Empezaremos haciendo referencia a los ausentes de la noche, y cuestionándonos su presencia sobre el escenario. ¿Hicieron todo lo posible Bad Nerves por estar en Barcelona? Posiblemente si, o al menos eso expusieron desde su Instagram, donde contestaban a la mayoría de mensajes que le llegaban a su estancia forzosa en Londres. Por lo tanto, tocará esperar al invierno para poder verlos en nuestros clubs ya en su propia gira.
Los que no tuvieron problemas, fueron Descendents, un clásico que representa una escena, y banda definida a la perfección en su momento y a raíz de la edición de su álbum “Milo Goes to College (1982)” por el periódico Los Ángeles Times, como un sonido perfecto para el chico que siempre fue el perdedor, y que nunca conseguía a la chica. Tras un pequeño análisis de los asistentes al show, se evidencia que un amplio porcentaje del mismo, son venidos de fuera de la ciudad, lo que implica que el sonido de la banda conecte más con periferias fieles y de militancia punk, aunque uno de los temas que sonara esa noche fuese “I’m not a Punk”.
Cuando los de Hermosa Beach salieron al escenario, momento algo confuso, un pequeño “speech” con un invitado que descolocó un poco, pero que rápidamente dio paso a un ejercicio de inmediatez, representado por un set donde casi la mitad del mismo se reflejó en su etapa clásica. Aunque por el perfil y patrón de la mayoría de sus temas, esto significó que independientemente de lo que sonara, la conexión estaba asegurada entre ambas partes, generando una reciprocidad que coge forma al corear los diferentes “himnos”, por supuesto empapados en sudor.
La experiencia jugó a su favor, y mantuvieron en todo momento el ritmo, soltando en poco más de una hora y de forma algo deslavazada más de una treintena de temas, con un Milo en forma, y una banda manteniendo una dinámica muy elevada. Así mismo, hay pequeños detalles que sucedieron sobre el escenario:
- Milo completó todo el show ataviado con una botella de agua con el logo brillante del grupo y colgada en una cinta con tachuelas,
- La referencia a Buzzcocks en la camiseta de Karl, con los que en breve compartirán fechas por USA.
- No hubo Stage Diving, pero si mucha acción en las primeras filas.
Todo ello completó una sesión o ejercicio de estilo, ese que independientemente del género que le asignes, debe llevar siempre el adjetivo de melódico.
P.D.: Al salir del local, me dieron ganas de volver a casa en monopatín, pero tenía dos problemas, que no tenía ese elemento de cuatro ruedas, y lo peor, que no se montarlo.
Texto: Oscar Fernández Sánchez
Fotos: Marina Tomás