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Blow Up Festival – Kafé Antzokia (Bilbao)

Howlin’ Jaws

 

El Blow Up Fest está más que consolidado. Un minifestival de sala que, hasta el momento se venía desarrollando en dos fechas, pero que ha pasado a una sola con un cartel de cuatro grupos. Menos que cuando se dividía en dos pero un póker para una noche es más que completo, para algunos excesivo pero ¿acaso el Rock´n´Roll no debe ser algo excesivo?

Abrieron la larga velada Garbayo. Su líder Ignacio vive en la Sierra de Gredos tras residir en Madrid y Bizkaia. Movieron mucha gente (es lo que tiene el público de Getxo, que es muy suyo) que disfrutó del concierto como si fuera el último que iban a vivir. Sonaron también temas de su anterior banda (Zodiacs) en un show en el que se le vio muy entregado a la causa. “Delincuentes sonoros”, “Chica normal” (con guiño a la Alaska de antes, no a la de ahora) y un final descacharrante y en modo jam, desarrollando y retorciendo “Muérete”, improvisando la letra citando a sus tres compañeros de cartel, con las primeras filas llenas de admiradoras de la margen derecha. Filas que se vaciaron porque los demás grupos no implicaron a tanta gente encantada de conocerse y bailotear.

Garbayo

Y fue una pena esa cierta deserción porque el cartel mejoró gradualmente. The Dustaphonics ya sabían lo que era tocar por estos lares, pero este fue el debut de la nueva cantante, Lise Dellac, con un mono negro en plan “Busco a Jacks” (es cosa de mayores, si) y que saltó a comerse felinamente el escenario. Divertido concierto de una banda en la que a algunos se nos fueron los ojos en los bailoteos a lo James Brown de su guitarra Yvan Serrano, afable, con una gran pericia en lo suyo y un clon del Merlín de la franquicia de películas “The Kingsman”. Imposible no quitarle ojo. Y el inicio con el homenaje a The Ramones (“R.A.M.O.N.E.S.”) auguraba que lo suyo era cosa de pasarlo bien. “La Chica Rolla”, “Gasolina” (esta muy surfera, hubiera pegado perfectamente en Pulp Fiction), la macarra “Mojo yar Bones” o “Rollin´ Boogaloo” son artefactos perfectamente compuestos para mover las caderas y lo que se tercie. Buen concierto, divertido y sin más pretensiones, tipos con carisma, chica pantera al frente y público contento.

The Dustaphonics

Pero llegó el tercer grupo de la noche y ahí la cosa petó. Reventó pero en el buen sentido. El conciertazo que se marcaron los parisinos Howlin´ Jaws fue un dejarnos con la boca abierta. Era el cumpleaños del baterista Baptiste Leon (un tipo insultantemente guapo, joder, que abajo estábamos rockeros curtidos y ese trajín no trae precisamente belleza) y entre él y los otros dos compinches, el bajista Djivan Abkarian (perfecto nombre para tu contraseña del wifi) y el guitarrista Lucas Humpert (look clavado al difunto Pirri, macarra entre los macarras patrios) pusieron patas arriba al Antzoki. Brutalísimo. En disco suenan muchísimo a los inclasificables King Gizzard & the Lizard Wizard pero en directo se vuelven mucho más cafres. La primera píldora exagerada fue “Through my hands”, siguiendo con “Love makes the world go round” (melodías armónicas casi de coro de niños, guitarreo Stooge), “Bewitched me” y ojo, un “Down down” que dejó a la canción original de Status Quo a varios parsecs de distancia en cuanto a magnificencia. Impresionante. Y empalmando “Healer”, “Heartbreaker”, “See you there” (suave hasta que se les va la olla guitarrera) para finalizar con “Mirror mirror” (lo más psicodélico) y dejarnos a todos con los ojos más abiertos que la boca.

Los Deltonos

¿Y cómo se supera eso? Complicado. Y Los Deltonos son otro rollo. No movieron tanto como los tres de París (gran ciudad, nido de enamorados y hogar de la guillotina, todo bien) a pesar de que había mucha parroquia cántabra presente. Lo dicho, lo suyo es otra historia. Sonaron con mucha diferencia los más contundentes y conjuntados del cartel, poderosos, como un ariete, pero su trayectoria implica unas emociones más calmadas a la hora de afrontar sus conciertos. En este se le vio cómodos (tocaron dos temas más a pesar del aviso de ir finiquitando, que ya era hora) y soltaron buena parte de su mejor material. “Qué podríamos hacer”, “Los buenos tiempos”, “La Reina del Adiós”, “(Soy un) Hombre enfermo”, “Listo”, “Gasolina”, “Hey gente”… para finalizar con su versión del “Hard Luck Blues” de The LeRoi Brothers. En total cinco horas y cuarto de Rock´n´Roll nos dio el Blow Up Festival. Y las recibimos reventados pero contentos. De eso se trata un sábado por la noche.

Texto: Michel Ramone

Fotos: Dena Flows

2 Comentarios

  1. Dustaphonics seguramente no tuvieron su mejor noche, aquello no carburaba ni conectaba con el público, por eso se fue vaciando poco a poco… Una pena!! El cartel demasiado heterogeneo como para contentar a todo el mundo, pero fue una buena noche de r&r sin duda.

  2. Gran crónica! en mi opinión ,y la de alguno más que estuvieron allí conmigo, ha clavado la crónica.

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