Encuentros

Richard Hawley, cemento, cuchillos, humo y sobre todo, amor

Foto: Chris Saunders

El carismático e inimitable crooner de Sheffield vuelve a escena con In This City The Call You Love. El décimo álbum de estudio de su carrera es una obra multicolor en la que el crooner, el rocker y el country boy que lleva dentro se expresan en doce composiciones grabadas de manera cuasi artesanal para y por el lucimiento de dos de sus grandes dones, su voz y su indudable talento para narrar historias que nos hagan emocionar. Pese a que tiene a bien atendernos vía teleconferencia, ese carisma un punto tímido y maldito que proyecta traspasa las barreras lelemáticas y tiñe una conversación que espero que disfruten. Esta semana comienza una nueva gira de de 4 fechas: 20/9 Escenario Cantabria Infinita (Son Estrella Galicia), 21/9 Teatro Salesianos Vigo (Underfest), 23/9 Sala But Madrid y 24/9 Sala Apolo Barcelona.

Creo que has creado un disco muy ecléctico, lleno de colores. Cuéntame sobre el proceso de composición de las canciones.

No lo veo como un  proceso, siempre escribo. Siempre he escrito canciones desde que era niño. Así que realmente no pensé en un proceso. No se trata realmente de eso, es simplemente que cuando tengo muchas canciones, es hora de hacer un álbum. Ya sabes, eso es todo. No hay un proceso. Ha sido continuo desde que era niño. No es realmente un talento. Es una enfermedad mental.

Si es una enfermedad, bendita sea. Envidio esa voz y luego tu capacidad para crear buenas letras para contar historias, eres un narrador de historias.

Son precisamente los dos elementos a los que he dado prioridad en este disco.

Y los dos primeros sencillos son tan diferentes. Two Four His Heels es más blues y Heavy Rain explora tu clásico estilo crooner, como otras canciones del álbum. ¿Cómo los elegiste?

Eran simplemente las mejores canciones, ¿sabes? Tenía alrededor de 86 canciones para elegir. Y realmente no podía decidir. Shez (Sheridan) el otro guitarrista, hizo un cribado de todas las canciones y precisamente empezamos con la última, Two Four His Heels, fue lo primero que hicimos. Hice un montón de demos en el cobertizo del jardín. Y muchas canciones del álbum son solo demos, no hemos variado mucho más. No son grabaciones de estudio terminadas realmente. Son cosas que hice en el cobertizo del jardín y que sonaban bastante bien. Decidí que quería hacer un disco muy crudo, que no estuviera sobreproducido, todo muy natural.  Eso fue realmente lo importante, solo seguir cómo se sentían las canciones. ¿Entiendes? El sentimiento de la canción, no necesariamente si eran rápidas o lentas, tranquilas o rockeras, era solo seguir cómo te hacían sentir. Y bajo ese criterio todas parecían encajar para mí.

Creo que en todo el álbum, tu voz está en el centro de todo. Y las melodías, el estilo y el tono ayudan a tu voz. Una sensación muy parecida a tus primeros álbumes.

Definitivamente. No quería que estuviera sobreproducido. Quería que fuera muy auténtico. Quiero decir, hay un par de canciones en las que hay arreglos de cuerdas. Hay algunas canciones más largas en términos de tiempo, pero si desglosas esas canciones en una mesa de mezclas, hay muy poco en ellas. Es muy, muy crudo.  Muchas de las interpretaciones de las canciones son de la primera o segunda toma en el estudio, buscaba esa inmediatez, ese punto de inocencia y autenticidad de mis principios.

Hay otra canción que me gusta mucho. Es People, y hablas sobre uno de los temas que aparece en la mayoría de tus discos, la ciudad de Sheffield. ¿Cómo fue crecer en los 70’s en una ciudad como la tuya?

