No ha sido un camino fácil ni para los organizadores del festival ni para los asistentes de este Kalorama Madrid 2024, pero a pesar de las adversidades como las cancelaciones de artistas a última hora, tormentas torrenciales y quejas constantes en sus redes sociales, han salido triunfales de estos tres días de festival permitiendo a los asistentes presenciar conciertos inolvidables, que al fin y al cabo, es lo que más importa.
La jornada del jueves comenzó con la joven banda procedente de Leeds, English Teacher. El cuarteto representó a la perfección esta nueva ola de bandas resucitadoras del Post-Punk que han sabido beber de grupos como Joy Division pero también darle su toque personal. En este caso con la voz de LiLy Fontaine recitando y entonando canciones como la melancólica y perfecta “Albatross”. Comienzo inmejorable.
Joe Goddard hizo bailar a los valientes que consiguieron resistir bajo sol abrasador de la capital con canciones propias de su nuevo disco en solitario, dejando a un lado a Hot Chip y demostrando una evolución y madurez musical que se pudo entender con canciones como New World (Flow). Hit absoluto donde los haya.
Una de las bandas esperadas del día, eran los Neoyorquinos Nation Of Language que a pesar de que había mucha luz para su aura “oscurita”, consiguieron una muy buena conexión con el público y un show de lo más ameno y entretenido. Su frontman, Richard Devaney, dio lo mejor de sí sobre el escenario uno. Nos dejaron muy buen sabor de boca con temas como “September Again” o “The Wall & I”.
Volvemos al escenario dos, en el que el sol incidía de tal manera que la diosa punk Alisson Mosshart (The Dead Weather) no dejaba de cubrirse la cara como podía desde que The Kills pisaron el escenario. Segundo concierto consecutivo de la tarde con caja de ritmos marcando el tempo del show, aunque en este caso la distorsión de las guitarras de Jamie Hince , dieron el toque más rockero a la jornada del jueves. Creo que hablo en nombre de todos los presentes al mencionar la energía sexual que desprende la música de este dúo británico y en concreto, la actitud de su vocalista Alisson, que consigue un magnetismo arrollador acompañado de una actitud incendiaria sobre el escenario. Imposible no fijarte en el “Suck My Dick” de su camiseta sin pensar: “¡Qué Jefa!”
Canciones como Black Balloom nos trasladaron a la época dorada de The Kills y otras como “Doing it to Death” al presente con su aparición en la magnífica BSO de la polémica y brillante película de 2021 “Titane”.
La nostalgia fue la reina de la jornada del jueves y para complacer a los más afectados por ella, comenzó el concierto de Death Cab For Cutie. Himnos dosmileros de aquel ya lejano disco de 2003, “Transatlanticism”. Seña de identidad de la banda de Seattle. Acompañamiento perfecto para todos aquellos que escuchábamos con el corazón (veinteañero) encogido (ya fuese por la resaca o por el desamor) canciones inolvidables como “Title and Registration”, “The sound of Settling” o el imparable in crescendo de Transatlanticism (I need you so much closer…). El silencio y una atmósfera inmejorable manejada a la perfección por una banda compenetrada al cien por cien, acompañó un bucólico atardecer anaranjado y a un público vibrante sobre el asfalto de Ifema. Aprovechando que Death Cab For Cutie y The Postal Service comparten al mismo vocalista, Ben Gibbard, disfrutamos de un concierto doble con una descanso de 15 minutos entre medias.
The Postal Service aparecían vestidos de blanco y con una Jenny Lewis y un Kimmy Tamborello dispuestos a defender ese “Give Up” que tantos beneficios le generó a la mítica discográfica Sub Pop. Sonidos delicados y electrónicos desembocaron en una colofón final con los miembros de ambos grupos ejecutando una bellísima versión del “Enjoy the Silence” de Depeche Mode.
