Encuentros

La Inquisición, «vivimos en un mundo enfermo»

La Inquisición presentan el potentísimo Mundo Invisible. La banda barcelonesa no ceja en su mensaje alrededor de una sociedad enferma cargado de retórica y referencias místicas. Y, pese a sus obvias contradicciones de señores occidentales, cargan cada uno de los cortes con su opinión sobre las cosas, siempre de una forma un tanto visceral a la hora de expresarse.

Dos años desde vuestro anterior EP Uróboros y, sin embargo, el álbum destila una fuerza y las letras son tan vigentes desde entonces, que podría haberse publicado en cualquier momento de este periodo, ¿el tiempo dedicado a Mundo Invisible ha dotado de cierta temporalidad al trabajo?

Nosotros vemos Uróboros como una especie de spin off, un relato paralelo con una temática concreta distinta a los LP’s. No deja de ser un trabajo corto, un EP, con una base conceptual, al fin y al cabo, esa era la intención, un aperitivo antes del disco. No obstante, nosotros vamos trabajando las cosas sobre la marcha en relación a cómo nos sentimos y a dónde estamos mentalmente.

En alguna ocasión habéis admitido el doble sentido del término inquisición y, dentro de las letras llama la atención en versos como “y cuando ruja el cielo nos verá vencer a un mundo condenado a desaparecer”, en «Aplasta la Bestia», planteando una contradicción entre el Apocalipsis y la victoria, ¿existe una carga religiosa dentro de vuestra forma de escribir, ya sea por herencia cultural o por facilidad a la hora de describir imágenes?

Sin duda utilizamos ese tipo de retórica en algunas ocasiones, estamos muy influenciados por los textos sagrados de todo tipo, por la mística y por todas esas movidas. No creo que tengamos una herencia cultural específica o pretendamos darles una carga religiosa a los textos, pero sí que intentamos dotar de cierto aire poético a nuestro mensaje. Yo diría que es una influencia lírica más.

En «Mundo Invisible» jugáis constantemente con la idea de acabar con todo y, al mismo tiempo, volver a empezar, como referencia en esta letra “el ocaso de dios, volver a nacer”, ¿es necesario un reinicio de la sociedad?

Creemos profundamente que vivimos en un mundo enfermo y también creemos que esa enfermedad está concentrada en hechos específicos del ser humano, como el egoísmo y la codicia. Más allá de cuestiones filosóficas extensas, hay una desigualdad salvaje en el mundo, no sólo entre personas, sino en una especie de choque de concepciones generacionales vitales, en las cuales hemos dado la espalda a nuestro entorno, creando todo tipo de mierdas artificiales y estúpidas: el dinero no crece de los árboles, pero la comida sí. Al final, aunque con nuestras obvias contradicciones de señores occidentales, creemos que un decrecimiento es vital. O directamente un nuevo comienzo.

¿Consideráis que es el tema sobre el que gira el LP?

En cuanto a la temática de este disco es un poco variada y no se centra particularmente en este tema, pero sí que esto que comentamos es un pilar fundamental en nuestra concepción filosófica de la vida.

A nivel global, Mundo Invisible me ha llevado a los Barricada de los años 80, en cuanto a la parte lírica y de producción. También en la introducción y a lo largo del corte «La Inquisición», encuentro una referencia a Las Vulpes. Además de los arreglos más de tipo punk californiano, como claramente se aprecia en «Agosto». ¿Qué discos han podido impregnar o permear en el proceso de composición y grabación de este trabajo?

Es un poco difícil de decir, la verdad, nosotros escuchamos mucha música distinta y creo que algo de todo eso entra siempre de una forma consciente o inconsciente, lo que es seguro es que somos una banda que hace un estilo concreto, que tiene muchos palos y todos ellos forman parte de esta forma de entender la música, que es el punk. ¡Todas las referencias que comentas nos encantan! Así que por nosotros genial si tiene ese tipo de reminiscencias, pero no creo que sea muy intencional.

Tercer trabajo junto a Marc Bòria, ¿qué os aporta como productor sobre vuestra idea del LP? ¿Cuál es el papel que juega dentro del sonido de la banda para continuar trabajando con él?

