El cantante y guitarrista Pablo Cuevas (Los Fusiles) aparca momentáneamente el proyecto nodriza para lanzar Los Cuatro Claveles, su primer disco en solitario. Por imperativo promocional, de cara a alargar dientes, empinar orejas y erguir vellos corporales, el músico sevillano entrega «El Aroma Perfumado», arrebatador cambio de registro que sirve de anticipo a la colección con la que se postula al margen de la cuadrilla Fusil.
Aunque pueda levantar ampollas entre la facción rocanrolera más cainita, los que venimos siguiendo con atención la carrera de Cuevas no deberíamos recibir con extrañeza esta portentosa pieza —toda una declaración de intenciones— en forma de tango o, a decir del bueno de Pablo, “Canturreo de aires porteños”. Y es que el compositor de Los Fusiles ya ha dado suficientes muestras de su eclecticismo en los tres álbumes que la banda ya ha publicado.
Escrita por el propio Cuevas e interpretada con genuina chulería y su habitual verborrea (con ayuda de Paul Laborda a la guitarra solista y Chano Robles al acordeón), «El Aroma Perfumado» representa tan sólo un ejemplo de las múltiples —algunas sorprendentes— influencias transatlánticas que Pablo expone, hábilmente absorbidas, en su flamante rol de cantautor con tupé y patillas.
Producido por Quique Ruiz y masterizado por Jesús Chávez, Los Cuatro Claveles llegará a finales de año, y será editado una vez más por la infalible etiqueta Family Spree Recordings. Anótalo en tu lista de deseos navideña, pues el disco destila una clase que tumba de espaldas.
Texto: Marce “Becerring” Moreno
Foto: Pablo Caravaca.
