Contaba Sergio Leone, que la moraleja sobre la que se sostenía Il buono, il brutto, il cattivo, tercera película de su trilogía del dólar, provenía de una canción popular romana que rezaba algo así como: “Ha muerto un cardenal que hizo el bien e hizo el mal. El mal lo hizo bien y el bien lo hizo mal”. Bien, pues el escritor y poeta Luis Boullosa (Madrid, 1975) lleva más de una década haciendo bastante bien algo que le ha valido la etiqueta de iconoclasta, casi siempre satisfecho en su ignominia.
“Yo hasta los cuarenta casi no había compuesto nada que valiese un carajo. Hubo un cambio ahí, una maduración súbita. Ignoro de dónde vino. Pero sí sé cómo no agotar la creatividad: dejando de perseguirla”, comenta el ex colaborador de esta cabecera. Cuando me refiero a que Boullosa hace muy bien lo que sabe hacer, me refiero al hecho de editar discos con el suficiente nivel como para poder haber encajado sin pestañear en el catálogo de sellos como Sacred Bones. Pero este fulano, lo que hace mal, también lo hace muy mal, y aquí entraría lo relativo a la promoción y distribución de su música. “Soy consciente de que a los cincuenta y con lo que hago, el único lugar sin límites es la creación misma”.
Su reciente carrera musical se ha sostenido principalmente sobre tres proyectos equidistantes y en continua retroalimentación. El primero, Gog y las Hienas Telepáticas, es un power trío asentado en Pontevedra que acaba de editar un espléndido cuarto álbum titulado Mr. Miko´s Revenge, dechado de riffs flamígeros en el que se dan cita la escuela australiana de Celibate Rifles con The Pogues o el proto punk de Dictators. “Gog es un proyecto a medias y una banda clásica que ya funciona al ralentí y me permite matar el mono de escenario”. En otro punto de la misma circunferencia sobre la que pivota la banda gallega, Boullosa se parapeta tras las cuatro cuerdas de su bajo y se coloca la máscara de Broke Lord, alter ego de un compositor embargado por el folk lacónico y la psicodelia existencialista del Michael Gira de los Angels of Light.
Aquí juega en solitario, aunque tirando de un elenco de colaboradores de estudio entre los que encontramos al productor Raúl Pérez (Pony Bravo). “Broke Lord era yo intentando ver si sería capaz de escribir canciones personales, abriendo el campo narrativo. Hay cuatro discos como respuesta, para que juzgue quien quiera”. Habla en pasado porque, según anuncia, su flamante Visone Chiaro (un disco introspectivo y musculoso) será por ahora el punto y aparte de este “caballero quebrado”. Pero como no hay dos sin tres, Boullosa lleva varios años defendiendo Digital Mother junto a Manu G. Sanz, un dúo intergénero (dub, kraut, experimental, rap, synth pop) que tendrá en la calle a principios de 2025 un tercer álbum titulado Programmer is Dead, un disco tan abierto de miras, que bien podría haberlo firmado Julian Cope en su época más intoxicada.
Todo este material autoeditado está disponible a un clic en Bandcamp. Nos citamos con uno de los compositores más reivindicables y esquivos del actual pop rock alternativo nacional. Porque en este autor, poliédrico y diletante, coinciden todos los caracteres del conocido título con el que Leone hizo historia del cine. Por un lado, encontraréis al bueno, pero también al bruto y, por supuesto, al malo. Los tres, conectados hasta el infinito en un constante duelo al Sol.
Te he leído una sentencia que reza “la fórmula suele fallar, pero cuando funciona es imbatible”. Y yo te pregunto, ¿cómo haces para acertar con cada uno de tus proyectos sin agotar la inventiva y la capacidad de sorpresa?
No he acertado con todos, pero quiero creer que en los fracasos había una inocencia que los redime y que en los aciertos he (hemos) hecho arte válido. Lo de la inventiva es más difícil de responder. Yo hasta los cuarenta casi no había compuesto nada que valiese un carajo. Hubo un cambio ahí, una maduración súbita. Ignoro de dónde vino. Pero sí sé cómo no agotar la creatividad: dejando de perseguirla. Cuando las canciones no llegan me dedico a los poemas. Cuando no llegan los poemas, escribo artículos. Cuando los artículos se estancan, hago collages, o fotos, o mando cartas… Al final la disciplina de la que te alejas vuelve a buscarte, como si fuese un animalillo o un niño pequeño. Es también como un proceso de barbecho, y tiene la ventaja de que unas y otras disciplinas terminan polucionándose entre sí. El problema es que es lento, es pesca de espera. Pero eso se soluciona pensando que eres inmortal. También me han ayudado los grandes músicos pop que me enseñaron que se podía cantar sobre cualquier cosa y de miles de maneras, porque al ampliar el rango temático y la forma expresiva, uno se agota menos, siempre hay algo que rascar. Pienso, por ejemplo, en Julian Cope, en Morrisey, en Dylan, en Gareth Liddiard, en Half Japanese, en Mark Kozelek, en Coppini, en Battiato, en The Cramps, The Fall, Perturbator, Lou Reed, Lana del Rey… la lista sería interminable.
Al pensar en el Luis Boullosa músico se me antoja la imagen de un tipo con incontinencia compositiva que tira de una serie de mercenarios elegidos según sus necesidades creativas
No son mercenarios porque siempre son amigos comprometidos con el proyecto. No me gusta la idea de mercenarios, sobre todo porque no cobran un duro. Y no me veo incontinente. Puede que en los últimos diez años haya hecho unas 150 o 200 canciones de las que llegaron a cerrarse y grabarse unas ochenta o noventa. Eso no sale ni a canción cerrada al mes. Me parece bastante normalito, si tienes tiempo y ganas. Igual los vagos o los perfeccionistas son los demás. No sé. No me siento solo. Al revés, me siento acompañado por un montón de gente flipante y diversa, la verdad, a la que no hubiese conocido nunca sin la música.
https://gogylashienastelepaticas.bandcamp.com/album/mr-mikos-revenge
Supongo que entre tus tres proyectos principales hay una diferencia sustancial basada sobre todo en la organización del trabajo
Gog es un proyecto a medias y una banda clásica, que ya funciona al ralentí (aunque quiero pensar que con acierto), y me permite matar el mono de escenario. Broke Lord era yo intentando ver si era capaz de escribir canciones personales, abriendo el campo narrativo. Hay cuatro discos como respuesta, para que juzgue quien quiera. Digital Mother es un ejercicio de química entre dos creadores que se centran en deconstruir la canción jugando. Es como si en el jardín de infancia haces un amigo del alma y te dedicas a pintar las paredes y vandalizar la escuela. Nadie lo comprende bien, pero es muy divertido.
En una ocasión te definí como el músico con menos objetivos a largo plazo del país. De algún modo te veo así, pero, por otro lado, cuando pienso en lo que haces, me sorprende comprobar que estás construyendo un recorrido tan extenso y coherente
Creo que hay un arco clásico, que es el del fulano que investiga por su cuenta y va aprendiendo cosas que le cambian la vida. Casi una novela de iniciación un poco larga de más. Si indagas en mis aportaciones con calma verás que en Gog ya había alguna cosita pop, mal solucionada aún, que predecía a Broke Lord; y que en Broke Lord había alguna ruptura, aún tímida, que predecía a Digital Mother. En el caso de Digital Mother la evolución es más rápida porque Manu es un genio musical y nos retroalimentamos muy locamente. Entras a su casa pensando en hacer un tema pop de tres minutos y una hora después vas en nave espacial metiendo samples de Dakota Johnson y grabando el viento. Es todo un juego. Es todo encontrar con quién jugar en cada momento.
