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Warm Up Festival – Murcia

 

Nunca he soportado eso del “no había otro remedio”. No sé si por mentalidad o educación o por lo que he visto y mamado desde que tengo uso de razón, pero soy un fiel creyente y practicante del “no me cuentes problemas, a mí dame soluciones”. Algo así me repetía durante todo el fin de semana mientras contemplaba bajo el techo de un portal el chaparrón infinito que caía en Murcia. No, si allí nunca llueve, repetían varios refugiados más al son del ritmo que marcaba la tormenta. Batería de doble bombo y sonido death metal.

El Warm Up, uno de los festivales más consagrados del panorama nacional que este año contó con la asistencia de 52.000 personas,  comenzaba el viernes sin complicaciones con las actuaciones de Ojete Calor y sobre todo de Kasabian, una banda a la que Sergio Pizzorno ha borrado cualquier rastro de Tom Meighan. Siguen teniendo un gran directo y ante un público aún entrando en calor dieron la talla, pero se hace raro ver a estos Kasabian sin el que era su vocalista.

Llegó el sábado y allí estaba en el recinto, puntual como una multa de tráfico, para ver a Temples y a Ron Gallo y luego ya enlazar con los Viva Suecia, Franz Ferdinand, León Benavente, Baiuca, Moderat, Second y –si aún quedan fuerzas- echarse unos bailes frenéticos con Chimo Bayo. Todo organizado, un clima demasiado húmedo para un madrileño y unas ganas de festival inmensas.

Un plan sin fisuras…hasta que empezó a chispear.

Empezó a chispear, pero como si nada, incluso se agradecía. Total, si en Murcia nunca llueve y así se riegan las plantas y se acaba la sequía que tanto sacude a la región. Recojo el pase de prensa y entro sin problema, aunque anuncian que no va a dejar de llover hasta dentro de un par de horas. Bueno, este sirimiri es aguantable y además tengo familia donostiarra y he estado en el BBK y me chifla Cantando Bajo La Lluvia. Cinco minutos llevaba en el recinto y veía a Temples a lo lejos cuando el sirimiri comenzó su cambio de registro. De psicodelia a rock progresivo. Aguantable aún así. Treinta segundos después, de rock progresivo a punk y de punk a hardcore. De hardcore a Noisecore y de Noisecore a trash metal hasta acabar en el Death. Todo esto en dos o tres minutos. Su puta madre. Llovía desde el suelo, como decía Forrest Gump en Vietnam. Vallas cayendo, gente escondiéndose bajo las mesas  y un recinto inundado.

El monzón que no cesa y la página oficial del festival que pide paciencia. Vale, pero, ¿y las soluciones? Entiendo que habrán mirado la climatología y habrán sabido buscar alternativas porque, como me han informado mientras recogía la acreditación, a las 22h ya todo vuelve a la normalidad. Todo esto, pensado desde la más absoluta ignorancia, pues entiendo la dificultad del asunto, pero no es el primer ni el último festival en el que llueve y ha seguido su curso.

23:00h, jornada suspendida. Una solución, sí, pero no la esperada. Aún así, comprensión, aprendizaje forzoso y mañana será otro día, que vienen Yo La Tengo, The Kooks, Dorian o Hot Chip.

Sábado por la mañana y un sol de justicia. Ni rastro del aguacero del día anterior. Nada más levantarme, café y a mirar la climatología, que uno ya no se fía. Todo el día sol hasta las 21h de la noche que vuelve a llover hasta las 23h. También es mala suerte. Sin noticias del festi, todo sigue su ruta natural. Yo no es que sepa mucho de casi nada, pero a lo mejor se podría hacer algo para evitar que la lluvia perjudique a los cabezas de cartel, que son The Kooks. Repito e insisto que hablo desde la ignorancia y entiendo la dificultad del asunto, pero situaciones excepcionales requieren  medidas excepcionales, y después de la que cayó ayer cualquiera se presenta en La Fica con camiseta y pantalones cortos.

