La banda cartagenera sopla las diez velas que anuncian otros tantos años de carrera con la publicación de un doble disco en directo “Under dim lights”. Casi una treintena de temas que, además de configurar un mapa de localizaciones por las que ha transitado, acogen los diversos acentos que laten en su emocionante y elegante acercamiento a los sonidos de raíz americana.
Reflejo del momento actual y de su singladura pasada, este trabajo se convierte en un regalo para el seguidor afín al grupo pero igualmente se antoja extensible a todo aquel que se deleite con la música surgida entre llanuras soleadas o escenarios campestres perfilados por el atardecer. Obsequio material, pero sobre todo sentimental, que se puede adquirir, dada la autogestión que enarbola el proyecto, a través de diversos canales como @facebook.com/bantasticfand, el instagram @bantasticfand o el email nachoparacervantes@gmail.com
Como consecuencia de no querer ser ajenos a esta onomástica, nos ponemos en contacto con quien ejerce de rostro portavoz, Nacho Para, con el que departimos sobre el contenido de este exquisito trabajo pero con el que repasamos, sobre todo, una historia escrita con la mejor banda sonora imaginable, aquella que depura la tradición para convertirse en lenguaje propio e identificativo.
Publicáis un doble disco en directo con motivo del décimo aniversario de la banda, un formato que ya habíais utilizado para el “Live at El Intruso”. ¿Son dos trabajos concebidos desde motivaciones personales y técnicas muy diferentes?
Sí, muy diferentes. “Live at El Intruso” fue un disco urgente, trataba de captar el momento. Acababa de incorporarse Fernando Rubio, que debutó en el Último Vals de Frías. Eso fue en julio de 2016, y en octubre tocamos en la sala madrileña. En esos conciertos también tocó Iván Estefanía, así que con dos guitarristas la banda cogió mucho cuerpo. No estaba previsto grabarlo, pero el técnico de la sala lo hizo sin avisar. Presos de la euforia, decidimos publicarlo. Técnicamente no era perfecto, pero tenía todo el espíritu del “Desert Town Tour”.
“Under dim lights” es más amplio en su concepto. Recoge una selección de nuestros mejores directos, o mejor dicho, de los que fueron grabados con calidad. Pocas veces hemos dicho: vamos a intentar grabar bien esta actuación. Todo el material de los directos es fruto de la generosidad de algunos técnicos de sonido. Regalos que nos vamos encontrando por el camino y que hemos querido compartir. Si sabes que tal día te van a grabar profesionalmente un concierto, creo que eso cohíbe, resta naturalidad. Los directos de “Under dim lights” son totalmente desinhibidos y me parece que eso se nota.
Cada uno de los discos que forman este álbum están separados en función de la alineación de la banda, ¿el sonido del grupo varía mucho según los integrantes que participen en él o crees que hay un ADN colectivo que está por encima de los músicos concretos que tomen parte?
No sé… Quiero pensar que hay algo común, un sonido identificable, un ADN Bantastic Fand. Pero no creo que sea yo quien pueda decirlo… Quizá ese ADN lo marque el tipo de composiciones y las armonías vocales. Es algo que está en el núcleo fundacional del grupo, junto a Paco Del Cerro y su hermana Paloma. También Iván, con sus guitarras y mandolinas. Y la versatilidad instrumental de Paco. La incorporación de Carlos Campoy a las teclas, y poco después la de Fernando, engrandece mucho el sonido de la banda. Es la fusión de The Rivertones y Ferroblues, y de ahí sale todo lo que se escucha en el CD1, una banda más suelta, fresca, compacta y con capacidad de improvisación. El concierto que dimos en el Fillmore Huertano de Elda/Petrer en 2021 es un buen ejemplo. La del CD2 quizá es una banda más académica, pero con una inocencia que a mí también me resulta cautivadora.
En trabajos que recogen actuaciones extraídas de diversas épocas y lugares siempre es difícil buscar una homogeneidad, un sentido unitario, reto que creo habéis superado con creces, ¿hubo un proceso muy meditado para buscar y ordenar canciones o tomas que lograran esa unidad formal?
Pues sí que me comí el coco con el orden de las canciones. Llené una libreta con decenas de combinaciones. Al final, poco antes de entregar el disco, me levanté una mañana y siguiendo solo lo que me pedía el corazón ordené las canciones como si fuera a hacer un concierto especial con todas ellas. Daba igual dónde hubieran sido grabadas. Lo importante era que no se perdiera la cadencia, la sensación de concierto continuado. Un concierto especial, eso sí. “My morning”, por ejemplo, que es una canción festiva con la que solemos acabar las actuaciones, aquí aparece como apertura del CD2. Ha sido como componer una especie de directo soñado, una ilusión sonora. Pasar de un tema eléctrico a otro acústico como si tuviéramos ayudantes de escenario que nos cambian las guitarras enseguida. Hacer “Can’t you see” y a continuación “Everywhere”. Cosas que haríamos si tuviéramos grandes medios y que en este disco hemos podido ensoñar.
