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Steve Hogarth – Luz de Gas (Barcelona)

Estaría bien dejar ya a un lado la reduccionista etiqueta de “rock progresivo” cuando hablamos de Marillion, algo perfectamente aplicable también a su cantante y teclista, Steve Hogarth. Y es que la voz de este hombre y muchas de sus melodías son tan formidables que merecen mucho más reconocimiento fuera del a menudo cerrado circuito del prog.

La primera vez que aterrizó en Barcelona al margen de Marillion fue hace ya veinte años justos, un gran concierto en la sala Bikini con banda (del resumen de esa gira tenemos el estupendo doble en vivo Live Spirit-Live Body, con Richard Barbieri a las teclas y Dave Gregory a la guitarra). Y ahora, en su sexta visita a la Ciudad Condal (colaboraciones con Pep Sala aparte), demostró una vez más su excepcional voz y su amplitud de registros.

En sus conciertos en solitario toca canciones de Marillion y versiones ajenas, además de algún tema de su único disco en solitario, el notable Icecream Genius (muy bien “Cage” en esta ocasión). Pero el repertorio varía de una noche a otra, comentó que tenía una lista preparada y la fue cambiando sobre la marcha. Arrancó el concierto (en beneficio, por cierto, de la Fundació Ramon Martí i Bonet contra la ceguera) con dos bonitas baladas de su banda madre, “Fantastic Place” (del fabuloso Marbles) y “Faith” (del justito Somewhere Else), a las que siguió “Games in Germany”, de su grupo antes de entrar en Marillion, How We Live. Pero son las canciones de Marillion las que más sonaron: «Real Tears for Sale» (dedicada a Sinéad O’Connor), “This Train is My Life” (ambas del infravalorado doble Happiness is the Road), “The Crow and the Nightingale” (del último disco de la banda, An Hour Before It’s Dark, tras la que Steve tuvo que secarse los ojos…) o las muy aplaudidas “Easter”, “No One Can” y “Beautiful”.

Además, Steve profundizó en temas que han servido de inspiración para algunas de sus letras. Así, habló de las enseñanzas de Eckhart Tolle y la necesidad de centrarnos en el presente y dejar de obsesionarnos con el pasado y un futuro que está aún por llegar. Y también alabó la agotadora labor de las enfermeras en tiempos de la pandemia, a las que calificó de ángeles en la Tierra.

En este concierto hizo cuatro versiones: «Sympathy» (Rare Bird), “All the Young Dudes” (de Bowie), “Das Model” (Kraftwerk) y “Boig per tu” (como bis), un himno del pop-rock catalán de la banda Sau (al día siguiente en Madrid haría otras de gente como Rufus Wainwright, Peter Gabriel o Kate Bush). Para ello se hizo acompañar del guitarrista y cantante Pep Sala. Y es que una de las grandes bazas de Mr. Hogarth es hacer suyas tan variopintas canciones, interpretándolas como si las hubiera compuesto él mismo. ¿Cuántos cantantes conoces que aborden además temas de Psychedelic Furs, Beatles, Dylan, Elton John, Jeff Buckley, Elvis Costello o Leonard Cohen con total desparpajo? Pues eso.

Personalmente disfruté todavía más con dos de las mejores piezas de la discografía de Marillion: “Hollow Man” (de su obra maestra Brave) y “Afraid of Sunlight” (del disco homónimo). Y ya da igual que el concierto fuera acústico y tuvieras que estar de pie, porque son de esos momentos en los que el tiempo y el espacio se desvanecen y te das cuenta del mágico efecto que puede llegar a tener la música en vivo a cargo de uno de los mejores cantantes de todos los tiempos, estilos y lugares para el abajo firmante (¿quién dijo imparcialidad?).

Texto: Jordi Planas

Fotos: Albert Fabregat

 

 

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