Si habéis estado en Texas, sabréis que una exposición elevada a su sol abrasador, es contraproducente, y que por lo tanto cada cierto tiempo necesitas cobijarte en algún lugar con algo de oscuridad. La tejana Brownsville es una ciudad fronteriza con la mejicana Matamoros, Luis Navarro y Joel Niño Jr., integrantes del dúo Twin Tribes, se mueven a caballo entre ambas, y seguro que pasaron muchas horas encerrados en su garaje oscuro, refugiándose del sol, y desarrollando sus influencias oscuras y de regusto latino, aplicando sonidos barrocos y letras fantasmagóricas, para aislarse del exterior. Aunque viéndolo en perspectiva, ésta casa a la perfección con los paisajes áridos.
Con un “outfit” de chupa de cuero, botín de punta y maquillaje pálido, desarrollaron su propuesta bajo sintetizadores y bases programadas. Un concepto puramente sintético y de estilo, que se arropa en un bajo grueso y guitarras de corte bohemio y presencia tímida, haciendo que su sonido se vea algo lastrado en ese sentido. Aplicado más de volumen y distorsión contenida, se hubiera visto favorecido todo el conjunto, ya que las programaciones se superpusieron a éstas.
“Pendulum (2024)” representa un referente actual en el universo darkwave, una especie de puesta al día de estilo, pero que mantiene las formas dentro de la zona de confort en cuanto a ese sonido. El dúo basó su setlist en él. “Monolith” o “Sanctuary” convivieron junto a otras propuestas que directamente miraron a las referencias del otro lado de la frontera, como “Sangre de oro“ y “Perdidos”, o evidenciando también su gusto por el rock español con el cover de “Lobo hombre en Paris” de La Unión, el cual sonó excesivamente fiel al original sin llevarlo a un terreno más oscuro.
Pero si la banda se encuentra en una situación de clara progresión, esta es por temas como “Fantasmas”, un claro hit para las nuevas generaciones oscuras, y que las viejas abrazan para mantener el estilo vivo. Sonó como final del show, bajo una descarga de luces psicotrópicas, aires vampíricos, voces del más allá que aplicó el público y flores sobre el escenario.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Sonia Eireos Gallarin