Encuentros

Big Star, «no hay nada como estar en una banda de rock»

 

La gira que conmemora medio siglo del glorioso Radio City nos trae de nuevo a Jody Stephens junto a Stamey, Mills, Auer y Sansone (de mano de —benditos sean— Houston Party). Obligatorio charlar de nuevo con el adorable superviviente de Big Star y repasar su creación. Ver fechas en cartel de gira dentro de la entrevista.

 

A pesar de estar involucrado en la génesis de Radio City, Chris Bell dejó la banda a finales del 72. ¿Cómo te sentiste?

Fue triste. Todo el enfoque de #1 Record fue su visión. Puso todo su corazón y su alma. Le dedicó muchas horas. Fue triste verlo irse, pero él no estaba feliz, y todos nos distanciamos un poco, incluidos Alex, Andy y yo. En Radio City, al trabajar como trío, nuestros roles cambiaron. Dispusimos de más espacio y exploramos nuevas posibilidades con nuestros instrumentos. La nueva música de Alex y Andy era increíble, con un toque de rock más duro, diferente. Yo compré una batería más grande y empecé a usar otras baquetas, así que mi sonido también cambió.

Todo empezó con una demo de 4 canciones. ¿Recuerdas aquella sesión?

Sí, fue una grabación genial. Consistió solo en 2 pistas grabadas en vivo. Había 4 nuevas canciones que Alex y Chris habían coescrito y que luego se repartieron. «Back of a Car», «O My Soul», «Got Kinda Lost» y «There was a Light». Me cautivaron por completo. Fue un comienzo realmente bueno.

Poco después, en enero, debutasteis como trío en Lafayette’s. A pesar de sonar convincentes, se ha dicho que la experiencia os llevó a dejarlo un tiempo. ¿Es eso cierto?

Aquello nos distanció. Recuerdo que en ese show la gran atracción eran Archie Bell & the Drells, así que nadie de los presentes estaba allí por Big Star. Nos esforzamos en intentar ganarnos a su gente pero no sé si funcionó. El público no fue grosero, pero al final de cada canción se podía escuchar perfectamente a un par de personas aplaudiendo entre la multitud. Adoptamos una actitud de “¡A quién le importa!” y nos dejamos llevar intentando sacar lo mejor de nosotros sin pensar en el público.

Al poco tiempo, Alex empezó a escribir canciones a medianoche con Richard Rosebrough y Danny Jones en esa jam band conocida como Dolby Fuckers. Parece un tiempo algo disperso para Big Star. ¿Qué percepción tenías entonces de hacia dónde se dirigía la banda?

Yo ya iba a la universidad y además tenía un trabajo en un club de Overton Square, a un par de manzanas de Ardent Studios, que en aquel momento era el centro del universo en lo que a música y fiestas se refiere. Estaba ocupado. Tenía novia, trabajo y estudios, así que no tenía mucho tiempo para pensar en ello. Tras el show en la Rock Writers Convention, cuando realmente volvimos, estaba extasiado por trabajar juntos de nuevo. No hay nada como estar en una banda. Esa sensación de ser parte de algo y crear juntos música… Es algo genial.

La Rock Writers Convention fue una brillante acción de John King para relanzar a la banda. Se dice que fue vuestro mejor concierto y que su éxito, con periodistas como Bangs, Crowe o Marcus de testigos, os empujó a grabar un nuevo LP. ¿Crees que ese show ayudó a plantar las semillas de vuestra leyenda?

Sin duda. Sin la Convención nadie hubiera llegado a saber quiénes fuimos. A raíz de ese interés, cuando Alex y yo terminamos el tercer álbum, esos periodistas siguieron escribiendo sobre nosotros y con los años nos seguían citando cuando otra banda les recordaba a Big Star. Gente como Mike Mills y Peter Buck decían cosas preciosas sobre nosotros y en consecuencia, la audiencia de R.E.M. se interesó en quiénes éramos. Luego llegaron los Replacements con la canción «Alex Chilton» y Robyn Hitchcock dijo aquello del saludo secreto así que… Esa bola siguió creciendo hasta hoy.

Radio City es un LP más directo, pero está lleno de detalles complejos. Además se completó en un breve período de tiempo. ¡Estábais inspirados! ¿Cómo recuerdas su grabación?

Definitivamente Alex estaba inspirado, tocando y cantando. Y eso, a su vez, era inspirador para mi. La forma de tocar de Andy Hummel, las melodías que se le ocurrían y esas líneas aparentemente simples hacían que las canciones siempre fueran mejores. Verás, justo ahora vengo de ensayar y estaba escuchando «Back of a Car» para repasar bien mis partes y lo que yo hago son ritmos musicales que se cuelan entre Andy y Alex, pues las melodías se complementan totalmente. Además, antes de las sesiones de Radio City, Alex ya había grabado «What’s Going Ahn», «She’s a mover» y «Mod Lang» con Richard y Danny, que son grabaciones brillantes. Siendo algo aparentemente espontáneo, ¡suenan tan precisos! Richard es uno de mis baterías favoritos de todos los tiempos. Ese tempo lento de «What ‘s Going Ahn», el álbum de Chris Bell y «I am the Cosmos»… Simplemente agrega profundidad emocional a las cosas. Alex, Andy y yo intentamos regrabar esas 3 canciones, pero no funcionaron igual. Así que dejamos esas tomas y las incorporamos al disco. Para mí, eso lo hace más atractivo.

