Encuentros

Frank Turner & The Sleeping Souls, «no puedes elegir a tu público»

Foto: Casey McCallister

 

Frank Turner aparece en la videollamada con una energía que golpea como una guitarra: rápido, directo, sin artificios. Amable y sincero desde el primer minuto, se le percibe como alguien que prefiere conectar de forma genuina, sin formalidades ni rodeos.

Es el mismo tipo que ha girado con Green Day, NoFX o Springsteen, y aun así mantiene intacta su sencillez, como si el tiempo en carretera hubiera refinado su honestidad en vez de desgastarla. Turner no se guarda favores: aprendió de Noodles, de Offspring, la importancia de «devolvérselos» a las nuevas generaciones. Desde entonces, el escenario de esta figura imprescindible del punk británico es también el de bandas que empiezan y a las que admira profundamente. Igual que a sus ídolos.

Entre tatuajes y canciones, comenzó su carrera a golpes en la banda post-hardcore Million Dead. Después vinieron los himnos alternativos de folk punk. Su pasado reciente incluye conciertos benéficos en streaming durante la pandemia, en apoyo a las salas de pequeño aforo; 50 conciertos en 50 días por los 50 estados de EE.UU.; y los ya legendarios 15 shows en 24 horas en el Reino Unido. ¿Su última hazaña? Cumplir un contrato de cinco álbumes con una multinacional para, finalmente, regresar libremente a la escena independiente. Aunque se ve a sí mismo como un trovador moderno, en Undefeated («Invicto»), su décimo álbum, muestra que, más que contar historias, busca narrar su verdad. Personal e introspectivo como pocos, se encuentra a medio camino entre el artista folk y el rockero post-hardcore. Pero siempre punk. Sobre este elepé charlamos para entender qué mueve a este artista de carrera de fondo, que sueña con el orgullo de un legado más que con alcanzar la fama.

Frank Turner estará presentando Undefeated el 18 de noviembre en la Sala But de Madrid y el 19 de noviembre en la Sala Apolo de Barcelona, acompañado por Skinny Lister y The Meffs. Prometen ser noches explosivas, de esas de las que Turner lleva la cuenta y nosotros guardamos en la memoria.

 Undefeated es tu décimo disco en solitario en 25 años de carrera. Realmente es como para sentirse invicto… ¿Cómo te sientes respecto a estas cifras?

 Diría que me siento como un superviviente. ¡Grabar 10 discos es una locura! No muchas bandas llegan a esa cifra. Siempre intento asegurarme de que estoy grabando porque quiero, no sólo porque “toca” hacerlo”. No quiero sacar un disco simplemente porque es lo que se espera, quiero sentir que tengo algo que decir. Y cuando me senté a escribir Undefeated, me sorprendió ver que tenía mucho que contar. Me siento muy afortunado de seguir en esto después de tantos años. Hace unas semanas dimos nuestro mayor concierto en Europa, lo cual es increíble: ¡aún alcanzamos nuevos hitos a estas alturas!

 Es curioso, porque hice mi primera gira hace 26 años y ahora algunas bandas más jóvenes me ven como un veterano, una especie de “tío lejano”. Pero me gusta, de alguna manera. Si sobrevives tanto en la industria, no sé si invicto, pero terminas siendo incuestionable. Puede que a la gente no le guste lo que haces, pero no pueden negar que aportas algo. Si no, no seguirías aquí después de tantos años. Hay días en los que veo estas cifras y pienso, “¡joder! Llevo mucho tiempo en esto,” pero en general, me encanta. Es lo único que realmente creo que se me da bien, y estoy agradecido de seguir haciéndolo.

En algún sitio leí que sentías que tenías el deber de justificar por qué grababas un décimo disco…

 Sí, lo dije porque no quiero hacer discos sólo por cumplir un plazo y formar un repertorio con canciones que suenen a refritos y letras vacías; eso me parecería mal para mí y para mi público. Aunque me considero un “animador”, también soy un artista y escritor, y quiero asegurarme de que el arte que saco es algo de lo que pueda estar orgulloso. Hay bandas que sacan discos y piensas “bueno, es otro disco más”. Seguramente algunos piensen eso de mí también, pero estoy seguro en mi interior de que todavía tengo cosas nuevas que decir.

En este caso creo que es un disco muy optimista, no que esto sea raro en ti… pero es un optimismo maduro, nada ingenuo.

 Sin duda, tengo un toque optimista en mi personalidad, aunque viene de una visión bastante realista, quizá hasta pesimista, del mundo. La vida puede ser dura, y el mundo puede ser un lugar implacable. Pero igual que eso es cierto, también merece la pena poner tu energía y tus esfuerzos en intentar mejorar las cosas, o al menos en centrarte en lo positivo. A la hora de escribir, prefiero pensar en cómo, a pesar de todo, podemos intentar mejorar el mundo. Me gusta más esa idea que salir a un escenario para cantarle al público que la vida apesta. ¿Por qué no decir, en su lugar, que la vida apesta, pero aquí hay algunas cosas que a lo mejor podemos hacer para cambiarlo?

