Aplaudido regreso el del Riff Ritual Fest tras cancelar la edición de 2019, como anticipándose al apocalipsis. Mucho llovió en los años venideros, diluyendo también la incertidumbre sobre qué ocurriría con el festival entre los disgustos que nos daba la actualidad. Pero después de la tempestad, viene la calma, y ésta trae consigo ondas sonoras de stoner rock, doom y metal; un retorno de entre los muertos para anunciar con sorna que éste está muy vivo.
Back From the Dead era el lema de una V edición que arrancaba la jornada del viernes con los locales Händ; un cuarteto de stoner instrumental, dispuesto a hacernos vibrar ampliando nuestro espacio sonoro. Las primeras sensaciones de reencuentro y el despertar de recuerdos, afloran, confirmándose con el set acústico de canciones de Black Sabbath, interpretado por James Vieco y Marc Rockenberg; aquí venimos a celebrar el regreso de un viejo amigo al que nunca quisimos ver marchar. La organización funciona como si no se hubiera abandonado la práctica, sucediéndose las actuaciones en el escenario principal con los sets acústicos en el espacio reservado para la exposición de Branca Studio, arte delicatesen especializado en el género.
A la actuación acústica le sigue la fuzz rock band francesa, Deadly Vipers, con arrollador repertorio basado en el ya clásico Fueltronaut y en el más reciente Low City Drone, publicado bajo el amparo de los cabezas de cartel. Mención especial al alarde de carisma y actitud del vocalista, cuyas primeras palabras bastan para hacer del escenario su particular patio de recreo. Sigue el dueto acústico de James & Marc con repertorio de Alice In Chains, clásica banda grunge que no podía faltar, por la relación entre géneros y por la influencia de su legado. Entre el óptimo sonido y mejor interpretación, un ambiente sinigual. Regresamos al ruido con acento francés de la mano de The Necromancers; heavy-rock oscuro, con una de las mejores facturas técnicas de la velada. Con tres álbumes publicados, sorprende su juventud, tanto por el nivel que lucen como por su el universo que generan sus referencias a H.P. Lovecraft y Allan Poe.
De vuelta al espacio reservado para el set acústico, a la espera de resucitar otro nombre propio que nunca hubiéramos deseado ver marchar: Kyuss. En su última interpretación, James & Marc nos regresan a las raíces del género, marcando la senda con brillantez como luciérnagas en la noche. Aún con la miel en los labios, volvemos al escenario principal montados sobre un camión de grandes dimensiones, que corre sin freno levantando polvo del desierto desde ¿Suecia? Y es que los suecos Truckfighters demuestran a cada visita por qué siguen siendo máximo exponente del fuzz. Han pasado siete años desde la publicación de su último álbum de estudio, pero cada cita en la ciudad es tan laureada como la primera. Si los Deadly arrollaron, los Truck atronaron. ¿Cuántos baterías van ya? No importa, Ozo y Dango demuestran que ellos se mantienen como una unidad inquebrantable dispuesta a generar los pogos más salvajes de la noche. Amagan con abandonar el escenario, pero de aquí no se va nadie sin su «Desert Cruiser»; el último baile de una celebrada jornada, a la que le habían precedido las actuaciones de los también legendarios Yawning Man y The Atomic Bitchwax una noche antes. Con mordisqueado corazón en un puño, y además literalmente, deseamos que este Riff Ritual Fest haya regresado de entre los muertos para quedarse.
Texto y fotos: Borja Figuerola