Bueno, lo primero que tengo que decirte es que aquí no hay sol. Muy, muy diferente a Barcelona. Muy diferente. No hay playa ni edificios modernistas. Hay cientos de pubs, eso sí. No hay cafeterías. Bueno, ahora sí las hay. Hoy en día todo es mucho más europeo, supongo, pero en aquel entonces, en Sheffield, cuando era niño y joven, era una ciudad muy sucia porque había mucha industria pesada. Pero también tenemos cientos de parques y cientos de árboles, millones de árboles. Así que es una contradicción como ciudad. Ya en su esencia era todo muy contradictorio, y cuando yo era niño, era dura. ¿Sabes? Era una ciudad difícil para crecer. Muy agresiva y con mucha gente viviendo al día.

La situación económica del país seguro que no ayudaba.

Lo peor de todo es que, pese a que ahora tenemos cafeterías y todo parece más civilizado, la situación de mucha gente es todavía jodida. Aún así, tengo buenos recuerdos de la infancia.

Supongo que gracias a tu familia te iniciaste en la música ¿Qué tipo de música escuchabas?

En aquellos tiempos, cuando era niño, era rock and roll. Era la música que escuchaba mi padre, mi madre, mi tío y mi familia. Música country, bluegrass, música folk británica, irlandesa y europea. Música blues antigua. Todo lo bueno, lo que realmente nos gusta a los amantes del rock.

Sí, veo que tuviste una buena educación. Ahora entiendo por qué hiciste una gira con John Grant tocando canciones de Patsy Cline…

Sí, John simplemente me llamó y me hizo una pregunta muy graciosa. Me dijo: «Hey, Richard, ¿conoces a alguien que sepa algo sobre Patsy Cline y que además tenga una banda?». Y yo dije, “déjame pensar». Así que era bastante obvio que íbamos a ser él y yo quienes lo hiciéramos. Fue idea de John. Y quería que yo tocara con él porque sabía que tendría mucho apoyo. Yo estaba muy feliz de hacer esa gira y simplemente tocar mi guitarra. Fue genial interpretar todas esas canciones con las que crecí, sin más. Fue 100% puro placer, y no hubo presión para mí personalmente. Ninguna presión para John tampoco. Sabes, fue amor. Porque ambos amamos la música de Patsy Cline.

Standing At The Sky’s Edge, el disco, tengo que decirte que es uno de mis álbumes favoritos de tu carrera. Fue una agradable sorpresa en ese momento. Toda esa energía… Soy un gran fan de Mark Lanegan. Y sentí que esas composiciones estaban en la onda de Mark Lanegan, energía cruda, rabiosa, oscura y una voz increíble…

¿Ah, sí? ¿De verdad? A mi también me encanta Mark Lanegan.

Cuéntame sobre esos tiempos y por qué elegiste llevar tu música por esos caminos de energía y distorsión.

Simplemente sentí que era el momento adecuado. Creo que estaba molesto en esos tiempos con el gobierno del Reino Unido. Con toda la mierda del Brexit a la que tantos de nosotros aquí en Gran Bretaña odiamos tanto. Amo España. Amo Francia. Amo Alemania. Amo Italia. Amo Portugal. Amo Europa. No me considero inglés. Me considero… Bueno, me considero dos cosas: primero, europeo y luego un ciudadano de Sheffield. No soy inglés. Soy de Sheffield. Es muy, muy diferente. ¿Sabes a qué me refiero? Sí, es diferente. Vivir y ser de Sheffield… Es un mundo muy, muy diferente a cualquier otra parte del Reino Unido.

Tengo muchos amigos en Newcastle. Y todos dicen más o menos lo mismo que tú. El tema del Brexit hizo mucho daño.

Además se decidió por un margen muy estrecho, seguro que hoy en día, el resultado sería muy diferente. Hay muchísima gente arrepentida de haber apoyado esa basura. Y es una idea tan estúpida… Lo odiamos. De todos modos, Standing at the Sky’s Edge fue una especie de reacción contra eso porque en ese momento, todas esas ideas apenas comenzaban. Fue una cosa terrible porque ha dividido a todo el país y sin sentido. No es que todas las personas que votaron por el Brexit fueran engañadas, pero casi. Les dieron información que no era del todo verdadera. Les dijeron mentiras enormes, y es muy triste. Les manipularon desde las redes sociales y determinada prensa amarilla. Y hace que sea muy difícil para los músicos tocar de la manera que solíamos hacerlo en el pasado. Antes era muy fácil viajar y tocar por Europa, pero ahora es mucho más complicado, todo es más costoso.