 Es la primera vez que te auto-produces y lo haces justo cuando regresas a un sello independiente por elección propia… ¿Qué te ha llevado a tomar estas decisiones en este momento de tu vida?

Para mí, el mundo independiente siempre ha sido mi hogar. Hace 12 años firmé con un sello importante porque salió la oportunidad y sentí la curiosidad. Pensé, “¿por qué no? La vida es corta,” y todo eso. En realidad, esperaba hacer un solo disco y que me echaran, pero me sorprendió lo bien que funcionó y acabé cumpliendo los cinco discos que firmamos. Muy pocos artistas completan un acuerdo discográfico, normalmente se rescinde el contrato en algún momento o simplemente se rompe. Pero, en mi caso, lo cumplí. Al finalizar, me ofrecieron continuar, pero con gran respeto y gratitud, sentí que era el momento de regresar a mis raíces. Creo que hasta sorprendí a mi A&R, quien me confesó que nadie le había hecho algo así.

Respecto a la producción, estar en un sello grande nunca me limitó, pero regresar al circuito independiente me dio la oportunidad de autoproducirme, una habilidad que aprendí durante la pandemia: el cómo grabar y producir música. Quiero decir que, he compuesto toda mi música y participado en los arreglos, pero nunca me había sentado antes a poner micrófonos o los parámetros de un compresor… Al principio me dediqué a producir para otras bandas, pero después de tres años haciéndolo, llegó el momento de grabar para mí. Nos preguntamos quién iba a producirlo y pensé que ya tenía los conocimientos necesarios para hacerlo yo mismo, sin tener que gastar una fortuna en que lo hiciera otro. Con este disco en particular, tenía muy clara la visión de cada canción antes de entrar a grabar. A veces un productor externo aporta nuevas ideas, pero en este caso sólo quería captar lo que ya tenía en mente. Para el siguiente álbum, puede que colabore con otro productor; ya veremos.

 ¿Dirías que te has sentido más cómodo produciéndote a ti mismo, o ha sido simplemente diferente?

 Diría que ha sido diferente. A veces sentí miedo, porque no había nadie a quien culpar si algo salía mal. Cuando grabamos la batería, invité a un amigo que sabía hacerlo sólo para que revisara mi trabajo; no quería fallar, ya que sería mi responsabilidad. Pero cuando comenzamos a grabar en mi casa, en verano, cerca de la playa, con la banda, saliendo a nadar por la mañana… fue hermoso. Llevamos mucho tiempo juntos y, aunque al principio algunos se sorprendieron, al final todos entendieron que era una buena idea y creo que hicimos un gran disco.

Sí que lleváis mucho tiempo juntos. Es algo que me gusta de ti, que parece que confías en tus amistades para trabajar con ellas, o empiezas a trabajar con gente que acaban siendo amigos tuyos.

Absolutamente. Es muy importante para mí tener buenas relaciones con las personas con las que paso la mayor parte de mi tiempo. Creo en la lealtad. Cuando hablo de mi banda y de la gente que me acompaña en la gira, estoy hablando de personas que convivimos en un autobús, que es como una especie de casa con ruedas. Estamos juntos todo el tiempo durante nueve meses. No quiero estar en esa situación con extraños ni tratar a la gente como empleados. En la gira, no soy el jefe; mi tour manager es la que manda. Algunos de los chicos de mi banda hemos estado tocando juntos durante veinte años, así que sería raro si no fuéramos amigos a estas alturas. Prefiero pasar tiempo con personas en las que confío y respeto. Mi tour manager y yo nos conocimos hace veinte años, empezamos como amigos antes de trabajar juntos, y ahora resulta que es la mejor tour manager del mundo. Eso me hace sentir bien.

Hablemos del disco. Para mencionar algunas canciones, me encantan «Ceasefire» y «Letters». Para mí son como dos obras maestras dentro del álbum, tanto en lo musical como líricamente. Creo que son muy introspectivas; tampoco es que esto sea nuevo en ti, pero hay un gran crecimiento personal en el disco…

 Muchas gracias, eso es muy amable. Más de la mitad de las canciones del disco, incluidas esas dos, abordan un tema similar. Hubo un breve momento en que consideré hacer un disco conceptual, una conversación entre mi yo actual y el de cuando tenía 15 años. Tengo sentimientos enfrentados sobre los discos conceptuales; a excepción de Seventh Son of a Seventh Son de Iron Maiden, no siempre funcionan. Además, no quiero renunciar a grabar una canción por tratar un tema diferente; eso me suena a jodida locura. Pero sí que hay un hilo común en muchas de estas canciones.

