Pues no acabo de entender los parabienes a este disco. Que sí, que es Johnny Cash y eso es casi suficiente para cualquier cosa. Pero solo casi. Porque el resultado aquí podía haber sido mucho mejor. La historia ya la saben. El hijísimo John Carter Cash, mejor gestor de legados que músico, recupera unas grabaciones inmediatamente anteriores a las American Recordings, aísla la voz de papá y alguna intervención musical – por ejemplo la de Waylon Jennings – y lo completa con músicos del calado de Marty Stuart, Vince Gill o Pete Abbott ¿Qué podía fallar? El resultado. Para empezar, las canciones no son nada del otro mundo, pero es que el trabajo de producción es, como mínimo, cuestionable.
Hay cosas salvables, claro. Merece mucho la pena ver en lo que se convierten «Drive On» y «Like A Soldier», luego parte de las American Recordings, y también emociona la guitarra blues de Dan Auerbach en «Spotlight», pero es demasiado poco. No empaña su legado. Para nada. Y pasaremos por caja, por esa absurdidad que llamamos completismo, pero la necesidad de este proyecto es dudosa. Y menos titulándolo Songwriter cuando no hay ni una canción memorable. Por supuesto, las disqueras han aprovechado para sacar una edición en CD doble ¡con un grandes éxitos como complemento! Así es m´sa cara, claro. La edición sencilla vendrá más adelante. Pues nos esperaremos.
Eduardo Izquierdo