El heavy mola, pero, en estos ambientes, pocos somos capaces de defenderlo. Por suerte, The Fucking Champs aparecieron a mediados de los noventa regalándonos un argumento de peso para convencer a quienes se meten con Megadeth de que el metal también es cultura musical. III fue la obra con la que Los Putos Campeones salieron volando a la estratosfera. Tras publicar distintas casetes, el trío se lió la manta a la cabeza fabricando este mastodóntico doble elepé que rezuma riffs machacones, cabalgadas rítmicas y punteos que parecen imitar a loros puestos de keta y speed. La elefantiásica obra, que podría ser la banda sonora de un videojuego en el que hobbits, elfos y enanos luchan desnudos contra un ejército de taxistas, alcanza cifras desorbitadas en el mercado de segunda mano, así que Drag City se ha decidido a reeditarla en vinilo como debe ser: en proceso totalmente analógico. Escuchar heavy del bueno sin avergonzarte nunca fue tan fácil. Pero, ojo, que se empieza por aquí y se acaba en Blind Guardian.
RAFA SUÑÉN