 «Letters» habla de una amiga por correspondencia que tenía en mi adolescencia, que me enviaba cintas de punk-rock. Nos escribimos durante tres años, hasta que el contacto se perdió. Después de que la canción se publicara, me escribió un e-mail para preguntarme si era sobre ella; fue la primera vez que supe de ella en 25 años.

 «Ceasefire» fue la primera canción que escribí para el disco y está conectada con esa idea del álbum conceptual: un diálogo con mi yo de 15 años, que vivía constantemente enfadado con el mundo. En la canción, me digo que me tranquilice, que el mundo no es tan blanco o negro como me parecía entonces. Cuando tienes 15 años, todo parece horrible, pero hay que recordar que eso es sólo parte de la complejidad de la vida.

 Mostrándote tan sincero y honesto en tus letras, tan vulnerable, ¿no pones en riesgo precisamente esa sensación de “invicto”?

 ¡Ahá! como has mencionado, suelo escribir sobre asuntos personales y estoy acostumbrado a sentirme vulnerable. Sin embargo, siempre hay un riesgo al hablar de algo que no he abordado antes; por eso, tengo un truco al escribir, que llamo “el pinzamiento”. Si algo me provoca una reacción fuerte, como un pinzamiento, me digo a mí mismo que debo mantenerlo. Provocar esa reacción es lo que hace que la música sea poderosa.

 Me encanta escuchar canciones donde alguien dice algo impactante y piensas: “¿realmente ha dicho eso?” Cuando sucede, no hay vuelta atrás. Sin embargo, hablar de otras personas puede ser complicado. Me siento con derecho a ser duro conmigo mismo, pero cuando se trata de los demás, antes debo consultarlo con ellos. En mi álbum anterior, escribí una canción sobre mi padre y hablé con él y mis hermanas para asegurarme de que todo estaba bien con ellos.

 A veces, al cantar en el estudio, me acostumbro a las canciones y luego me encuentro cantándolas sobre un escenario ante 2,000 personas, y una parte de mi cerebro me está diciendo: “¿qué demonios estás haciendo hablando de esto? ¡Es una locura!” Hay una canción en Tape Deck Heart, «Plain Sailing Weather», que básicamente trata sobre mí siendo un gilipollas. Si tocas esa canción delante de 2,000 personas que la cantan contigo, tu cerebro se pregunta si la cantan porque también se sienten así o porque están de acuerdo en que yo me sienta así. Son dos cosas diferentes, ¿sabes lo que quiero decir? Pero prefiero cantar sobre lo que es importante para mí que sobre mi jodido coche.

 De algún modo, cantar sobre temas tan personales también es una forma de sanar una herida, ¿no?

 Es catártico, exactamente. Es una forma pública de terapia, definitivamente. Con el tiempo, he aprendido que a veces necesitas terapia de verdad; al menos yo lo hago. Pero tener la oportunidad de hablar sobre los temas más difíciles de manera tan catártica es algo de lo que me siento muy agradecido. No quiero sonar como el jodido Bob Geldof, pero cuando la gente se acerca después de un concierto y me dice que tal canción les ayudó en un momento personal, es algo muy bello. Esa conexión es algo por lo que siempre estaré agradecido.

Claro, tus problemas de hoy pueden ser los míos de mañana, aunque con nombres distintos…

Exactamente, y a veces aprendes mucho del mundo a través de lo que compartes con otras personas.

Hay una canción, «Pandemic PTSD», que sorprende por los años que han pasado desde la pandemia, que para mucha gente parece olvidada.

De eso trata la canción. Siento que la gente ya no quiere hablar del tema, y lo entiendo, porque fue traumático para muchos. Hay una necesidad de pasar página. Sin embargo, me resulta frustrante la dinámica de los ciclos informativos en el Reino Unido. Durante un tiempo, se hablaba solo de la pandemia, y de repente cambiamos a la guerra de Ucrania. Es como, ¿ya no importa la pandemia? La industria musical sufrió enormemente. Además, la pandemia afectó a la salud mental de muchas personas –desde luego, me afectó a mí–. Tengo amigos que trabajan en educación, y tienen chavales que directamente han dejado de ir al colegio. Creo que es crucial mantener una conversación amable sobre ello, aunque sólo sea para asegurarnos de que todos estamos bien.