Eso fue lo que pasó cuando los británicos, de repente, vinieron a Barcelona de turismo y se dieron cuenta de que todo era más caro para ellos después del Brexit porque el valor de la Libra había disminuido. Ya no más cerveza y tabaco a mitad de precio…

Sí, es una de las ideas más estúpidas de la historia. Porque no funciona, es una mierda. Quiero decir, esto no tiene nada que ver con la música, es que todo el mundo pierde excepto los multimillonarios.

Hablemos de otro tema no muy alegre. No debes estar muy contento con la situación del Sheffield Wednesday…

Por favor. Me vas a hacer llorar.

Soy seguidor del Barcelona, también lloro.

Ahora en España soy de un equipo que no te imaginas. El año pasado hice dos conciertos en Mallorca.

Sí, lo vi, en un lugar muy bonito. Una lástima no poder ir…

Sí, el castillo de Bellver. Un sitio increíble. El promotor, Tomeu (Gomila) es amigo nuestro. Me llevó al estadio del Atlético Baleares. Ahora yo y mis hijos llevamos camisetas del Atlético Baleares.

¡Genial! Hay una tendencia actualmente en España entre círculos intelectuales y de gente de izquierdas a obviar el fútbol de primera división e ir al estadio de equipos más locales. Odio al fútbol moderno. En ese tipo de categorías y estadios el deporte es más puro, menos corrupto.

¡Cierto!No hay tonterías, no hay marketing… Solo fútbol.

Hay un club llamado C.E. Europa en Barcelona que juega en una categoría similar y el ambiente en su campo es increíble. Todo mucho más real y sincero que en campo del F.C. Barcelona o el R.C.D. Espanyol.

¡Seguro! Ocurre lo mismo en Inglaterra. Mis hijos lo captaron también. Es divertido porque todos los amigos de mis hijos en la escuela, cuando vieron las camisetas les preguntaban qué es el Atlético Baleares. Y ahora, todos dejaron de seguir al Barcelona y son del Atlético Baleares. Es tan divertido…

Hablando del álbum. Cuéntame sobre la portada. Me encanta esa imagen. Industrial, muy de tu ciudad, pero bella al mismo tiempo.

Bueno, tomé la foto de una central eléctrica que está al final de la carretera dónde vivo. Pasaba por delante todos los días. Es una de esas cosas que ignoras en el día a día. Realmente no le prestas mucha atención hasta que un buen día te das cuenta que esa imagen puede contar algo. De día es simplemente hormigón, pero de noche la iluminan con neón. Es algo que es muy feo durante el día, pero hermoso por la noche. Como yo. (Risas).

Más o menos lo que le pasa a todo el mundo cuando pasa de los 45 años. (Risas) Y ¿hay alguna otra canción que te gustaría destacar? ¿Una que cuente alguna historia interesante en el álbum?

No, porque no quiero estropear nada para la gente, ¿sabes? No me gusta explicar lo que significan las canciones. Porque para mí pueden significar una cosa, pero para ti pueden significar algo completamente diferente. Y esa es la belleza de la música. Sí, no es ciencia, no se supone que se entienda de una manera muy específica. La música es… sea el tipo de música que sea, no deberías necesitar explicaciones porque te hace sentir algo. Y los sentimientos y la música son muy, muy difíciles de definir con precisión. Yo sé de qué trata cada canción pero no importa. No importa en absoluto.

Cualquier manifestación artística es algo que pertenece al espectador, a los lectores o a los oyentes, no a los artistas.

Si el artista da demasiadas explicaciones sobre su obra quita cualquier misterio o magia. Para un artista, lo mejor que puede pasar es que la gente haga interpretaciones diferentes. A veces es gracioso porque hay fans que vienen y dicen: «Oh, me encanta esa canción tuya, sea cual sea, y dicen que se trata de esto», y yo solo me digo a mí mismo, ”¿cómo demonios pensaste que se trataba de eso?” Porque simplemente no lo es, aunque yo simplemente siempre evito dar explicaciones acerca de mis composiciones.

Texto: Rubén García Torras

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