Después de un periplo corto por UK, Clapton ofrecía una serie de conciertos en Francia tras ocho años sin pisarla (asistimos al último en Nimes) y terminaba el 2 de junio en Luca (Italia). Es un dato increíble y sorprendente pero, hace muchos años que no hay ningún promotor que lo traiga a España (ChatGPT me informa que la última vez fue el 24 de marzo de 2004 en Barcelona. Es inadmisible señores). Así es que, carretera y manta.
Clapton iniciaba el periplo de conciertos del festival francés que cada año incluye algunos nombres de renombre (el año pasado tocaron allí The Black Keys). El recinto, una bellísima arena romana construida el 27 a.c. que resulta un lugar idóneo para ver a cualquier artista pues no es muy grande y su forma más ovalada que redonda permite visualizar el recinto desde cualquier asiento. Pero como Clapton es uno de nuestros fetiches estábamos sentados en la sexta fila de “platea” lo que todavía hacía más imponente el evento pues ver las gradas repletas de fans presagiaban una bonita velada.
Tras la actuación de un artista local llamado Rober pero que cantaba en inglés salió Eric Clapton y su banda cuando faltaban cinco minutos de la hora prevista. Hacía un poco de frío, soportable. Pero Clapton ya tiene 79 años y salió en un abrigo albornoz para iniciar el concierto con un tema instrumental llamado “Blue Dust”. Cuando terminaba el tema llamó la atención a su roadie personal para que le trajera una gorra. Ahí tienen la imagen. Quizás desde la grada uno tenía que hacer un acto de fe de que, quien estaba ahí tocando su Stratocaster pintada con la bandera de Palestina era Clapton, porque parecía un famoso de incógnito.
Siguió con “Key to the highway” (esa cover de Charles Segar) y continuó con “Hoochie Coochie Man” de Willie Dixon. Ahí empezaron las primeras ovaciones de la noche. Y siguieron con ese clasicazo de los Cream que es “Badge”, auspiciado por su fiel escudero al bajo desde hace incontables años Nathan East (como toca el tío). “Prayer of a child” fue el final del primer set eléctrico, un sencillo del directo que acaba de publicar en pro de Palestina. Y con esas que inicia la parte acústica. Quizás el volumen estaba bajo o uno va perdiendo oído pero llegué a pensar que la gente del resto del recinto, ahí en las nubes arriba de todo no oirían nada.
Sonaron “Back home”, “Nobody nows you when you are down and out” de Jimmy Cox y la sorpresa de “Golden ring” un bonito tema del álbum “Backless” de 1978. Han de saber que este es uno de los temas favoritos de EC según respondió en una entrevista de 1999. Y cómo no, el último acústico fue “Tears in Heaven”. No sonó “Layla”, ni en acústico ni en eléctrico. El tercer set, de nuevo eléctrico se inició con, uno de los temas favoritos de quien firma, y lo mejor, sin duda de todo el evento, una estruendosa “Got to get better in a Little while” de Derek and the Dominos.
Pese a los años y leyendas infundadas de que no está bien o que tiene artritis o vaya Vd. a saber que se dirá mañana, sigue fino en la ejecución. Quizás es cierto que no se puedes cascar un solo de diez minutos como hacía antaño. Por eso, en algunos pasajes le ayudaba a las teclas Tim Carmon, un portentoso músico de color que con los efectos de distorsión de su hammond, simulaba una guitarra. créanme que el efecto era acertado. No era ningún timo, pero complementaba a EC. Por cierto, la banda incluía al siempre fiel y discreto Chris Stainton al piano, Sharon White y Katie Kisoon a los coros, la mano derecha de Clapton: Mr. Doyle Bramhal II que esta vez me pareció un tanto discreto y Sonny Emory a la batería que me pareció fabuloso (ha tocado con Earth Wind & Fire; Steely Dan y Bruce Hornsby entre otros).
La noche siguió con clasicazos del blues como “That’s all right” de Jimmy Rogers; “Cross roads blues” de RoberT Johnson (¡como sonó!) y “Little Queen of Spades” también de R. Johnson. Con esas, que Nathan East empieza a ejecutar un solo de bajo jugando con su voz (“Close to home”, un tema de Lyle Mays). Los enfermos claptonistas ya sabemos que esa es la intro de “Cocaine” esa cover del añorado JJ Cale popularizada en su inmenso e imprescindible álbum “Slowhand” de 1974. La Arena de Nimes rugía, aunque el público francés, la rasca o quizás la edad del público (no nos engañemos) me pareció me pareció un tanto discreto y tranquilo.
Clapton y la banda se retiran. Faltaba un bis. Hubo invasión de las primeras filas por parte del público invadiendo un espacio que estaba reservada a los asistentes que habían comprado ticket con asiento. Antes que mi silla saltara por lo aires, me coloqué en el lateral derecho del escenario para poder ver el final, si cabe, más cerca de lo que había visto a la banda hasta ese momento. En prácticamente toda la gira Clapton ha terminado con “Before you accuse me” , esa cover de Bo Diddley que incluyó en su álbum “Journeyman” de 1989. Pues, no. Clapton, poco proclive a cambios, nos regaló nada más y nada menos que una fantástica “Sunshine of your love” de Cream. Felicidad absoluta.
Texto y fotos: Jordi Sánchez