Apenas te prodigas en directo, excepto con GOG, con los que tampoco sales más allá de alguna gira de proximidad. ¿Es una cuestión logística, económica o personal?
Económica, y por tanto logística. Y también personal, porque la gente ya no está para perder dinero y dormir en el suelo. Y tienen toda la razón. Hace diez años me hubiese encantado estar de gira el año entero, pero nunca pude. Ahora me divierte más encerrarme en el laboratorio.
Tampoco haces una distribución comercial al uso. ¿A qué se debe?
A que estoy esperando al Coronel Parker para que me modele y me lleve a la fama mundial. O a que estoy centrado en el arte y en la artesanía y carezco de capacidad para la gestión comercial. O a que soy consciente de que a los cincuenta y con lo que hago el único lugar sin límites es la creación misma. Esto último debe ser el motivo, creo. Venía pensando hoy en el último disco de Digital Mother, escuchando la mezcla, y me dije: “si hubieses hecho esto con veintitrés y viviendo en Los Ángeles, habrías tenido una oportunidad”.
Pero voy para cincuenta y vivo en un pueblo marinero de Pontevedra. Y, además, ¿una oportunidad para qué? No sé si eso contesta a tu pregunta. En todo caso no me puedo quejar de los atolladeros en los que me he metido yo solito. Pero sí te diré una cosa: la prensa de investigación casi ha desaparecido por completo en España. Me explico. Yo no soy nadie, pero he hecho once discos en diez años y a mi manera los he movido. ¿Cuánta gente, quitando amigos del mundillo a quienes se lo agradezco todo, se ha acercado para una entrevista, un reportaje, sacarme un single o para lo que sea, en realidad? El número tiende a cero.
Me he pasado la vida haciendo ese ejercicio de rebuscar en la basura y encontrar a gente increíble y sé distinguir perfectamente que ha dejado de suceder. En todo caso, ¿me gustaría que alguien dijese “tu disco es lo mejor que he oído en años”? Sí, claro, pero eso tampoco cambiaría nada fuera de esa conversación. También creo los periodistas deberían preocuparse menos por el proceso de creación de la obra y mucho más por el significado profundo de la obra, por su encuadre, su recorrido, su magia. Pero eso exige pensar en serio, claro. En realidad, el artista no existe.
Centrándonos en tu nuevo disco como Broke Lord, Visone Chiaro, se evidencia un salto hacia algo menos intimista, más expeditivo y experimental, con un regusto incluso más contemporáneo. Como cambiar a Michael Gira por Mark E. Smith
Lo que pasó en el disco de Broke Lord es lo siguiente. Lo íbamos a grabar justo cuando estalló la pandemia. Se trataba de un disco bastante folkie, confesional, casi pastoral. El caso es que me quedé encerrado con el disco completo ya maquetado y como me aburría, hice un experimento: borré todas las voces y empecé a grabar líneas melódicas alternativas que fueran lo más diferentes posibles a las originales. De ahí salió ese flow más moderno, por decirlo así, de «Salisbury» o «Ninja Twin», y algún tema nuevo en esa estela, como «Mouse», que es un chiste (bastante logrado) sobre ratones rastafaris. Básicamente era jugar sin prejuicios, porque, total, ¿qué importa?
Luego están las canciones que «vinieron a mí», esas cosas que aparecen de la nada casi hechas, que son «Ballachulish» y «Latin Sails», que es, casi literalmente, un sueño que tuve en el que se me apareció mi padre en Tánger. Y luego hay dos o tres canciones, «The room», «Moon», «Soul» que no cambiaron tanto, aunque todas de un modo u otro pasaron por ese proceso de resituación. Estábamos haciendo al tiempo el segundo de Digital Mother, así que su rollo experimental y de romper cosas a ver qué pasa debió influir también en todo esto.
