Que J. Teixi Band sigan al pie del cañón ya no debe extrañarnos. Y tampoco que las catorce nuevas canciones que integran su nuevo disco, En el Barrio, hayan vuelto a engancharnos a la banda. Dicen que a ellos no los detienen ni virus, ni tormentas, ni volcanes, ni guerras, y la prueba es fehaciente y palpable. Ni siquiera les preocupa no recordar ya qué número de disco es este en su carrera, porque lo que realmente importa a Javier Teixidor y sus compinches es mirar al frente con la honestidad que siempre los ha caracterizado. Hablamos con él sobre este nuevo trabajo y su visión de la música.
Imagino que las críticas al disco están siendo buenas ¿no?
Sí tío, muy buenas. Además es que nosotros estamos contentos con el resultado. Cada disco tiene su propia alma, es algo que buscas, y este ha encontrado la suya.
A mí me suena muy a Southside Johnny & The Asbury Jukes ¿estás de acuerdo con eso?
Sí, claro. Es una gran influencia para nosotros, pero no es la única. Puedes encontrar ahí cosas de Sam Cooke o de Muddy Waters, por decirte algo más. Hay muchas cosas.
Puede ser, pero me marca mucho el sonido Nueva Jersey y me parece que es algo que ya ha aparecido antes en vuestra discografía. Por ejemplo en el pasado estaba ahí «En el Sur de la Ciudad» de Grandes Huesos Negros, o aquí «Sweet Marie», una de mis favoritas… Esta se me hace también muy Bob Dylan desde el fraseo, diferente al resto.
Estoy de acuerdo. Es una canción diferente que tiene otra tendencia melódica y otra forma de interpretar. Es una canción de Emilio, la letra es mía y como sabes Emilio era el teclista de los Elegantes, y creo que ese sonido está un poco ahí. Nos gustaba la canción porque se sale más de esa línea rhythm and blues de otros temas.
Sois una banda que siempre ha dado mucha importancia a los vientos. Esta vez tenéis nueva sección y mantenéis esa apuesta.
Es que los vientos te dan mucho empaque. Nosotros los incorporamos a la banda desde 2000 y desde entonces han estado en todos nuestros discos. Creemos que nos da un sonido diferencial y que hace que hacen que las canciones sean más rocosas, más compactas. Además, contra más instrumentistas participen más puntos de vista y más visiones distintas aportas al disco.
Además de los vientos, hay un elemento que siempre me ha llamado la atención de vosotros: la utilización y el protagonismo de las teclas. Algo que, por ejemplo, toma protagonismo en canciones como «Busqué el amor».
Es que tiene que notarse el tener al mejor teclista de rock and roll del país, especialmente con el Hammond B3. Sería una tontería no sacarle partido. Pero la banda es un todo en el que intervienen desde la batería a la guitarra, los pianos, el órgano…Emilio es mi mano derecha, un músico y compositor como la copa de un pino. El piano es protagonista de muchas canciones, sí, le da color y fuerza a la banda.
Desde el título es todo como una declaración de intenciones. Sois una banda cercana, que está ahí en las salas, en el barrio…
Sí, claro, es lo que siempre hemos sido. Las salas son nuestra casa. Hemos tocado en festivales y ahí se pierde un poco todo, lo que estás haciendo el feedback. No es tanto el concepto callejero de barrio sino el estar con la gente que quieres y tocando para la gente que te ha ido a ver, no que pasaba por allí. Es un concepto intrínseco del rock and roll o el rhythm and blues.
No sois un grupo de festival.
Evidente. Los festivales, en su inmensa mayoría y con excepciones, son grandes fraudes y una forma que algunos han estado aprovechando para hincharse de dinero sin aprecio a las bandas y sin aprecio al público. Te dejan horas esperando, el sonido es defectuoso, no puedes probar…Aunque evidentemente hay de todo.
A eso se le suma el que sois un grupo “cargado” de himnos. Volvéis a apostar en este álbum por canciones que son tarareables…
Esto lo dan las raíces que mamamos, Las canciones tienen que llegar al alma. Y la manera de hacerlo es que la gente recuerde lo que cantó la noche anterior.
Volvéis a empezar el disco con un instrumental como «Memphis Boulevard».
Sí, nos hemos acostumbrado a ello. Es algo que nos gusta y nos funciona. Además es una canción que tienen muchas cosas. Hay un poco de todo lo que podemos dar – excepto la voz – y es una buena forma de presentarse. Incluso acaba ahí con un toque de blues un poco más latino.
Tampoco olvidáis esos blues más arrastrados, muy vuestros. Aquí ese papel creo que lo juega «No es un sueño» ¿es la forma de romper un poco el ritmo del disco? ¿De esos himnos?
Es que somos de los pocos que nos preocupamos de que alguien vaya a oír un disco entero. Dulce inocencia todavía. Por eso nos preocupamos de que tenga una unidad. De que funcione como conjunto. Pensamos el orden, intentando sentir como entran las canciones, como las va a recibir el público.
Para acabar, incluís una versión del «Rip This Joint» de los Stones, más lenta que la original.
Pues sí. Nos encanta el tema y, claro, los Stones son la piedra filosofal de esto. Nos apetecía y creo que está hecha con mucho respeto y mucho cariño.
Eduardo Izquierdo