Tras su debut en 2020, que ya consiguió enamorarnos, los de Austin entraron en crisis, cambiaron de vocalista —Jake LaTouf sustituyó a Joe Sterling— e incorporaron un teclista, Oscar Favian, con la intención de sumar más matices a sus composiciones. Agitan sus melenas y perfilan sus mostachos dándole al rock y al boogie como si estuviéramos en 1972. Incluso la producción de este Double Dog Dare nos remite a los tiempos de grabación analógica en que el género reinaba por todo lo alto. Sin embargo, ah, amigos, este tipo de álbumes le siguen sentando a un servidor como maná caído del cielo, llámenme conformista, pero aún se me eriza el vello con el trote vacilón de «Holy Smokes», las guitarras dobladas de «F.D.I.C.», allí donde Allman Brothers y Lynyrd Skynyrd se dan la mano, o imaginando como hubieran sonado Led Zeppelin de haber nacido en el sur de EE.UU. («Frozen Shadows»). Además, son unos cachondos, y dan la sensación de que se lo pasan de maravilla cuando tocan juntos. Así que, a disfrutarlo, que son cuatro días.
MANEL CELEIRO