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Mötley Crüe & Def Leppard – Königsplatz (Munich)

 

A este tipo de eventos podríamos aplicar aquello de que el circo ha llegado a la ciudad. Aunque la caravana haya perdido a un par de sus bandas en relación a su hermano mayor del año pasado en USA (Poison y Joan Jett & The Blackhearts), y el nombre haya mutado de Stadium Tour a World Tour, la capacidad para congregar a unos cuantos miles de amantes de este circo “freak” es evidente. Bastaba con darse una vuelta por las plazas de Munich, para comprobar como abarrotadas terrazas de bares desprendían ese olor añejo a hardrock, que, aunque es evidente que ha vivido mejores tiempos, ahí lo tenías siendo actualidad a través de las camisetas de sus seguidores.

 

Curiosamente, y por el desarrollo de los acontecimientos anteriores, por el poder de convocatoria poco parece importar que a Mötley Crüe se les tilde de impostores, de tirar de sonidos pregrabados, de cambiar a miembros clásicos empleando malas formas, o en definitiva de jugar al engaño. El caso de Def Leppard, es diametralmente opuesto, ya que se le presupone una calidad asegurada y que ésta ya ha sido más que demostrada. Con todo esto, el combo tiene el atractivo necesario para afrontarlo sin escepticismos, y con una premisa muy clara, la de disfrutar de un evento cargado de nostalgia, pero que se agarra al presente, y porque no, al futuro.

Como viene siendo habitual, las bandas se alternan el orden en el que saltan al escenario, en esta ocasión los de Los Ángeles fueron los que salieron cuando aún brillaba con fuerza el sol, poco podía imaginarme hace décadas que los vería con gafas de sol y tostando mi piel. Siendo sabedores de que deben aplicar buen ritmo, podríamos decir que todo pasa muy rápido y directo, con la sensación de que es algo atropellado pero gratificante a la misma vez, la banda está activa, bailarinas que hacen de coristas y esa variedad se agradece para el espectador, costando centrar la mirada en algún punto en concreto. A todo ello debemos sumarle las proyecciones continuas (aunque ni una sola referencia a algunos miembros o épocas menos exitosas) de su pasado lleno de éxitos o decadencia según se mire.

El setlist es una colección de hits, sin ninguna concesión o guiño al fan con material menos evidente, del arranque con Wild Side”, pasamos a una versión rápida de “Shout at The Devil” trufada de un  sampleado del “Inmigrant Song” de Led Zeppelin, para ir a los inicios de la banda con “Too fast For Love”. A Vince Neil hay que reconocerle el mérito de no utilizar pistas grabadas, su voz y forma física no da para mucho y aunque destroce mi tema favorito de la banda “Don’t Go Away Mad (Just Go Away)”, hay que quererlo tal y como es. La banda quiere demostrar de donde viene, y el medley de temas clásicos punk y glam, enlaza con uno de los momentos culminantes en su carrera, la interpretación a pie de pasarela de “Home Sweet Home”, con introducción de piano y acústica que personalmente no me convence, ya que pierde el carácter de “power ballad” que la hizo grande.

Destacar que cada miembro tiene su cuota de tiempo durante el show, donde Nikki Sixx ejerce claramente de líder, alzando la bandera alemana a pie de pasarela y demostrando su pasión de fotógrafo cámara analógica en mano. Por el resto, Johnny 5 tiene su momento para demostrar su valía y técnica, luce guitarra y dientes iluminados, Vince Neil juguetea con las chicas que le traen su guitarra y Tommy Lee, es sencillamente el mismo, acercándose al público para verificar que están bebiendo cervezas y por supuesto buscar chicas entre las primeras filas con el objetivo que todos os imagináis. La tripleta que remata el show de “Girls, Girls, Girls”, “Primal Scream” y “Kickstart My Heart” resulta imbatible, y aunque en esta última eché en falta el “talk box”, ésta cumple con las expectativas creadas anteriormente, cerrando de una gran forma.

Todo quedaba preparado para que, entrada la noche, las “Rock Brigades” disfrutaran de un nuevo show de la banda de Sheffield, basado como viene siendo habitual en el impacto visual de sus proyecciones y afortunadamente sin hacer referencia a temas orquestados. Para bien o para mal, a éstos las gusta ofrecer sus nuevas propuestas, y la joven “Take What You Want” funciona a la perfección como arranque, pero cuando Joe Elliot lanza la pregunta si estamos preparados, y suena “Lets Get Rocked” todo el mundo se lanza a precisamente eso, que por lo básico de su propuesta se te engancha como un chicle.”Foolin” no tarda en asomar y es una favorita para mí, por lo que solo puedo opinar que fue un momento sencillamente perfecto.

Desgraciadamente, la parte central en un formato más reposado y de corte acústico, en mi opinión te hace desconectar algo del show, pero nada que no puedan levantar de nuevo si tienes números ganadores como “Rocket” o mirar al pasado de nuevo con la excelente “Bringin’ On the Heartbreak”. Una versión muy vacilona y crujiente de “Pour Some Sugar On Me”, convierte el recinto en una pista de baile, pero con guitarras preparando el terreno para la vuelta al “Pyromania (1983)” con “Rock Of Ages” y “Photograph”, para que acabes de sudar la camiseta y conectando tu mente con lo grande que tuvo que ser la gira de presentación de ese álbum.

A modo de resumen, y sobretodo enfocado para los que se acerquen a las próximas fechas de este pack”, considero que para el total disfrute del mismo hay que enfrentarse a él con total predisposición a divertirse y con el punto de análisis enfocado en eso, en la diversión. Por otra parte, a posterior del show, hay dos lecturas básicas que me planteo. Por un lado, el futuro de Mötley Crüe lo veo incierto y a Def Leppard los veo en una zona de confort que de momento les va bien, pero en ambos casos el riesgo existe y en su carácter de bandas clásicas, tendrán que mover fichas de forma correcta.

Texto y fotos: Óscar Fernández Sánchez

 

 

 

 

One Comment

  1. Esperemos que a Nikki no le salga una piba alemana,vivan los crue

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