Lejos de los instintos lúdicos y libidinosos que han guiado buena parte de la música popular, los últimos trabajos del proyecto encabezado por Eric Earley se significan como extensiones de su acercamiento espiritual a las tesis budistas. Una mística trascendente que de nuevo vuelve a desplegar en un actual trabajo que discurre entre la parábola y la arquitectura simbólica. Concepto global al que ayuda a sostenerse un repertorio que congrega entorno a sí una envolvente sensibilidad, puesta en escena bajo melodías de naturaleza pop, con la que interpretar el legado clásico americano. Términos que lejos de manifestarse de forma liviana y ensimismada son capaces de alternar al Neil Young más pastoral con las melodías características de Wilco o mecerse sobre el intimista aura de Nick Drake, todo sin desdeñar estructuras de carácter contemporáneo. Ingredientes para configurar un exquisito y luminoso mantra metafísico entonado bajo los paradigmas de la música de raíces.
KEPA ARBIZU