 Cambiando un poco de tema, tienes 42 años, ¿cómo ves la escena punk rock ahora que estás en medio de ella? Hay bandas 20 años más jóvenes empezando, pero también grupos 20 años mayores que tú que siguen en la escena…

 Creo que la escena punk rock está muy saludable en este momento, lo cual me entusiasma. Hay un legado importante, y yo mismo participé en el último concierto de NoFX, lo cual fue un gran honor. Bandas como Bad Religion o Social Distortion siguen haciéndolo, lo cual es genial y esperanzador.

 Pero, al mismo tiempo, el verano pasado, en algunos festivales de punk rock en Europa, vi una nueva generación de bandas que, sorprendentemente, no conocen a Social Distortion, ¡mucho menos a Frank Turner! Y eso es genial, porque el punk rock no se trata de jerarquías, sino de pasión. Ver bandas como No Bro, Lambrini Girls, The Meffs… bandas que tienen ese espíritu, ¡es increíble! Es genial ver que algunas de ellas conocen y aprecian mi música, pero no necesito que eso ocurra. ¿Conoces No Bro, de Canadá? Son actualmente la mejor banda punk del mundo. Su álbum Set Your Pussy Free es fantástco y son, sin duda, mi banda favorita en este momento. Me alegra que existan y que se atrevan a reventarlo todo.

 Sobre esto que dices de que algunas de estas bandas no conocen a Frank Turner, a veces tengo la sensación de que tienes estatus de artista de culto, a pesar de haber girado con Offspring, Green Day, Dropkick Murphys, Flogging Molly ¡e incluso Springsteen! ¿Lo sientes así?

 Puede ser… Lo primero que diría es que soy la peor persona para responder a esta pregunta, porque estoy inmerso en todo. Pero, de algún modo, tal vez tengas razón. Como artista, no puedes elegir a tu público; es el público quien te elige a ti. No he tenido una carrera como la de Green Day o Springsteen, pero ha sido mucho mejor de lo que esperaba, y aquí sigo. Así que no me quejaré por la noche antes de meterme en la cama.

 Es divertido cuando te encuentras con alguien que no te conoce en absoluto y piensas: “He vendido un buen montón de discos, colega, y he tocado frente a unos cuantos miles de personas”. Pero al mismo tiempo, he tenido la oportunidad de hacer lo que he querido y cómo lo he querido. Estoy agradecido por ello. Así que, sí, supongo que un estatus de artista de culto está bien. Mis héroes son Nick Cave y Elvis Costello, que son gente con una carrera de fondo, no con discos de gran éxito. Si acabo con una carrera mínimamente parecida a la de ellos, me daré por satisfecho.

Para mí, ser un artista de culto está relacionado con ser un tipo de artista sincero, comprometido con su obra, sus letras, sus canciones… Es lo que has dicho: no puedes elegir tu público, sino que tu público te elige a ti. Quizá esta conexión sea entonces más real y auténtica.

 El arte es comunicación y empatía. Si tienes una conexión con tu público, eso es precioso. Significa que estoy haciendo bien mi trabajo, y estoy agradecido por eso.

 ¿Qué has aprendido de estos grandes nombres? Seguro que cosas buenas, pero también cómo no quieres hacer según qué cosas…

 No quiero nombrar a nadie en particular, pero definitivamente he aprendido parte de lo primero y de lo segundo. En tu carrera, tienes situaciones que controlas, y he vivido momentos en los que he pensado: “Ok, pues esto no lo haré así”. Por ejemplo, no hago Meet&Greets; si la gente quiere saludarme, me quedo junto al autobús al terminar el concierto. ¿Pagar por un saludo? ¡Que les jodan! He aprendido mucho de artistas como Springsteen; su manera de dar conciertos es una lección magistral. Pero también cuando giré con los Dropkick Murphys, me fliparon tanto que tomaba notas a un lado del escenario. Siempre intento ser un estudiante en la música; es una buena forma de crecer.

 Para acabar, Million Dead regresáis el año que viene. ¿Qué ha cambiado después de vuestra ruptura?

 Esta es la primera vez que alguien me pregunta esto desde el anuncio, así que te llevas la exclusiva. Rompimos en 2005 de una manera poco amigable, hace casi veinte años. Mirando atrás, éramos jóvenes. El año pasado, comenzamos a hablar a través de un amigo en común y nos dimos cuenta de que lo que nos molestó en 2005 no importaba tanto. Nos preguntamos si lo pasaríamos bien juntos y si el público lo disfrutaría. La respuesta fue sí a ambas preguntas, así que ¿por qué no hacerlo? Pero prometo que no haremos música nueva. Sólo haremos unos conciertos, nos divertiremos y luego cada uno seguirá su camino. Hicimos un ensayo hace unas semanas y nos sentimos genial. ¿Por qué no hacerlo si hará feliz a la gente? Espero que mi orgullo de los 23 años no pese más que la voluntad de hacer feliz a los demás.

 

Texto: Borja Figuerola

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda