Imagino que saber de antemano que un número muy bajo de personas han comprado un ticket para presenciar su recital no es incentivo para dar un plus o tan siquiera rescatar algunos de los temas «malditos» que Gene venía tocando en muchas de las fechas anteriores a la que protagoniza esta reseña; hablo de «Goin’ Blind», especialmente.
También de «Almost Human» o incluso «Christine Sixteen», pues ambas han ido apareciendo allá y más allá. La próxima me llevo una cartulina gigante con el título de una canción escrita en ella y me planto en primera fila. ¿Próxima? ¿Habrá una próxima?
Dudo horrores que alguien se líe la manta en la cabeza en el futuro. Y quizás por ello Gene se mostró más cercano que nunca, invitando en diferentes ocasiones a que vari@s chaval@s subieran al escenario, hablando en un macarrónico castellano… Jugó a su favor que mostrase esa cara tan humana (no literalmente, pues su cara no parece humana y su pelo rinde homenaje a los muñecos de Kiss de los setenta), después de haber sido visto por muchos fans y a lo largo de demasiados años, como un tipo déspota y altivo.
Pero tanto parón y tantos minutos perdidos jugaron en contra del ritmo del concierto y, por ello, jamás llegó a despegar. La dupla inicial fue de vértigo: «Deuce» y «War Machine». Pero luego se tardó demasiado en volver a sentir esa sensación orgásmica de rock and roll, ese algo que mueve tu impulso y te lleva a hacer lo nunca visto. Fue ya hacia el final cuando volvió esa impresión, tomando carrerilla con dos temas de su colega Ace, «Parasite» y «Cold Gin», y finalizando con «Charisma», la perla oscura de la noche.
Gene mantiene un estado de forma envidiable, tanto física como musicalmente. Además, ha logrado ensamblar una banda que toca endiabladamente bien. Añado, lo que ofrecen, cuando la noche es la noche, es bastante más interesante que lo que hicieron Kiss desde 2012 hasta su disolución, porque no hay un corsé, porque vuelan con una destreza y una libertad a la que Kiss ya no estaban acostumbrado y de la que ya no gozaban por las causas más que conocidas entre sus seguidores. Pero uno sintió que el concierto de Sant Feliu de Guixols no fue lo extraordinario que debió ser, por todo lo comentado anteriormente. Con todo, ¿repetiría? Sin pestañear.
Texto: Sergio Martos
Fotos: Julia Termes