Y bueno, la unidad formal también se consigue recogiendo nuestra primera gira, la de “Strong Enough to Refuse’” en el CD2, y todo lo demás en el primero, sobre todo la gira de “Somebody’s World”. La de “Welcome to Desert Town” ya estaba bien representada en “Live at El Intruso”. Al final, es una especie de grandes éxitos en directo, con la salvedad de que nosotros no tenemos grandes éxitos (risas).
¿Recogen ambos discos todas aquellas actuaciones más significativas o alguna que tengas especial cariño se ha quedado fuera por diversos motivos?
Recogen lo mejor de lo que tenemos grabado con suficiente calidad. Claro que hay noches o interpretaciones inspiradas que se quedan fuera. El concierto en el Festival de Blues de Cazorla, el de Americana Music Madrid, el del Festival de Blues de Cerdanyola, el SmallTown de Portillo, todas los conciertos del Café Berlín, Malandar de Sevilla, Altxerri de Donostia, Rocksound de Barcelona,… En fin, muchos. Simplemente no se grabaron o no se registraron bien. Pero creo que lo que hay en este doble disco está a la altura de lo que falta y viceversa. Es un trabajo altamente representativo de nuestro directo.
El nombre de uno de los discos, “Before Frías”, es muy clarificador, pero, ¿qué supuso para la banda, tanto a nivel emocional como profesional, haber participado en ese Último Vals?
Supuso un antes y un después. Nos dimos cuenta de que existía un público receptivo a nuestra propuesta. Y musicalmente fue el inicio de nuestra plenitud como banda. Fue también un punto de intersección. En aquel concierto tocamos a la vez con Ramón García, el teclista de la primera gira, y con Carlos Campoy. También coincidieron los dos guitarristas, Iván y Fernando. Pasado, presente y futuro compartiendo escenario. Un concierto catártico, inolvidable. También por el influjo del organizador, Joserra Rodrigo, que logró reunir a un estupendo ramillete de artistas y seguidores en torno a una idea común: el culto a las canciones. Amor por la música sin artificios. Fue como encontrar nuestro lugar en el mundo.
El álbum parece ser el reflejo de la potencialidad de la banda al completo, pero aun así hay momentos más recogidos y acústicos, ¿esa parte es también muy importante -y debía tener reflejo en este trabajo- en vuestra historia?
Bantastic Fand ha tocado en todos los formatos posibles. Dúo, trío, cuarteto, quintento, sexteto… En Frías tocamos siete músicos. La banda ha sido capaz de dividirse en comandos más pequeños o más grandes según las necesidades. Eso tenía que quedar reflejado. A menudo la prueba del algodón para las canciones es que funcionen desnudas, sin todos los arreglos de la grabación original. Hay están “Muses”, “One of them”, “Ancient light” o “Goodbye” para que el público dictamine si lo hemos conseguido.
Además de todos aquellos temas recogidos en vuestros trabajos hay varios temas inéditos, ¿por qué en su momento no encontraron sitio en los diferentes álbumes?
Bueno, tenemos muchas canciones que nunca han visto la luz y el problema de los discos es que solo caben 10 o 12. El propio disco va pidiendo lo que le falta y lo que le sobra, pero no significa necesariamente que la canción que sobra sea peor que otra que sí entra. “How many?” por ejemplo, es un country rock muy animado que siempre funciona muy bien en directo y nunca hemos dejado de tocarlo. Ahora por fin está en un disco. “Rear-view mirror” también la tocábamos mucho en la primera época. Había una buena grabación en Clamores y pensamos que estaba bien incorporarla.
El título del disco, “Under dim lights”, es igualmente muy representativo, ¿encontrar pequeños pero escogidos reductos donde encontrar repercusión y admiración compensa el hecho de no alcanzar audiencias más extensas o siempre queda esa espina de no lograr llegar a más gente?
Llegar a más gente siempre está bien. Sería tonto decir lo contrario, pero en mi caso no actúa como una espina. O sea, ni pincha ni duele. Cuando uno monta un proyecto artístico en la madurez de la vida, de lo que se trata es de disfrutar, no abocarse a la melancolía. Nosotros estamos contentos con haber encontrado un circuito de luces tenues a nuestra medida, y la verdad es que la base de seguidores nunca ha dejado de crecer. También es un medio de vida, queremos gente en los conciertos y gente que compre nuestros discos, pero la búsqueda del favor de las masas no es en absoluto una prioridad. Creo que eso también repercute positivamente en la libertad con la que hacemos nuestra música. Y con eso también ganamos público, más lentamente, pero son seguidores fieles y de alta calidad.
Los discos en directo muchas veces visibilizan un cambio de época o de estilo, ¿hay algo de eso en este trabajo o de qué manera miráis al futuro?
