Una sala con unas características y estructuras de carácter reducido, cuando se encuentra llena, es sinónimo de incomodidad, pero como contra prestación ofrece que el ambiente este asegurado y por supuesto, que puedas tener de cerca a la banda que vas a ver (eso sí, debes saber colocarte). Este sería el resumen logístico del show de Mutoid Man en Madrid, donde la banda arremetió con potencia a todos los que tenía delante, en una auténtica prueba de supervivencia para aguantar todo el show en la parte delantera del local.
¿Y qué es lo que ofrecieron los de Brooklyn? Una propuesta dura, que se podría englobar dentro del “metal para no metaleros”, es decir donde hay mucho más y muy completo, por poner un ejemplo rápido, en un mismo tema te pueden recordar a Mastodon o a Van Halen. Stephen Brodsky de Cave In, se acompaña de Jeff Matz de High On Fire en el bajo y de Ben Koller de Converge en la batería, en lo que es una suerte de trío que desarrolla con mucha facilidad y entrega lo que han venido a proponerte.
Propuesta que resulta directa desde el primer tema, “Call Of The Void” de su reciente disco “Mutants (2023)” activa a todo el mundo de forma rápida, y a partir de ahí, pivotando entre temas de sus primeros trabajos y por su puesto de “War Moans (2017)” como son “Dance With The Devil” o “Kiss Of Death” donde se desarrolla una parte del tema junto al clásico “21st Century Schizoid Man”de King Crimson en forma de introducción. Stephen es un frontman que sabe cómo ganarse a la audiencia, sin caer en parrafadas, si no con gestos y pequeñas bromas, está claro que su rol en el programa Two Minutes To Late Night, le ha dado buenas tablas.
Pero no todo se basó en la fuerza bruta, la banda supo bajar revoluciones cuando tocaba, con una de sus mejores piezas, “Bandages”, donde si en su formato álbum cuenta con la colaboración de Chelsea Wolfe, en directo funciono a la perfección a modo bálsamo más básico. Podríamos decir que la recta final arranco con su pequeño “hit”, la actual “Siren Song”, que dio parte a la vuelta a los inicios de la banda, pero deteniéndose en su recreación vía The Animals del clásico “Don’t Let Me Be Misunderstood”, antes de la final “Beast” y que no podría definir mejor el show.
Texto y fotos: Óscar Fernández Sánchez