Música en directo, vino tinto, asado y calor; el Sonorama regresa un año más a Aranda de Duero y, como cada edición, viene dado de la mano de un gran repertorio de artistas de ámbito nacional. Esta vez, el festival ha sido un carrusel de emociones; un reflejo de la historia del pop-rock español marcada por las despedidas, los reencuentros y homenajes, esos que quedarán grabados en la memoria de un público que ha coreado cientos de canciones. Con una asistencia de 145.000 personas, esta cita musical ha demostrado una vez más que es uno de los festivales más importantes del país.
Sonorama Ribera se ha convertido en un escenario de despedida para algunas de las bandas más queridas del panorama musical español. Con gran emotividad, los asistentes presenciaron los últimos acordes de Niños Mutantes, quienes, después de años de entrega y éxitos, dijeron adiós a los escenarios con doblete: el concierto sorpresa del jueves en la plaza del Trigo y, esa misma noche, con otra cita en el escenario principal.
De igual manera, El Columpio Asesino firmaba su último concierto en el Sonorama, puesto que su carrera finalizará cuando termine 2024, dejando un vacío difícil de llenar en el indie español. Rayden también se despidió de su público en Aranda y, por su parte, Funzo & Babyloud, aunque con menos renombre, también dejaron su marca con un espectáculo lleno de gratitud antes de sus vuelos en solitario. Sin embargo, no todas las despedidas fueron definitivas: Valira anunció una pausa en su carrera para centrarse en su tercer disco.
Además de las emotivas despedidas y las grandes actuaciones, este año el Sonorama Ribera ha demostrado su capacidad de adaptación y evolución, al incluir en su cartel a bandas de género urbano, algo que ha sumado una nueva dimensión al festival. La energía de Natos y Waor se hizo sentir con fuerza durante la noche del viernes, mientras que SFDK, celebrando su 30 aniversario, ofreció un concierto cargado de historia y reivindicación. Recycled J aportó su frescura característica y artistas como Maikel Delacalle e YSY A trajeron sus vibras más actuales, conectando con un público joven y diverso que disfrutó cada segundo.
Uno de los momentos más icónicos del festival lo protagonizaron dos de los integrantes de Supersubmarina: ‘Chino’ y Jaime. Ambos hicieron una inesperada aparición en la emblemática plaza del Trigo después de presentar el libro basado en su historia, ‘Algo que sirva como luz’. Miles de voces corearon su mítico «su su su su su su cuerpo» entre aplausos y lágrimas». Sin embargo, la sorpresa de los granadinos no terminaba ahí. Una vez en el recinto, durante el concierto de Dani Fernández, donde Jaime se subió al escenario para interpretar junto al cantante manchego la misma canción: una melodía que, sin duda, se ha convertido en la banda sonora de esta edición. ‘Supersubmarina’ resonó con fuerza y emoción en Aranda, recordándonos la grandeza de la música en directo y la importancia de las segundas oportunidades.
Por último, el Sonorama Ribera 2024 también ha sido un punto de encuentro entre generaciones, acogiendo homenajes y actuaciones memorables. Luz Casal ofreció un concierto espectacular y con uno de los momentazos del festival: apareció sobre el escenario con una pistola de agua, uno de los elementos más representativos de este festival, demostrando así por qué sigue siendo una de las grandes damas de la música española. Su voz, llena de matices y emociones, cautivó al público y nos recordó la belleza de las canciones bien cantadas.
Por otro lado, el festival también fue testigo del emocionante concierto del 40 aniversario de Hombres G, una celebración que llenó de nostalgia y alegría a miles de asistentes de diferentes generaciones. También Antonio Vega tuvo su concierto homenaje en Aranda. Por último, y si hablamos de aniversarios, otro destacó por encima de todos fue el medio siglo de celebración de Burning, quienes demostraron que el rock and roll sigue más vivo que nunca, con un directo cargado de energía y clásicos inmortales y en el que no faltó el recuerdo a Toño Martín.
Aparte de los grandes nombres, Sonorama Ribera 2024 también se ha consolidado como una plataforma para dar a conocer bandas emergentes, que encontraron en los escenarios del recinto y las calles de Aranda de Duero la oportunidad perfecta para mostrar su talento. Niña Polaca se ganó al público con su ritmo, energía y letras pegadizas. Mientras, Gilipojazz sorprendía con su fusión única de géneros. Por otro lado, Cora Yako y El Nido cautivaron al público con sus propuestas frescas y auténticas. Repion y La Trinidad fueron otras de las revelaciones, consolidándose como promesas que, sin duda, seguirán dando de qué hablar en el escenario musical de los próximos años.
El Sonorama Ribera 2024 ha sido, en definitiva, un festival que ha sabido conjugar pasado, presente y futuro, rindiendo homenaje a los grandes de la música española, pero también abriendo espacio para las nuevas generaciones y géneros. Aranda de Duero se despide de otra edición inolvidable, con la certeza de que el próximo año el festival volverá a llenarla de vida, música y recuerdos imborrables.
Texto y fotos: Alba Cantera
