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Chris Isaak – Cap Roig Festival (Calella de Palafrugell, Girona)

 

Otra noche mágica de Chris Isaak en nuestra tierra justo un año después. Sale a escena con un auditorio relajado que poco a poco va sintonizando con la música del californiano. El concierto fue de menos a más, Chris, que es muy listo: fue fijándose en el respetable y cómo respondía ante su cancionero.

Ya en el tercer o cuarto tema empezó su show particular paseándose por platea y la grada de un bellísimo (as usual) Cap Roig. Las sonrisas blancas entre caras morenas tras un día de playa hacían pleitesía a un Chris ataviado con un traje rojo repleto de bordados brillantes (agradeció que hubieran venido a verle tocar porque si no, nos dijo, no sabría cuando ponerse esas vestimentas). Su banda es la misma que hace un año y arranca con “American Boy”, “Somebody’s cryig” y “Here I Stand”. Como siempre y a sus 68 años su voz sigue sonando perfecta. El cancionero popular de Chris, léase, “Wicked Game”, “Blue Hotel”, “San Francisco Days” o “Baby Did a bad bad thing” (con la que abrió los bises) suenan excelsas.

Pero donde realmente recae el talento de este showman es en la distancia corta, cuando se pone meloso e interpreta los mejores temas de su discografía poco conocidos por el personal generalista. Ahí es donde hace e hizo magia, cuando tras el arranque del concierto se sentó con unos taburetes con sus músicos e interpretó la bellísima “Forever Blue”, “Blue Spanish Sky”, “Baby what you want me to do” o dejó espacio a su bajista para que interpretara la que, según apuntó Chris, es la mejor balada de amor jamás escrita: Killing the Blues de Rowland Salley y que en su día grabó Robert Plant con Allison Kraus en ese disco indispensable de 2007 titulado “Raising Sun”.

Y cómo no, como buen showman de Las Vegas (la sombra de Elvis acompaña a Isaak durante toda la velada) también hubo espacio para fantásticas versiones como “Pretty Woman” de Roy Orbison, una estratosférica “Can’t Help Falling in Love” (cerramos los ojos y por un momento pensamos que Presley estaba en Cap Roig) y “I’ll go crazy” de James Brown (con la divertida anécdota sobre cuando pudo conocerlo).

Pero si un servidor tuviera que escoger un solo tema de los que sonaron en la bonita Calella de Palafrugell sería “The end of everything” de uno de sus mejores discos y un álbum indispensable en la historia de la música. El fenomenal “Forever Blue” de 1995. Chris, vuelve pronto, te esperamos con los brazos abiertos para que puedan seguir vistiendo tus vestidos de colores y desplegar esa magia que sólo tu eres capaz de ejecutar.

Texto y fotos: Jordi Sánchez

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