Encuentros

Los Hermanos Dalton, «cuando empezamos nunca habíamos oído hablar de power pop»

 

Formados con el comienzo de la década de los noventa, Los Hermanos Dalton son la gran banda del pop de guitarras español de las tres últimas décadas. Contundentes, enérgicos y brillantes, sus discos constituyen un estimulante cargamento de melodías redondas y guitarras poderosas.

Después de un largo periodo de ausencia, el combo gaditano, convertido ahora en cuarteto con la incorporación de un segundo guitarrista, regresa con el que seguramente es su mejor disco, el más variado, ecléctico y más trabajado, “Viajar en el tiempo y otras historias”. Una infalible alianza entre Rock Indiana y Hurrah pone este mismo mes en las tiendas el que habrá de ser uno de los discos nacionales del año.

Me acuerdo como si fuera ayer mismo vuestro primer lanzamiento «Luces de Hollywood» un mini-álbum de versiones y vuestro extraordinario concierto en aquellas fechas en El Templo del Gato, donde pudimos comprobar esa fuerza juvenil y energética de auténtico power-pop, ¿Cómo eran vuestras sensaciones en aquellos comienzos de la banda? ¿Cuáles eran vuestras expectativas?

Los recuerdos de aquella primera época, tan importante para nosotros, son muy emocionantes. Teníamos por una parte que grabar un disco con DRO y, por otra parte, otro como resultado de haber ganado un concurso de maquetas. En el premio, no se especificaba qué tipo de disco tenía que ser. Decidimos guardar nuestras canciones propias para el disco de DRO y grabar las versiones que hacíamos en esos días para el disco del premio. Con el tiempo nos dimos cuenta de que la decisión que tomamos fue la correcta. Sin darnos cuenta ese disco de versiones tuvo muy buena aceptación. Aunque era un disco que estaba hecho con ocho pistas y no tenía el apoyo de la compañía estaba hecho con mucho cariño y eso se notaba.

Nuestras expectativas en aquella época eran las mismas que ahora. Tocar delante de una gente a la que le guste nuestras canciones. Un público nuestro, en definitiva. Con la emoción que supone hacerlo por primera vez. Cosa que después de más de 30 años no hemos perdido. Nos dábamos cuenta de que cualquier movimiento que hacíamos tenía una repercusión y casi siempre los resultados eran muy buenos.

¿Cómo se forma un grupo en una ciudad pequeña como San Fernando en la que no hay una tradición pop-rockera? ¿Erais unos “bichos raros”?

No fue fácil, en San Fernando había una tradición muy importante de flamenco, es la tierra del Camarón. Todo lo demás era un desierto. Creo que lo que llevábamos peor era no tener una tienda de discos donde escuchar la música que queríamos escuchar, ni una tradición de salas de conciertos. Aunque éramos unos bichos raros, sí que hemos tenido eso de ser profeta en nuestra tierra y desde el primer momento no solo hemos tenido el apoyo de la familia, también el de la gente que tenía ganas de que hubiera un grupo así en la ciudad.

Más adelante lanzáis dos trabajos estupendos como fueron «Ya están aquí» y «Vitamina D», bajo el patrocinio de Dro, ¿Fueron unos momentos más intensos del grupo con el lanzamiento de estos dos artefactos?

Sí que fue intenso. Aunque pasaba más de un año entre disco y disco, todo iba muy rápido. Hasta el «Vitamina D» todo fue hacia arriba. «Ya están aquí» nos sirvió para para abrir la puerta, empezar a darnos a conocer, y el “Vitamina D” para instalarnos definitivamente en el mundillo. La salida de ese disco nos sirvió para que nos llamaran de casi todos los festivales que se hacían en aquellos días, y nos sirvió para estar más tiempo metidos en la furgoneta que en el suelo.

¿Qué significa para vosotros el término power-pop? ¿fue el sonido germen de Los Hermanos Dalton?

Cuando empezábamos a hacer música no habíamos oído nunca la palabra «power pop». La empezamos a oír cuando recibíamos críticas en revistas, periódicos, en radio, pero no sabíamos el significado exacto. Nos gustaba que nos dijeran que hacíamos power pop, era distinto, ni rock, ni pop. Sin saberlo, la música que más nos llenaba era el el power pop de finales de los 70 y de principios de los 80. Aunque nunca habíamos oído la palabra al final es un estilo con el que nos sentimos totalmente identificados. De hecho, nos ha servido para investigar y descubrir música con la que nos vemos muy relacionados. Para nosotros el último disco siempre es mejor porque ponemos todo el empeño, todo el conocimiento, todo los medios para hacerlo lo mejor posible.

Hubo una evolución de la banda con el trabajo «Revolución» con un sonido más endurecido pero muy brillante, ¿Por qué no tuvo reconocimiento este álbum?

Sin una compañía tan potente como Dro, la salida de un disco nunca ha sido igual. Aunque desde Wildpunk le pusieron mucho corazón, no tienen los medios que tenía una multinacional. Sin Dro, hacer que el disco llegue a la gente se hace mucho más difícil. Tenemos un público fiel, atentos a todos los movimientos, al que le llega todo lo que hacemos, pero luego, salir de ahí es muy difícil. El resultado del disco es una evolución tanto hacia el pop como hacia el rock y nos sirvió para decir cosas que sentíamos que teníamos que decir. Estuvimos mucho tiempo sin grabar y el disco “Revolución” estaba llamando a la puerta desde hacía mucho tiempo. Hay críticas por ahí que dicen que es lo mejor que hemos hecho nunca, y bueno, nosotros estamos de acuerdo con eso.