 

Mediodía y paseo por la ciudad. Hace mucho calor, así que me pongo una camiseta y unos pantalones cortos. Problemas a mi Yo del futuro. Tardeo, comida con amigos y camino al recinto a eso de las 20h. Iván Ferreiro sobre el escenario y Leiva como invitado de excepción. Cielo nuboso pero tranquilo…si solo miras hacia arriba. Si giras la cabeza y miras más allá, donde los árboles no impiden ver el bosque, te das cuenta de que eso está más gris que el pelo de J. Mascis. Miro a mi alrededor y veo a la gente poniendo cara de circunstancia. Alguno no ha mirado el tiempo o, lo que es peor, lo ha mirado y no ha terminado por creérselo.

Acaba Ferreiro y tocan los Carolina Durante. El grupo del festival más grupo de festival que puede haber. Una fórmula sencilla,  eficaz y disfrutable. Rock efímero y totalmente olvidable, pero hemos venido a esto. A mitad de la actuación, comienza a chispear…

Carolina Durante

Algunos aguantamos el chaparrón in crescendo sin pensar en que el cementerio está lleno de valientes  hasta que el sonido trash de la lluvia nos resulta familiar. Y a algunos aún nos siguen pitando los oídos. Cinco minutos después, desalojo total, vuelta al pasado igual de mojado. Esta vez nos metemos en el coche. El monzón que no cesa y la página oficial del festival que anuncia que se retoma todo en quince minutos. Que ya pidieron demasiada paciencia y tampoco nos queda mucha. Media hora después, no ha dejado de llover, pero en teoría el festival ha retomado actividad. Por supuesto, The Kooks ni están ni se les espera, porque la puntualidad no solo es británica, sino también murciana. Como la solución ha sido no tocar nada, tampoco toca el cabeza de cartel.

Son las 23h y, como bien anunciaban las apps climatológicas, parece que ha dejado de llover. Estamos empapados pero teníamos sudaderas, así que de nuevo al festi. Yo La Tengo está tocando en su escenario y son tan buenos que consiguen animar al que escribe esto sin mucho esfuerzo. Una de las mejores bandas que existen y nadie me baja de este carro. Una hora de actuación con un público más pendiente del cielo que del concierto. Una lástima y una gran oportunidad que muchos han perdido. Yo los veré dos días después en Madrid, y será increíble.

Todos al escenario principal para ver a Vetusta Morla y, bueno, cumplen como siempre. “Cumplen como siempre”, que alguien me explique si eso es algo positivo o algo negativo. Mitad de actuación y otra vez que vuelve a llover.  No con la intensidad de las dos veces previas, pero estamos tan mojados y tan hartos que la gota ha colmado el vaso hace ya un tiempo. Y aquí solo caen gotas y más gotas. La lluvia no dura más de 15 minutos que ya parecen horas y al menos seguimos escuchando la música. Son varios los que han aguantado quietos y esta vez los valientes no van a ir al cementerio, sino al siguiente concierto. Turno de Dorian y su gran puesta en escena. Una banda solvente, más allá de cumplidora, con un estilo tan singular y en ocasiones tan incomprendido que presenciar al público se convierte en un gran divertimento. Todos cantan “A Cualquier Otra Parte” y “La Tormenta de Arena” y casi nadie las demás. El cielo ha descapotado y hasta se ve la luna.

Turno de Hot Chip y su animada actuación donde, ahora sí, se respira el ambiente que el Warm Up siempre ha ofrecido. Un festival maravilloso y casi siempre excelentemente organizado en el que prima la música y el buen rollo por encima de todo. Una propuesta segura para preparar la ronda de festivales veraniegos que, este año, no ha contado con toda la suerte que debiera. Pero, como he dicho al principio, no estoy aquí para contar ni que me cuenten problemas, así que tras Hot Chip son Varry Brava los que ponen prácticamente el broche final a una noche atropellada. Una actuación amena y un ejemplo de la gran variedad y cantidad de artistas y bandas que provienen de Murcia.

El nuevo Seattle, dicen algunos. Desde luego, este fin de semana se ha parecido mucho, y no precisamente por la corriente musical.

Texto: Borja Morais

Fotos: Rafa Galán

 

 

 

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