Se confirmaba después de lo visto y oído en los recientes conciertos de esta nueva fase de una gira que recuperaba fechas pospuestas por jodiendas estomacales, que algo estaba mutando este año. Nunca pareció que hubiera intención de excusar la ronda en 2023 con la presentación de un nuevo álbum _Letter to you quedaba ya fuera del alcance del retrovisor_, y de ahí que su nombre fuera simplemente “World Tour”. ¿Farewell tour quizás?
Ganaba enteros esa sensación sobre todo después de contemplar la sorprendente inamovilidad de un repertorio inmaculado, en unos sets basados en el sonido, su reivindicación como gran guitarrista y en lo que él debía entender cómo la mejor selección dentro de su vasto cancionero. Parecía querer lanzar un “so long, goodbye” y redactar el testamento de su carrera en directo. Pero algo cambió ya en la reanudación del tour en Phoenix AZ el pasado marzo, cuando presenciamos algunas alteraciones relevantes en la escaleta. Después de una tanda interrumpida por la inconsciencia septuagenaria al bailar en la oscuridad bajo un clima adverso en Sunderland UK, con el resultado de práctica afonía, aterrizaba en Madrid para retomar las cosas donde las había dejado.
Tres noches, nueve horas de concierto y tres oportunidades para emocionarse con esta o aquella gema que permanece todavía en los sueños. Primer round, miércoles de casi verano en la capital, tanteo de los presentes sin intención de sorprender con _Lonesome Day_ y _No Surrender_ A la cuarta, Stevie se le acerca para abordar ambos en un solo micro _Two Hearts_. El entorno está inquieto y enrarecido, el fiestón de la inmediatez con las luces encendidas suena lejano, el personal se impacienta y vacía el foso peregrinando a la barra con _Seeds_ y llenando sus recipientes de plástico durante un _Darkness_ sentidísimo. Nosotros cara al frente y a lo nuestro, _Frankie Fell in Love_ es una grata sorpresa… hasta que llega una de aquellas. Porque _If I Was a Priest_ vale por un solo concierto con el del pañuelo cubriendo tonsura trazando épica, y creando delicias turcas a las seis cuerdas.
Seguimos preocupados, eso sí, por una voz que no acaba de sentirse cómoda. Aunque no afecta al resultado inmediato, puede condicionar próximas citas. Una transición perfecta entre _Backstreets_ y _Because The Night_, para el lucimiento de Lofgren da paso al resto, un equilibrio perfecto entre relevancia, verbena y un zapateado deleitoso para marcar el fin de fiesta. Tercer round, un lunes puede ser un gran día, y, cómo siempre, se palpa la alegría de distintas generaciones y familias enteras que creen saber la que se avecina. Entre el vocerío vuelve a subir los peldaños para emerger nuestro hombre con toda la formación presentando ya instrumentos, y la elegancia de un chaleco, una corbata y una telecaster en ristre.
¡Bruuuuuuuuuce! La garganta ya no raspa, al vocear _My Love Will Not Let You Down_, ni se palpa atisbo de preocupación en el pasaporte de los seguidores viajeros. El concierto se desarrollará según los parámetros del primero, un principio apabullante, apariciones estelares de las de hacía años _Cover Me_, títulos frecuentemente necesitados _ Atlantic City_, _Trapped_ y un final de fiesta para levantar a hombros aquell@s much@s que necesitan salir reflejados en las grandes pantallas del estadio al son del tuistancháu Hubo un segundo concierto entre los dos aquí contados si, el de la oscuridad al borde de la ciudad de Madrid, pero lo sucedido esa noche va a necesitar mucha más tinta al haber quedado grabado en la retina de muchos de nosotros y pasar a formar parte de la leyenda.
Texto: Frank Domenech
Fotos: Salomé Sagüillo
Bruç – el tipus més sobrevalorat del món mundial. Quina brassa.
Dos primeras líneas, y dos fallos. No sigo leyendo. Ni recupera fechas ni las dolencias eran estomacales.