El Dj francés Folamour, pasó sin pena ni gloria por el enorme hueco que había dejado la ausencia The Smile en el line up principal y que tantas críticas ha generado a la organización por parte del público. Pocas bandas pueden presumir de tener un directo impecable, pero LCD Soundsystem pueden, pudieron y podrán. Sin ninguna duda, uno de los mejores shows del festival. Imposible quedarse quieto en la hora y media que nos regaló la banda Neoyorquina. James Murphy liderando a una formación con una ejecución imparable. Electrónica, punk, mantras psicodélicos y una lírica enredada en una precisa percusión que no te dejaba escapar ni un segundo. Una descarga de adrenalina necesaria que dejó el listón muy alto.
El viernes amanecimos con la triste noticia de la caída del cartel de uno de los platos fuertes de este Kalorama. Fever Ray no actuaría por enfermedad de su vocalista Karin Dreijer. La banda británica Yard Act fue la gran sorpresa del día ofreciendo un concierto animado y muy fresco que incitó a los asistentes a los primeros bailes de la tarde junto a sus coristas encantadoras de serpientes.
Gossip congregó a muchos oyentes que fueron a disfrutar de la nueva etapa musical de Beth Ditto, pero también a escuchar insignias de su discografía como “Heavy Cross “ o “Standing In The Way Of Control”. No defraudaron. Yves Tumor y su banda despuntaron gracias a su propuesta con toques de rock industrial que les envuelve en una halo de lo más misterioso.
Casi finalizando el show, una gran tormenta arrasó con todo y el festival tuvo que detenerse, cancelando a continuación a Raye y Soulwax. ¡Pero siempre nos quedarán The Prodigy para salvar los festivales apocalípticos! Su ya conocido enérgico directo consiguió salvar la noche con miles de personas coreando himnos como “Smack my bitch up” o quemando suela a ritmo de “Voodoo People”. Todo ello, sin olvidar a Keith Flint, al que homenajearon dibujando su silueta con láser en un momento en el que todos los asistentes le brindaron su particular ritual. Pelos de punta.
Y por fin llegó el sábado. El día que muchos estaban esperando. Se notó considerablemente en la gran afluencia de gente en comparación a las jornadas anteriores. Los culpables: Massive Attack, Jungle y Sam Smith.
Los de Bristol, nos tuvieron en vilo a muchos de los asistentes debido a sus cancelaciones en festivales de años anteriores y pensando en que como cayese una sola gota, nos quedábamos sin el show de Massive Attack. Pero cuando salieron al escenario y comenzaron a tocar, el tiempo se detuvo y presenciamos uno de los mejores conciertos que han ofrecido en la capital. Un show inmersivo, íntimo, reivindicativo, provocativo y con un setlist perfecto. Sonaron grandes éxitos como “Angel” interpretado por el gran Horace Andy o “Unfinished Sympathy” en la que una soberbia Deborah Miller nos dejó boquiabiertos a todos con una sublime interpretación.También hubo versiones que nos descolocaron (para bien) como “Rockwrok” del grupo inglés, Ultravox.
Pero si hay que mencionar una versión especial, esa fue la de Elisabeth Fraser interpretando una etérea “Song to the Siren” que ya hizo suya con su banda The Mortal Coin y que originalmente compuso Tim Buckley. Y sí, interpretó “Teardrop”. Y sí, hubo lágrimas. Majestuoso concierto de Robert del Naja y los suyos.
Supongo que para muchos el final cronológico del festival lo puso la DJ Surcoreana Peggy Gou aunque sinceramente, el mejor cierre lo llevaron a cabo Jungle y su fiesta continua sobre el escenario. No cabía ni un alfiler en el escenario dos y aun así las masas se movían al unísono.
Fue una bacanal musical con unos maestros de ceremonias que, sin muchas florituras, nos guiaron por su chispeante último álbum “Volcano” y no se dejaron atrás grandes singles como “Casio” o “Busy Earnin´” de sus primeros trabajos.
No se me ocurre mejor final para un festival que ha tenido muchos obstáculos para irse a pique pero que ha sabido mantener la compostura y salir victorioso con un público más que satisfecho. Ojalá volver a vernos el año que viene, Kalorama.
Texto: Almudena Belmonte
Fotos: Salomé Sagüillo
