He tardado unos días en escribir estas líneas, no porque no se lo mereciese, sino porque han sido unos días muy atareados para mí, y, ahora, por fin, puedo sentarme un momento a expresar lo vivido el pasado 12 de octubre en la Sala Sideral de Albacete.
Anna Dukke llegaba a Albacete tras 10 meses de su anterior visita, venía con ganas, se la veía ansiosa de subir al escenario y hacer bailar a su público. El concierto empezó con un poco de retraso, pues por desgracia, en Albacete el público no es puntual, algo que los promotores intentan ir solucionando poco a poco, ganando minutos a los rezagados, pero aún así, es una lucha en la que llevamos mucho tiempo.
Empieza la primera canción, sube como un tornado al escenario y, tras unas primeras frases de la tonada, decide parar el espectáculo, pues no se oye bien por el in-ear y, ya que estamos empezando, hagamos lo bien desde un inicio y transmitamos lo que hemos venido a transmitir sin ningún tipo de problema. Solucionado el fallo, la metralleta en forma de banda empezó a escupir balas de rock and roll, soul y rythm & blues sin descanso para los y las presentes. No dejó un solo tema sin tocar de sus composiciones propias, y algunas de las versiones con las que nos suele deleitar, como esa “My Journey in the Sky” de Sister Rosetta Tharpe.
Fue un encuentro divertido, donde el buen gusto, los excelentes músicos, la voz prodigiosa y la actitud entraron en una comunión perfecta…
Texto: Tordo Pinchadiscos
Fotos: Luis García (Eveimagen)