Aunque Digital Mother es realmente tu proyecto más experimental. En el nuevo disco que pondrás en circulación a principios de 2025, The Haling Wars Vol.2: Programmer is Dead, se nota especialmente tu necesidad de cruzar límites, abrazando por ejemplo la electrónica o incluso ritmos dub. ¿Es el proyecto que te ofrece un mayor punto de fuga?
Sin duda. Pero yo siempre escuché de todo y Manu aún más, y creo que los límites los cruzamos sin tenerlo como meta, jugando. El rollo dub en concreto, nos flipa a los dos, y en el disco nuevo hay incluso una pizca de hip hop (esto sí es nuevo). Además, puede que tengamos algo de vanguardistas, pero igual es sólo porque el entorno es conservador. Yo nos veo como un proyecto clásico, en cierto modo. Si escuchas a Alan Vega, Angels of Light, Captain Beefheart, The Doors, Perturbator o Jenny Hval, son todos muy originales, pero no exactamente vanguardistas. ¿Somos nosotros vanguardia? Qué va, ni de coña. Si te ves el making off de Alien, que es una genialidad, encontrarás a Ridley Scott rompiendo a martillazos la perfecta maqueta de la nave Nostromo. Eso somos: la subversión de un futuro que nunca fue. La nave espacial que es al tiempo tecnología y despojo. Sueño y bar de pueblo. Yo digo que hacemos “neon baroque”, y ni el neón ni el barroco son el futuro. O quizás sí.
https://digitalmother.bandcamp.com/album/the-healing-wars-vol-1-enter-the-meta-pyramid
Me ha gustado bastante la premezcla de Programmer is Dead que me has compartido
Creo de lejos que lo nuevo de Digital Mother es lo mejor que he hecho, o que hemos hecho, aunque para gustos, colores. Por primera vez en este proyecto, a pesar de la variedad de las canciones, todo empieza a tener un denominador común, algo puramente Digital Mother.
¿Cómo te las ingenias para saltar del rol anacoreta, tú solo o como mucho acompañado de otra persona, al de miembro instrumentista de una banda?
Estar en una banda si consigues el milagro de llevarte bien y carecer de ambiciones, es muy placentero: ensayas una vez por semana, charlas, echas unas birras y acabas en el bar de siempre haciendo planes mitológicos. La vida de siempre en el bar. Yo soy un pro de eso. De eso sí. Aunque algo retirado.
Esta pregunta puede resultarte un tanto vaga, pero me gustaría que me contaras qué es lo que buscas realmente cuando te decides a lanzar al mundo canciones y discos como estos
Para mí, el arte es el oficio de hacer las preguntas correctas, que son siempre las que no se pueden contestar o las que tienen respuestas complejas que llevan a muchas más preguntas. Simplemente pertenezco a esa larga y nutrida línea de gente que considera que las respuestas oficiales que nos da la sociedad son mentira y se embarca en un proceso de descubrimiento de la verdad que nunca llega. Por el camino salen discos, libros y otras muchas cosas. Lo que busco al publicarlas es que las preguntas que encuentro y las respuestas que planteo lleguen a gente a la que puedan servirle de algo. Ser parte de una migración, si quieres verlo así. Y por supuesto, satisfacer mi ego devorador, que también se alimenta de incomprensiones, pero esto es secundario.
Y, para acabar, ¿cómo ves estos tres proyectos tuyos en un futuro más o menos inmediato?
La verdad es que con Broke Lord veo difícil volver a hacer cosas pronto, porque ir a Granada cada vez a grabar con Raúl de La Mina es una pasta y porque en cierto modo ya dije todo lo que quería por esa vía. Gog sacaremos otro disco dentro de siete años, quizás, porque es la típica banda de viejos que echan la tarde tocando y tal. Digital Mother está en plenitud ahora, así que es mi prioridad. Pero Manu tiene poco tiempo, así que probablemente invente algo más para matar el gusanillo.
Texto: Emilio R. Cascajosa