Bantastic Fand, como muchos otros grupos, sufrió un importante revés con la pandemia. También hubo circunstancias personales de algunos miembros de la banda que impidieron continuar como hasta entonces. No todo fueron malas noticias. De la pandemia surgieron también dos discos en solitario: uno de Fernando Rubio, que siempre ha mantenido su carrera propia, y el mío. También ha habido nuevas incorporaciones. El último concierto de la banda hasta el momento fue hace un año en Guadalajara, ya con Jacinto Martos como bajista, quien ya se había incorporado en la gira de “No parking tickets in the clouds”. Yo ahora preparo un segundo disco en solitario, y Fernando acaba de publicar otro bajo su nombre, “Stay cool”.
En 2025 queremos programar algunos conciertos especiales para celebrar el décimo aniversario. Veremos después qué pasa. Grabar un cuarto disco de estudio de Bantastic es un aliciente para el futuro. Cuando llegue ese momento veremos hacia dónde queremos transitar. “Somebebody’s world” (2019) ya fue un disco más coral. Una posible nueva grabación creo que abundaría en esa línea, con más aportaciones de Paco, Carlos, Iván, Fernando, Jacinto… Todos son muy buenos músicos y muy buenos compositores y eso hay que aprovecharlo.
En el libreto del disco encontramos un mapa donde quedan marcados los lugares donde habéis actuado, llevándoos de norte a sur y de este a oeste de la Península, ¿cómo de importante en la vida de un grupo como éste resulta el hecho de viajar, recorrer y conocer diferentes lugares y personas?
Diría que es una faceta esencial. Si tocamos es también para viajar y aprovechar la vida. Que la música te permita moverte y conocer gentes y paisajes forma parte del pago que recibes por cada concierto. No es dinero, es algo mucho mejor. Un sobresueldo de satisfacción, de tiempo bien empleado.
Además del lógico homenaje en forma musical, el trabajo está muy mimado en su presentación, ¿queríais igualmente que este disco significara un regalo completo para vuestros seguidores?
Desde luego que sí. Una banda autogestionada siempre tiene deudas con las personas que la apoyan. Gente que compra tus discos, que se mueve para buscarte conciertos, que te aloja en su casa, que se arremanga en el puesto de merchandising… Por eso, dentro de nuestras posibilidades, siempre hemos cuidado mucho las ediciones de nuestros trabajos. Se lo debemos a la gente. Creemos en el valor del objeto físico como transmisor de emociones, y nos vamos a morir pensado así, aunque el signo de los tiempos sea otro.
En esta caja especial con doble CD hemos contado de nuevo con el diseño gráfico del almeriense Carlos Horacio Valera, que siempre ha trabajado con nosotros en los discos y la cartelería desde 2014. Además, incluimos ilustraciones e infografías del artista catalán Ramon Curto. El libreto recoge fotos cedidas por excelentes profesionales como Jose Miguel Cerezo, Chusmi10, Ana Hortelano, Blas Fuentes, Sergio Caro, José Paneque… Además, en cada unidad incluimos también una entrada física alguno de nuestros conciertos. Entradas impresas, como las de antes. En fin, que la gente se lleve no solo la música, sino algo bonito a la vista y que encima huela bien.
En el libreto hacéis hincapié precisamente en ese hecho de ser un proyecto totalmente autogestionado, ¿bandas de esta naturaleza podrían haber tenido su hueco en una época anterior donde el contacto directo con los fans era más difícil y el poder de las discográficas estaba mucho más presente?
Bueno, depende de a qué época nos remontemos… Hubo un tiempo en que las discográficas buscaban artistas, hasta que fueron los artistas los que empezaron a buscar discográfica, y ahí ya todo se pervirtió. El tráfico de influencias no es solo algo que afecte a la política. Eso de cuanto más pagas más lejos llegas… Quién sabe qué hubiera pasado si nuestro proyecto hubiera nacido cuando las discográficas buscaban artistas. Quizá no seríamos una banda autogestionada… Pero bueno, vivimos en la época que nos ha tocado y la nostalgia del cómo hubiera sido es ociosa e inútil.
En los 90, cuando Paco, Iván y yo funcionábamos en Barcelona con The Rivertones, ya lo normal era que las discográficas buscaran más un pelotazo que a un artista de carrera larga. Sin vías de conectar directamente con nuestro público, el proyecto acabó sucumbiendo. Ya en los 2000 las redes sociales abrieron otro camino, y también se democratizó el acceso a la grabación profesional. Ya no había que pasar por el aro, a menudo tiránico, de los grandes estudios. En 2024, visto lo visto, se puede afirmar que sin home studios ni redes no habría existido Bantastic Fand.
En un hipotético, pero esperemos que realista, posible nuevo trabajo que celebrara vuestros veinte años, ¿qué lugares o eventos os gustaría que aparecieran en él y que hasta ahora no han podido ser?
La pandemia nos obligó a suspender una gira de cinco conciertos ya cerrados en Galicia. Sigue siendo una asignatura pendiente. Valencia también. Siempre hemos querido tocar fuera de España, pero hasta ahora no ha sido posible. Habrá que seguir intentándolo…
Texto: Kepa Arbizu
Ilustraciones: Ramón Curto