El quinteto valenciano se encerró en un estudio durante tres semanas para autoproducir su nuevo EP, Sueños (Sonido Muchacho), un trabajo decididamente experimental. Y lo es por su voluntad de abrir nuevos caminos. Una colección de canciones diferente a lo anteriormente propuesto, con la cual dar rienda suelta a su creatividad e inquietudes actuales y a las posibilidades del estudio, como instrumento adicional. Hablamos con Patricia Ferragud y María Gea, quienes tienen a bien desgranar los pormenores de estas cuatro nuevas canciones.
Este EP propone muchos cambios. Contadme un poco cómo ha sido.
MG: Yo creo que La Plata necesitamos avanzar a nivel estilístico, a nivel referencias. Todo es cambiante y está en desarrollo todo el tiempo y necesitamos plasmar eso en lo que componemos. Entramos al estudio tres semanas a componer el EP, con apenas algunos loops hechos, sin nada compuesto. Por eso, las referencias que tenemos en este EP influyen tanto. Además, desde que se hizo el primer disco hasta que nos pusimos con este EP ha pasado tanto tiempo, que han cambiado mucho las referencias por parte de todos.
PF: Sí, y esta vez el disco lo ha producido Diego (Escriche), con lo cual, por primera vez, no grabamos con alguien externo a la banda. A lo mejor antes experimentábamos con las melodías, la composición, y esta vez lo hemos hecho más con la producción. Un sonido más distorsionado… menos limpio, pero adrede. Buscábamos esa personalidad en la posproducción.
En «Ángel gris», por ejemplo, sonáis casi grunge, con un sonido de guitarra muy grueso, además de muy melancólicos; profundos…
MG: En ese momento estábamos escuchando Deftones a saco. Si te fijas, en esa canción la caja está súper alta y las guitarras, reventadas.
«Lejos» es muy electrónica, muy juguetona, con un ritmo intrincado que me hace pensar en el Jungle y el Drum ‘n’ Bass de los 90. Además, conjuga ese tipo de ritmo «estresado», con un fondo muy calmado, habitual en ese estilo de música.
MG: Sí, esa combinación de cosas nos gusta mucho. Cosas rápidas o agresivas, con otras más tranquilas. Nos llama mucho la atención. Y en esta canción la producción de la batería tiene mucho que ver, va muy a saco.
Sí, muy Roni Size, Orbital…
MG: Sí, o Prodigy, pero también estilos como el Breakcore o el Lolicore.
PF: Exacto, cosas más actuales que se inspiran en esas referencias de los 90.
MG: Nos interesa mucho, pero la gracia está en intentar pasar todo eso a la banda.
PF: En este EP, ha surgido así, hemos cogido mucha influencia de música electrónica, hecha por una persona con un ordenador, pero la hemos traducido e interpretado como una banda. Como decía María, hay referencias a bandas, como en el caso de Deftones, pero también las hay más electrónicas.
«Sueños» roza lo industrial. Me da la sensación que buscabais el desasosiego, el agobio…
MG: Totalmente. Ese era el concepto de la canción, transmitir ansiedad.
PF: Es donde más destaca la distorsión, en general, en todo.
Nos falta «Volar». Una cancion, en comparación, mucho más accesible. Las guitarras me recuerdan a The Cure o bandas de los 80.
MG: Es un tipo de arreglo muy Salva (guitarra). Sus referencias son metaleras de los 80/90. Pantera y cosas así. Me hace gracia que, cuando se pone con cosas más pop, saque ese tipo de arreglo.
PF: Nos mola el heavy melancólico, en el que tienes unas melodías que dices: «Buah, qué intenso».
El sonido de batería tipo piccolo, con ese aire a producción de Terry Date pero, también, como decíamos, Drum ‘n’ Bass, es uno de los denominadores comunes del sonido del EP. Además, con la particularidad de ser una batería acústica, tocada
MG: Es un sonido de caja que te lleva a un periodo muy concreto. En ese sentido, además de Deftones, también hemos escuchado a Melt-Banana, con ese tipo de caja también súper aguda.
PF: En este EP pasa eso, que hay instrumentos que hemos grabado de forma orgánica, pero a nivel de posproducción están procesadísimos. Los pianos que suenan en «Volar» son pianos acústicos, clásicos, pero tienen un montón de delays, reverbs…
De hecho os iba a comentar que otro protagonista llamativo, en contraposición al apartado rítmico, es el uso melancólico del piano, como otro elemento de cohesión del disco. Nunca habíais sonado tan tristes aunque preciosistas.
PF: En el estudio teníamos un piano de cola precioso, que acabamos usando. Pero es eso, está tan procesado el sonido, que es irreconocible.
Texto: Daniel González