días. Fuimos a Barcelona, grabamos el videoclip, estuvimos charlando y mantenemos todavía muy buena relación. Él ha movido mucho el tema por Francia. De hecho, allí fue número 1 en la lista de Apple Music independiente.
La gente que ha participado, ¿ha cambiado la idea que teníais de la canción?
D: No. Cuando les compartíamos el tema estaba hecho. Sí que Michel, colaboró más. En un principio pensábamos que sería como David Rodríguez o Miguel Noguera, que cantaron en partes de la canción. David nos decía: “me da mucha vergüenza a mí cantar, ¿eh? qué cabrones, no me hagáis esto…” (risas). Nos enviábamos audios de WhatsApp. Y le dije: “David, voy a poner un audio en la canción, porque me descojo con las conversaciones”. Y lo hicimos. Fue muy fácil. Le daba pudor, pero al final cantó dándole un toque muy sarcástico. Ninguno de ellos ha querido cambiar las canciones ni nada.
Después con “Víctor Nubla” contactamos con la gente de Gracia Territori Sonor y del LEM y les comentamos que nos gustaría que nos dijeran cosas que Víctor decía habitualmente. Con él teníamos muy buen rollo, pero no una relación diaria. Nos pasaron una lista enorme de frases que él decía cuando estaba con ellos, cuando iban a cenar o se encontraban en los bares por Gracia, y la letra la hicimos con esas frases. Fue muy guai ponerle sus propias palabras.
A Miguel Noguera le enviamos un mensaje por Facebook y a los dos minutos había respondido: “¿Qué tengo que hacer?”. Después vino también a grabar el videoclip. Lo ves que es supertímido. Lo hemos podido conocer y ha sido muy divertido. Y así más o menos con todos. Con Kim Gordon fue imposible y con Éric Cantona, contactamos con el management y de aquí no pasó. Con Mimi Parker fue lo más especial.
J: Aprovechando que Alan Sparhawk venía en Barcelona a tocar, le escribimos explicándole el proyecto y que le dedicábamos una canción a la Mimi.
D: Lo contactamos a través del management. Les pasamos el tema y les traducimos la letra. El día antes del concierto quedábamos en el hotel con él. Nos decían: “lo conocéis, habláis con él, os ponéis de acuerdo y ya grabáis”. Estábamos supernerviosos y emocionadísimos. Íbamos con el ordenador, el micro, los auriculares, los cables, discos para que nos los firmara…Parecíamos groupies.
Lo conocemos en el hall del hotel. Y nos dijo de subir a la habitación a grabar. Montamos los micros y le preguntamos si había escuchado el tema. Y no lo había escuchado. Flipamos. Estaba dispuesto a quedar con nosotros y a grabar porque le dedicamos un tema a su mujer. Y no sabía si hacemos trap o death metal.
J: Te demostraba su forma de ser. Él ponía por delante el hecho de que alguien hiciera un homenaje a su mujer antes de que artísticamente aquello estuviera bien o mal.
D: Podía ser una maqueta superguarra, no sabía ni quién éramos ni nada, pero estaba dispuesto a colaborar. Pensábamos que, como le habíamos enviado el tema al management, ya lo había escuchado. Se leyó la letra y dijo que lo quería escuchar. Es un tío que parece muy introvertido, que nos hablaba y miraba hacia abajo, hablaba muy flojito. Se sentó y se puso los cascos. Empezó a escuchar. Hay unos samplers de la Mimi cantando en la canción. Y a la que los sintió, le cambió la cara. Se quedó en shock. Bloqueado. No nos decía nada, estaba con la mirada perdida. Echaba el tema hacia atrás, lo volvía a poner, así todo el rato. Estuvimos como 20 minutos y Josep y yo nos mirábamos pensando: “algo no va bien”.
Se saca los cascos, nos mira y nos dice: “¿qué queréis que haga?”. Le dijimos que habíamos pensado que cantase lo que él quisiese, lo mismo que hace Mimi o sacamos los samplers de ella y que los hiciese él. O si quería cantar una parte de nuestra letra. Y nos dijo: “hace un año que murió, no contaba con que estarían los samplers de ella, no puedo cantar en un tema en el que siento a mi mujer cantando, me es imposible emocionalmente”. Y se hundió, emocionalmente lo hundimos.
J: podíamos haber hecho un video de ¿cómo hundir a tus ídolos en 20 minutos? Fue una sensación muy jodida emocionalmente, obviamente, para él, pero para nosotros también. Después nos sentíamos fatal, no habíamos caído. Pero como le habíamos enviado al manager el tema. Él mismo nos dijo que no entendía como no lo había filtrado y no le ha dicho que había unos samplers de Mimi. Fue una situación muy jodida. Nos sentimos fatal.