Con el disco en acústico que hicisteis, ¿Sentisteis como una renovación como banda?

No solo una renovación, nos sirvió para aprender un montón de cosas sobre las canciones y, sobre todo, lo que significa el sentimiento de la música en general. Lo que se intentaba era hacer una música que se pudiera tocar sin ningún enchufe y en la esquina de cualquier calle, hacerlo todo lo más básico posible. Era cómo volver atrás y empezar de 0.  Reducir las canciones a la mínima expresión nos sirvió para ver cosas que sobran a la hora de componer y de las que se puede prescindir. Quizá deberíamos haber hecho ese disco mucho antes. Puede que después del “Vitamina D”.

Hacía diez años que no grababais un disco nuevo, ¿Cómo fue pensado y elaborado este «Viajar por el tiempo y otras historias»?

Empezó a gestarse en la pandemia. Yo, Josema, tengo el estudio en casa y en esos días la inspiración empieza a trabajar sola. Tenía muy fácil bajar al estudio, coger la guitarra y empezar a grabar todas esas ideas. Cuando se empezó a poder salir de las casas empezaron a venir los demás a grabar sus partes. No fue como en otras ocasiones que las ideas se ponían en común en los ensayos. De la pandemia el disco se siguió haciendo a fuego lento con el mismo método. Quizá nunca hubo una sensación general de disco y sí el de canción a canción. Aunque al final ha sido muy fácil unirlas todas bajo el mismo concepto.

Un disco que lo grabáis en La Factoría Dalton producido por Josema, ¿Cómo fueron las sesiones de grabación del disco?

Las sesiones de grabación no fueron diseñadas como tales. Primaba el concepto de maqueta, en el que la primera toma es la que vale, aunque no esté perfecta. Siempre hemos tenido la impresión de que es la mejor manera de mantener la frescura en las canciones. Si la toma tiene intención, pero no está perfectamente ejecutada, es las que cogemos. Otra cosa que hemos tenido en cuenta a la hora de grabar este disco es el concepto de directo. Aunque no está grabado en directo mantener la esencia de grabar sólo dos guitarras, bajo y batería. Eliminamos sintetizadores, teclados, guitarras y otros instrumentos que luego no van a sonar en directo. Así conseguimos que en los conciertos suene el disco como se grabó.

Este trabajo refleja energía, sensibilidad melódica entre el pop y power-pop, más variado y con influencias más amplias que en otras ocasiones, ¿Cómo fueron surgiendo las canciones?

Nuestro sistema de trabajo siempre ha sido empezar por la música. Chapurreando la melodía de la voz sobre la base musical. Es como si cantáramos la canción en inglés y luego le haces la versión en español. Diría que el sistema de trabajo de los grupos indies nacionales va al revés que el nuestro. No es ni mejor ni peor, es poner la letra al servicio de la música o lo contrario. Hemos llegado a tener el disco entero grabado y en ese momento empezar a hacer las letras. En este caso queríamos hablar de historias, algunas reales, aunque con los nombres de los protagonistas cambiados, y otras inventadas directamente. El verano es el protagonista de muchas canciones, y en este disco está muy presente también. Desde «La canción del verano», que es un remake de la que se grabó en directo en el 2000 hasta «La cápsula de hibernación» que habla de saltarse el invierno directamente. Son como capítulos inconexos de una serie de televisión.

En cuanto a los sonidos, la obsesión por hacerlo todo solo con dos guitarras nos ha llevado a exprimirnos el cerebro para sustituir los instrumentos que podían haber sonado naturalmente en las canciones por las propias guitarras.

Extraordinaria versión del tema de George Harrison «Here comes the sun», ¿Como fue incluir esta versión en el disco?

El disco ya estaba hecho, pero de pronto surgió la idea de hacerle la letra en español y grabar la versión. La canción ya llevaba tiempo en nuestras cabezas, incluso tonteando con ella en algún ensayo y vimos que tenía potencial para llevárnosla nuestro terreno. Se nota un poco que es la última canción que se incorporó al disco, pero nos gustó la idea de terminarlo con optimismo.

El disco sale en CD con Rock Indiana y en vinilo con Rock Indiana a medias con Hurrah, ¿Cómo es el trabajo con estos sellos independientes en comparación con la época de DRO?

Tuvimos la suerte de que con nosotros, Dro, aún siendo una multinacional, nos dejó vía libre a todos nuestros proyectos, por lo tanto estamos acostumbrados a esa libertad, tanto de composición como de creación en todos los sentidos. Con Rock Indiana era cuestión de tiempo que termináramos juntos. Hemos colaborado a lo largo de los años en muchos proyectos con los que hemos disfrutado mucho. Con Hurrah solo habíamos trabajado en un Ep que salió el año pasado, pero les conocemos desde hace tiempo y nos gusta su catálogo. Lo importante es que estamos muy agradecidos a las dos compañías por aceptarnos en sus escuderías y permitirnos mostrar al mundo nuestras canciones.

¿Cómo es el momento actual del grupo? ¿Cuáles son vuestros proyectos?

Ahora mismo nos encontramos con muchas ganas de contar nuestras historias por todas partes. Y seguimos con las mismas ganas de hace 30 años, pero con más experiencia y más gente, ahora somos cuatro. Por cierto, seguimos pidiendo que nos llamen para poner música a un anuncio.

Texto: El Profe

 

 

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