El danés Trentemøller suma ya dos décadas donde no ha parado de fascinar a su público con discos y conciertos en directo muy potentes. Canciones cargadas de paisajes sonoros únicos y una mansalva de melodías verdaderamente memorables. Con instantes de tormenta eléctrica, y con momentos calma idealista, se presenta su flamante LP “Dreamweaver” (In MY Room, 2024), el cual vendrá a presentar en noviembre a través de una nueva mini-gira por España. Hemos hablado con él sobre el nuevo trabajo y lo que nos espera en estas nuevas fechas.
Escuchando «Dreamweaver», he descubierto una vez más ese sorprendente y determinado intercambio de golpes que haces al componer: «sonidos introvertido versus otros mucho más extrovertidos». Luz y oscuridad ¿Estoy en lo cierto? ¿Qué detalles, situaciones o matices definen este nuevo LP?
¡Gracias! Eso es, creando música, me gusta jugar con todo tipo de contrastes Creo que esa tensión entre la luz y la sombra, lo introvertido y extrovertido, es donde y cuando sucede la magia. ‘Dreamweaver’ tomó forma durante un periodo de profunda reflexión y cambio personal, y creo que eso se nota en todos los matices. Trato temas como el duelo, el amor y la pérdida, pero también quiero aportar un toque de luz y esperanza. Siempre me ha gustado encontrar belleza en los contrastes y usar el sonido para explorar esos espacios intermedios.
Defendiendo géneros como el indie, el shoegaze, el slowcore o el space rock, el álbum ‘Dreamweaver’ se presenta como una brillante nueva oportunidad para adentrarse en lo mejor de estos géneros… ¡incluso más allá! ¿Cómo intentaste integrar todo esta genética digamos ‘alfa’, en esta nueva ocasión?
Creo que siempre me he sentido atraído por la música más ruidosa y a la vez soñadora porque permite mucha profundidad emocional y atmosférica. Con ‘Dreamweaver’, quería crear una especie de paisaje sonoro donde se combinase lo onírico, la intensidad y la intimidad, todo junto. No pienso demasiado en los géneros; son más las melodías y las atmósferas en la música lo que me toca ‘la patata’. Por decirlo de algún modo. No se trata tanto de ceñirse a un estilo, sino de mezclar diferentes elementos para crear algo que se sienta genuino y expresivo, pero sobre todo personal. Es como pintar con sonidos, usando diferentes texturas y colores de las experiencias que has tenido… y todas forman un cuadro coherente. Bueno, coherente, con suerte.
¿Eres consciente de tener una y otra vez presente a modo de inspiración algunos álbumes que forman parte de un espacio privilegiado dentro de tu colección o gnosis musical? Hablo de bandas como My Bloody Valentine, Slowdive, Seefeel, Ride o Curve ¡Y por supuesto Suicide! ¿Qué es lo que más te seduce de todo este vendaval de talento?
Todas esas bandas, excepto Seefeel, la cual no conozco, son definitivamente parte de mi ADN musical. Hay algo en la forma en que mezclan el ruido y la melodía, la crudeza emocional con todo ello, que me resulta muy estimulante. My Bloody Valentine y Slowdive, en particular, tienen esta increíble manera de crear paisajes sonoros exuberantes e inmersivos. Y Suicide, ¡son pura energía y punk! Es esa valentía y disposición para romper límites lo que realmente me atrae.
Por otro lado, es importante para mi, que mi propia música no suene nostálgica. También me inspiran nuevos artistas como Midwife, Tan Cologne, Rozey, body/negative… ¡hay mogollón!
Y claro, tanto en mi pasado como en mi trayectoria, bien como persona o artista, me han estado moldeando, pero también intento vivir en el momento y no pensar demasiado en inspiraciones y géneros. Solo me concentro en hacer la música que me llena de una manera natural.
La electricidad, el ruido crujiente, temperamental y seductor del rock también corre por tus venas, ¿verdad? ¿Qué podría ejemplificarlo?
¡Dadlo por hecho! Siempre he sido un gran seguidor del lado más oscuro y melancólico del rock. Está en las melodías, las progresiones de acordes, las letras, por supuesto, pero también en los tonos de guitarra, la reverberación, el ruido, la tensión en el sonido. Es algo que siempre ha sido parte de mi música, ya sea de manera más directa o sutil. Se trata de crear una sensación de espacio y atmósfera donde las melodías están en el foco pero también donde el ruido se vuelve casi tangible, como si pudieras sentirlo en el aire.
Actuaciones en directo: ¿cómo abordará sobre el escenario Trentemøller este nuevo álbum? ¿Puedes hablarnos de los miembros de la banda y de los artistas que te apoyarán en tus conciertos de noviembre tanto en Apolo-Barcelona (11/11) y La Riviera-Madrid (12/11)?
¡Me encanta tocar con la banda! Trataremos de pillar la energía del álbum y amplificarla, hacer que sea una experiencia compartida con la audiencia. Tengo la suerte de contar con una formación increíble—DíSA en la voz, que también canta en el álbum; Jacob Haubjerg en el bajo; Silas Tinglef en la batería; y Brian Batz en la guitarra. Todos ellos son músicos increíblemente talentosos que aportan su propia vibra a las actuaciones en vivo.
DíSA fue una parte fundamental de la gira del anterior disco, ‘Memoria’, y nuestra colaboración fluyó de un modo muy natural. Su voz, única, agregó tanta profundidad y emoción a las presentaciones… Después de hacer una gira extensa juntos, conocí al dedillo su voz y rango, así que tenía sentido que fuera una parte central del álbum ‘Dreamweaver’ y por lo tanto también de esta nueva gira. No podría haber hecho este álbum sin ella. Es puro talento en la voz.
Para el concierto de Madrid, aún no lo hemos decidido, probablemente nos acompañará un artista o banda local, y eso sí, para el espectáculo en Barcelona traeremos a body/negative desde Los Ángeles. Adoro su música y la colaboración que hicieron con Midwife. body/negative nos apoyará también en muchos de los shows en Europa. Deberíais escucharla, ¡música hermosa, hermosa de verdad!
¡Estoy como loco por actuar de nuevo en España!
Texto: Hugo Moroder