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35 años del Purple Weekend Estrella Galicia (León), viviendo en la era mod

The Lemon Twigs

El festival Purple Weekend de León cumple 35 años. Aprovechamos la efeméride para recorrer la historia de un evento único en su especie que mantiene sus señas de identidad intactas y celebra una edición de lujo del 5 al 8 de diciembre.

1 ¡Mira, un mod!

“I hope I die before I get old (talkin’ ‘bout my generation)”. La letra de «My Generation» de The Who sintetiza el espíritu mod originario. Recitado muchas veces a modo de eslogan, es uno de sus emblemas más recurrentes. Pero, en realidad, no hay una definición estándar que explique esta subcultura más allá de clichés y lugares comunes. Una de sus particularidades es que no hay un consenso generalizado sobre lo que realmente significa ser mod. ¿Música soul? ¿Culto a los años 60? ¿Chaquetas de tres botones? ¿Patillas largas y estrechos pantalones? Sí, pero no; no, pero sí. Los mods se reconocen a la primera, pero dar una explicación más detallada y profunda sigue siendo un galimatías; quizás porque la cultura mod es mucho más flexible de lo que la gente piensa y se adapta a los tiempos.

En España lo mod se estableció en los primeros ochenta, junto con una amalgama de tribus urbanas. El músico y agitador cultural leonés Alejandro Díez se hizo mod como vía de escape. Fue su salvación para huir “del ambiente frío y gris” que lo rodeaba. “Me gustaba el sonido, me gustaba la imagen, rápidamente hice buenos amigos y encontré una dirección, un modo de canalizar mi pasión por la música”, explica en el libro Club 45: 90 canciones de la era pop para mods y jetsetters (2010, Ediciones Chelsea). Su grupo de juventud, los añorados Los Flechazos, fueron la punta de lanza de esta cultura juvenil durante aproximadamente una década.

Los Flechazos

2 A toda velocidad

El sábado 27 de septiembre de 1997, los autores de «A toda velocidad» abandonaron los escenarios en la primera edición del Purple Weekend que el propio Díez había creado junto a la teclista de la banda, Elena Iglesias. “El Purple fue uno de los vehículos que nosotros montamos para expandir nuestro ideal juvenil mod, junto con el grupo, el fanzine y las fiestas y programas de radio que de manera puntual llevábamos a cabo en nuestra ciudad”, cuenta el actual impulsor y gestor del museo y centro cultural Fundación Club 45, ubicado en la localidad de Santa Colomba de Somoza (León). “Nació a imagen y semejanza de las otras concentraciones mod que conocíamos: Lloret, Málaga, Zaragoza… A los diez años de arrancar surgió la oportunidad de convertir aquello en un auténtico festival. Nos llamaron para colaborar a Elena y a mí y coincidió con la disolución de Los Flechazos y con el nacimiento de Chelsea, la tienda de discos y ropa de segunda mano”, continúa Díez.

Entre el 24 y el 27 de septiembre de 1997, a un precio de 4.500 pesetas el abono completo, un grupo de amigos veinteañeros fueron capaces de armar un cartel muy competente encabezado por The Troggs y Georgie Fame. En la era preinternet y mucho antes de la explosión festivalera española, se reunieron en León varias figuras destacadas del panorama musical internacional. “Pagamos la novatada con la ausencia de 60Ft Dolls, pero tuvimos otras bandas extranjeras como Whiteout o Weekenders, y bandas del circuito mod/powerpop venidas de lejos (Insomniacs o Pyramidiacs), además de apoyar la escena nacional, que para nosotros era fundamental”.  Las allnighters o sesiones maratonianas nocturnas de pinchadiscos especializados fueron “todo un descubrimiento para el público rockero, ajeno a la escena mod, que entendió por primera vez (creo yo) la importancia de las sesiones de música enlatada bien programada, la comunión que se creaba entre los aficionados”, añade Alejandro Díez.

Las primeras ediciones supusieron “un gran revulsivo” a todos los niveles. “Surgieron grupos, gestores y, sobre todo, muchas ganas de montar tiendas de ropa, de discos y de organizar festivales parecidos en un montón de rincones de todo el país”. La impoluta imagen mod, uno de los sellos de identidad del colectivo, no pasó desapercibida. “Me atrevería a decir”, continúa el exlíder de Los Flechazos y Cooper, “que a nivel de moda callejera influyó mucho en el norte de España, creando una corriente de estilo a base de Harringtons, parkas, Fred Perrys, scooters y otros símbolos de nuestra escena que se han popularizado un montón”.