Las bajas ventas de Radio City lo convirtieron en otro fracaso. De nuevo la historia se repitió y el LP no llegó a las tiendas. ¿Te sentiste frustrado?

Oh, no sé. Es extraño. Estoy seguro de que Alex y Andy estaban un poco frustrados, a juzgar por algunos de sus comentarios, pero para mí, tener un disco exitoso parecía algo inalcanzable. Una especie de sueño. Hubiera sido maravilloso, pero las probabilidades de tener un hit y hacer una carrera estaban en nuestra contra. Considerando la cantidad de personas que hacen música y la lanzan al mundo, es muy difícil hacerse oír y conseguir el interés de la gente. Seguro que me sentí un poco decepcionado, pero la emoción de crear esa música, ser parte del proceso y haber acabado vinculado laboralmente a Ardent, para mí es un regalo. Estoy tremendamente agradecido por haber estado en Big Star y agradecido a John Fry por lo que hizo con nosotros. Poder seguir tocando hoy esta música con semejante elenco, tener un espacio para crear con Those Pretty Wrongs… Tengo suerte de que Big Star me haya proporcionado tanto.

Hablando de Fry, el sonido de Radio City vuelve a ser sencillamente mágico. En él conviven el brillo de tu nueva batería Ludwig, grabada en multipistas, con la de Richard Rosebrough en una sola pista. Incluso «O My Soul» se mezcló directamente en mono. ¿Cómo es posible que suene tan cohesionado?

Bueno, digamos que tener a Alex como cantante principal y guitarrista establece el estado de ánimo general. Además, creo que Richard y yo teníamos mucho en común estilísticamente. Toqué en «O My Soul», pero luego tienes «Mod Lang» y todo proviene del mismo tipo de espíritu. Simplemente funciona. Es un privilegio haber tenido a Richard en el disco. Y qué decir de John Fry. Básicamente era otro miembro de Big Star, hizo que todo sonara brillante. Es el responsable absoluto del maravilloso sonido de ambos discos.

Después de presentar Radio City, el comportamiento de Alex se volvió imposible. John Lightman, que había sustituido a Andy, se hartó y abandonó. Me sorprende que tú permanecieras en todo momento fiel a Alex. ¿Qué era lo que te retenía junto a él?

Estábamos en sintonía musicalmente. Las nuevas canciones y la forma en que las interpretaba lo hacía interesante. A veces eran un poco raras, pero era brillante expresando su estilo de vida y sus emociones. Era algo que estaba en lo más profundo de su ser, pero que sólo afloraba en su música. Siempre me resultó interesante, así que quería quedarme. Además quería aprender el proceso de grabación y estar en el estudio con Jim Dickinson. Su presencia en la sala de control aportaba a las grabaciones un espíritu completamente diferente. Jim daba uniformidad a las cosas.

¿Qué espacio mental ocupa Radio City hoy día para ti? ¿Qué piensas de él 50 años después?

Bueno. Todos los días me siento y escucho las canciones de ese disco preparándome para la gira. No lo sé. Me hace sentir bien haber sido parte de su creación y ver hasta dónde ha llegado. Hay veces que me pregunto ¿qué hubiera pasado si no hubiera formado parte de todo aquello? Pero no me permito regodearme mucho tiempo en pensamientos perturbadores.

Gracias Jody, me encanta hablar contigo. Siempre te centras en el lado positivo de las cosas. Y en vuestra historia, por méritos propios, la obra se ha impuesto, otorgando un final feliz.

Exacto. Es una historia con final feliz. El camino al éxito no ha sido el habitual, pero Big Star ha acabado alcanzando lo que perseguía. Personalmente, he estado 37 años vinculado a Ardent, una empresa que está en proceso de renovación bajo una nueva dirección, y que volverá a abrir en octubre, así que me siento bien con mi vida y mi familia, y feliz en el lugar en el que estoy. Y poder estar aquí, hablando de esto contigo ahora para Ruta 66 en España, me parece algo asombroso.

Texto: Marce “Becerring” Moreno

Fotos: Luís Troner

 

REEDICIÓN CHILTONIANA CON ACENTO ESPAÑOL

Si bien siempre es buen momento para regresar a los discos de la saga Big Star, mayor placer produce revisitar hoy la imprevisible y guadianesca carrera de Alex Chilton, mucho menos transitada. A modo de ejemplo, el delicioso Clichés (New Rose, 1993 / Ardent, 1994) conocía al fin edición vinílica este 2024. El disco, un compendio de estándares jazzísticos editado por primera vez a la par que se producía el regreso de Big Star en los 90, ha sido prensado ahora gracias al empeño de Glen Morrow, de Bar None Records. En una de esas carambolas del destino, el sello de Nueva Jersey ha optado por vestir sus anaranjados surcos con un espectacular arte gráfico ilustrado expresamente por el cordobés Antonio J. Moreno, autor que el avezado lector routier reconocerá bajo el alias de El Ciento.

 

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