Gran noche de doo wop, R&B, clásico soul y surf en la mítica Jamboree de Barcelona con The Sparkles, banda de siete integrantes encabezada por un trío vocal femenino compuesto por Lídia Sobrino, Irene Ortolà y Anna García. Pero antes, los músicos que las custodiarían se arrancaban una introductoria instrumental, cuando Agustí Burriel, colaborador habitual de la Elvis Tribute Band, llamaba a las ganas de disfrutar del espectáculo derrochando simpatía e invitando a las chicas a pisar las tablas. Ya sobre el escenario, Anna inauguraba las tandas como solista en «Hard to get», clásico compuesto por Dave Burgess y Jerry Fuller. Rápidamente saltaba a la vista la sintonía entre las tres cantantes cuyas voces, acompañadas por los músicos, llenaron de buen humor el subterráneo espacio de la sala. En las siguientes «On the wagon» y «Oop shoop» conoceríamos el portento vocal como solistas tanto de Irene como de Lídia, quien nos conmovería con la versión en castellano de «Be my baby». De su mano –y voz– disfrutamos también de la popular «It’s my party (and I cry if I want to)» y de las tres a voces a la vez con «Why oh why».
Pese a los bancos que ocupaban tres cuartas partes del espacio principal, las ganas de bailar eran contagiosas, como tentativas las invitaciones de Irene a levantarnos y surfear las olas sonoras de sus cuerdas vocales. La banda se mantenía infalible mientras Lídia complementaría su voz con instrumentos de percusión. Ignasi Poch, al saxofón, sería arropado por las tres chicas en su solo. Le acompañaba Luis Martín al bajo, Manuel Casado a la guitarra y un sólido Emilio Torres a la batería, ejerciendo de faro en la noche nada oscura sino brillante que nos estaban ofreciendo. Anna bromearía preguntando si había algún «Playboy» en la sala, antes de cantar la canción de mismo nombre; momentos después, afirmaría que el Playboy no era otro sino Agustí, invitado a cantar con las artistas el «Not me» popularizado por The Orlons. Agustí se codearía de este modo con las tres voces, luciendo la suya propia además de su natural carisma.
Cerca del final, Anna nos rompería el corazón con su interpretación de «You don’t own me» justo antes de que Irene protagonizara «Rough lover», otra de las destacadas, coreografía incluida sin nada que envidiar a las de natación sincronizada. Con «The lone lover» el trío coral se despedía habiendo arrancado nuestras posaderas de los asientos, para volver entre aplausos en un bis compuesto por «Who’s loving you» y «Shoot the curl». Parecía el final, pero nadie estaba dispuesto a dejar marchar a esta banda. El trío coral volvía a pisar el escenario, de nuevo con Agustí, para repetir la celebrada «Not me».
¿Decíamos? Gran noche revival de los años cincuenta y sesenta al son de temas popularizados por The Crystals, The Ronettes, The Marvelettes o Lesley Gore entre otras; pero interpretados por una banda marca de la casa con tanto potencial como posibilidades por talento y arte. Imposible no destacar su energía en vivo, presencia y puesta en escena. ¿Para la próxima? Esperamos disfrutar de The Sparkles en pie durante todo el show. Y bailar con ellas, por supuesto.
Texto: Borja Figuerola
Fotos: Silvia Pons