Curtis Harding

3 Vidas paralelas

Eva López García era una adolescente cuando tuvo conocimiento sobre la escena mod en 1988. Su vida ha corrido en paralelo al Purple Weekend. En la sala Mandrágora de León vio a Los Flechazos y a los barceloneses Kamembert por primera vez, y ahí empezó su idilio. “Estaba emocionada viendo las scooters y las parkas por las calles que frecuentaba y el increíble ambiente que se vivía, lo que hacía prever que algo se estaba gestando”, afirma. Desde hace más de una década, la responsable del salón La Pelu de Eva organiza junto a su amiga María Arias, de la tienda local de moda vintage Covent Garden, el divertido y entrañable desfile de moda que se celebra durante el festival. Además, en más de una ocasión ambas han animado algunas sesiones del Purple Weekend con el sobrenombre de Saltitos.

Aunque López García asegura no identificarse 100% como mod (“soy muy ecléctica”), habla maravillas de un festival “muy familiar” en el que se encuentra “con amigos de toda España” y disfruta con nuevas bandas, grupos clásicos y alucina con los singles que desempolvan de sus maletas de discos los DJ. “Me hace extraordinariamente feliz vivir cada concentración, cada alldayer, cada scooter run… ¡Larga vida al Purple Weekend!”, sentencia.

4 Los años del cambio

Durante mucho tiempo los festivales adscritos a la cultura mod y sixties han arrastrado una fama de inmovilistas y cerrados en sí mismos, una crítica injusta en el caso del Purple Weekend. Sobre todo a partir de finales de la primera década de los dos mil, coincidiendo con un nuevo rumbo en su dirección artística, el certamen leones amplió su paleta sonora entregándose a músicas menos ortodoxas y abrazando el rock and roll en todas sus variantes. Y no dejaba de ser un evento que cualquier mod podía seguir con palpitante interés.

Redd Kross

El pabellón multiusos CHF, ubicado en el sur de la capital, con capacidad para unos cuantos miles de personas, empezó a acoger a nombres como The Undertones, Teenage Fanclub, Roky Erickson, Redd Kross, Night Beats o The Black Angels. El garaje, la psicodelia, el punk, el indie o el folk se fueron haciendo un hueco importante en la programación. ¿Qué había de malo en ensanchar fronteras y cruzar otros territorios afines? ¿Por qué no atraer a grandes grupos que jamás habían asomado su cabeza por León?  La fórmula, que con matices se ha mantenido hasta el día de hoy, funciona. El público mod primigenio o más purista se enriquece con otros perfiles de aficionados al rock y el pop de todas las épocas. En los últimos años formaciones como The Charlatans, Temples o Hoodoo Gurus han triunfado en León. Otro de los aciertos ha sido poder contar con un espacio cómodo y céntrico como el Espacio Vías, donde tienen lugar conciertos de menor aforo pero igual de interesantes a tiro de piedra de los bares del barrio Romántico, en el Casco Viejo. Un acontecimiento musical compartido por un público cada vez más diverso y maduro, que suma ya unas cuantas generaciones.

Pabellón CHF, 9 de diciembre de 2016. Alejandro Díez logra cerrar el círculo, en este caso al frente de Cooper, casi 20 años después del adiós de Los Flechazos. El concierto está trufado de temas de su antigua banda y la electricidad en el ambiente crece hasta desatarse la locura con algunos de los clásicos de los 80 y 90. «Ese año los organizadores nos invitaron», recuerda Díez. “Yo lo agradecí muchísimo porque la celebración de los 30 años de Viviendo en la era pop se lo merecía. No creo que fuera el mejor de los conciertos que dimos en aquella gira, pero sí que resultó especial y emotivo».

Purple 2024: pasado, presente y futuro

El Purple Weekend tiene el retrovisor puesto, particularmente a los sonidos y la estética de los años 60 y 70, pero también echa el anzuelo en la escena actual. En esta 35 edición destacan la frescura pop de The Lemon Twigs (sábado 7 de diciembre), convertidos en unos clásicos por estas tierras, y el soul elegante y renovador de Curtis Harding (viernes 6 de diciembre). Ambos reinarán en el Palacio de Congresos. Según su actual director, Miguel Ángel Borraz, la combinación de lo antiguo y lo moderno es “la clave” para la supervivencia del festival y blindar así su futuro. “Esa mezcla de épocas y estilos le imprime carácter al Purple y es una buena ecuación. Siempre con la mirada en el pasado, pero a la vez apostando por el presente”, insiste Borraz.

Bad Nerves (Foto: Ryan Jay)

El cartel de este año, sólido y ecléctico, arranca con la fiesta guitarrera que el jueves 5 tendrá lugar en el Palacio de Congresos con tres jóvenes bandas (los ingleses Bad Nerves y Sharp Class, junto a los madrileños Alcalá Norte) en una noche denominada Revival 77 & new punk. El viernes Doctor Explosión y The Fuzztones, dos bandas históricas del garaje y rock and roll en general, incendiarán el Espacio Vías. El sábado será el día grande:  The Giant Robots, Los Estanques, PP Arnold y Julián Maeso Sextet serán los protagonistas. Y, por supuesto, una constelación de pinchadiscos que pondrán a todo el mundo a bailar.

Texto: Jon Pagola

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