Marc nos tiene muy cogida la medida en todos los aspectos, también viene con nosotros siempre que puede a hacer el sonido en directo. Para nosotros la mesa de mezclas es un instrumento más y gracias a esa cercanía que tenemos con él, la conexión funciona. Hemos crecido juntos como banda y al final todo eso se nota.

…“pero la rabia, el ruido y la sangre nos salvarán” cantáis en «Las Fotos Mienten», en contra del inmovilismo y a favor de las vías distintas en las que (sobre)vivir a día de hoy, ¿es necesaria esa ira en la sociedad? ¿Sigue siendo la mezquindad fuente de inspiración para vuestras canciones?

Nosotros tampoco queremos decirle a nadie lo que tiene o no tiene que hacer, pero sí que tenemos una opinión sobre las cosas y una forma un tanto visceral de expresarnos. En esta canción en concreto hablamos de lo abducidos e idiotizados que nos sentimos por la tecnología y, sobre todo, el uso tecnológico del ocio, es una especie de droga imbécil; toda la compulsividad que generan las pantallas, ese bombardeo de imágenes constante, ese consumo bobo, ansioso y ultra rápido. Ese mundo irreal, superficial e idiota, pero escrupulosamente visible…. A nosotros nos interesa más el mundo invisible, cosas que no puedes ver, pero que puedes sentir y que dotan de otro sentido a la vida.

Encuentro en «Sombra y Luz», de entre vuestros temas, el que puede acercar mejor el conjunto de canciones al público, quizá por ser “catártica y emocionalmente agotadora”, como la describís vosotros, ¿lo veis así, consideráis que puede ser otro corte o es una cuestión que no os preocupa?

Es una canción que habla de nuestro colega Edu, que lamentablemente falleció hace ya unos 4 años. Con Edu teníamos un grupo llamado Secret Army, con el que estuvimos haciendo muchas giras y aventuras, todo lo que sale en esa canción es real. Por eso es emocionalmente agotadora, los vivos no estamos preparados para la muerte y cuando alguien muere siempre nos jode.

Es una de las características que siempre habéis remarcado, la atracción por la oscuridad y los recodos más dolorosos del alma, ¿hasta qué punto puede convivir con la idea del punk como género más bien contra el establishment?

Hay tantas concepciones del punk, como punks en el mundo. Yo creo que también hay cierta militancia chusquera en toda esta historia, al final todo es lo que tu hagas y con lo que te sientas bien. Está muy bien cambiar el mundo y destruir el estabilishment, pero consideramos que quizá es mejor primero cambiarte a ti mismo. Nosotros tenemos nuestra visión de la movida, que quizás entronca más con toda esa visión oscura y catártica. Al final esto trata, sobre todo, de ser uno mismo compartiendo, e incluso celebrando, las diferencias de estilos y de formas de ver las cosas.

¿Es la lucha un mundo invisible? ¿Puede una canción cambiar las cosas?

Una canción no puede cambiar las cosas. Sin embargo, una canción puede cambiar muchas cosas, sobre todo si tienes un día de mierda. A nosotros nos interesa mucho el ritual como forma de vínculo sagrado con el entorno y un concierto puede ser una experiencia que te cambie absolutamente la vida. No sé si una canción lo puede cambiar todo, pero estoy seguro de que la música sí. Ahora todo el que esté leyendo esto está pensando en ese momento en el que algo hizo “clic” y ya nada volvió a ser como antes. Por eso da igual el punk, el rock, el rap o la movida que sea, la música son vibraciones. Joder, ¡un disco hace música porque los surcos vibran! Si eso no puede cambiar estados de ánimo, ¿qué lo puede hacer?

Una vez realizada este verano una parte del tour por festivales, presentáis ya en salas el disco, ¿es ahora el momento de recoger esa exposición y comprobar cómo ha recibido el público el LP? ¿O es la parte de contactar con los seguidores que habéis ido ganando en todos estos años?

Un poco de todo. Nosotros somos peña muy sencilla que vemos esto como una séptima juventud y sin ningún tipo de pretensión, así que todo lo que venga será bienvenido. Vamos a viajar bastante, eso sí. Tenemos la inmensa suerte de tener familias comprensivas y que nos apoyan sin las cuales todo esto sería imposible. Es importante recalcarlo y recalcar el papel fundamental que juegan en todo esto.

Texto: David Vázquez

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