Estuvimos más rato con él, bajamos a la calle a fumar y él, decía todo el rato que no podía, que tenía un muro delante. Nos pidió disculpas 25.000 veces. Le dijimos que no se preocupase, que no pasaba nada, que nos perdonara y que no era nuestra intención.
D: Le dijimos de sacar las voces de ella y nos dijo: “me mola mucho cómo están en el tema, por favor, dejadlas, porque es un homenaje que le estáis haciendo a Mimi y yo estoy super contento y agradecido. El tema me gusta, pero yo no puedo cantar”.
J: Al final nos marchamos y le escribimos un e-mail para pedirle disculpas. Al día siguiente fuimos al concierto. Nos esperamos hasta el final y cuando nos vio, nos dio un abrazo, nos preguntó cómo estábamos, nos volvió a pedir disculpas, pero ya con más tranquilidad, entonces sí que nos pudimos hacer fotos con él. Y nos dijo que teníamos que mantener el contacto y hacer algo juntos. Es algo que se dice y luego ni se acuerdan. Pero recibimos un email de Alan, preguntándonos que si queríamos hacer una remezcla de uno de los temas del disco que acaba de sacar. No nos lo podíamos creer. Le dijimos que sí. Y le ha encantado. Este tipo de cosas, todavía hace a la gente más admirable. D: Fue muy impactante. Nos afectó emocionalmente mucho. Quizás es también el tema más triste del álbum y acompaña a esta situación que vivimos con él, y a mí me hace pensar mucho en ello cuando la tocamos.
Antes hablabas de la producción y del sonido que habíais cambiado, supongo que ha sido muy diferente a vuestros otros discos.
J: Los discos anteriores los habíamos grabado con Marco Morgione. Ahora cambiamos, siempre nos ha gustado arriesgar y probar cosas nuevas. Como te decía antes, con Niczero9, mezclamos un tema en un estudio que hay cerca de casa, en Parets, con un productor de música electrónica, básicamente se dedica a la música máquina. En el mundo de la electrónica es un referente. Y a nosotros el tema nos gustó mucho.
Pensamos, ¿por qué no probamos con un tema de Tiger? Lo que produce este tío está en las antípodas de lo que hacemos. Pero dentro de nuestra música queremos potenciar la parte electrónica. Y fuimos a probar con el primer tema que era “Éric Cantona”. Y allí se creó una sinergia con Rubén Moreno, su nombre artístico es DJ Ruboy. Es muy conocido dentro del mundo de la máquina porque es el productor de una canción que se hizo muy mítica en los 90, “Flying Free”, la canción del Pont aeri. Ahora hace canciones para DJ Pastis y Buenri. Vive de esto. Nosotros le hablábamos de los músicos a los que íbamos a homenajear y no sabía quiénes eran.
D: Está en un mundo muy alejado de nosotros, electrónica hard techno, hardcore, máquina…
J: Nosotros tampoco lo conocemos. Es un tipo de electrónica que está muy lejos dentro lo que nos gusta. Creo que le entusiasmó que le propusieran hacer una cosa tan diferente a lo que hace, pero que al mismo tiempo está el hilo conductor que es la electrónica. Creo que él se lo pasó bien y creamos esta sinergia de lo que nosotros teníamos en mente, con lo que le pedíamos y cómo él lo transformaba y plasmaba a lo que salió. Y en cierto modo, gran parte del mérito de cómo suena el disco lo tiene Rubén, porque le ha dado su sello.
D: Técnicamente, él tenía una manera de producir que no habíamos visto nunca. Siempre habíamos ido a estudios muy relacionados con el rock. Y claro, su mentalidad está muy alejada del rock, es pura electrónica. Todo lo que le decíamos, él lo entendía de una manera y lo reproducía con tratamiento de los bajos, de los bombos, de las cajas… A la base le ha dado su toque desde el punto de vista electrónico sin perder nuestra esencia.
De hecho, la idea era grabar en diferentes estudios, pero los grabamos todos con él. Como anécdota, en otros estudios que habíamos ido, había guitarras, bajos, amplis…Y allí solo hay cintas, máquinas de electrónica y samplers, no hay una puta guitarra ni una batería, no hay nada de backline.
J: Es el Albini de la música máquina. Además, hemos intentado echar mano de gente también bastante próxima, porque al final Rubén vive cerca y lo conocimos a través de un amigo. Con los videoclips nos ha ayudado a grabar Mònica, la mujer del D.A.R.A.L. y un colega, Marc González, que es cámara. Los dibujos los ha hecho mi hija, la maquetación mi hermana, las fotos de promo, un colega… Ha sido muy do it yourself o do it with your friends.
Al final, hemos cantado y hemos hablado sobre nuestros admirables, pero toda la gente que está a nuestro alrededor, que nos ha ayudado, son admirables también.
Texto: Anabel Vélez