Buena noche de rock and roll la que nos llevamos los asistentes que prácticamente llenábamos la Sala Upload para ver la primera visita de Dirty Honey a Barcelona. Arrancaron la velada unos Wild Things encabezados por la actriz Sydney Rae White que nos perdimos, cazando solo la última canción, pero de cuya actuación el público hablaba de manera notable mientras esperaba a los protagonistas de la noche. Estos salieron a matar. Como debe salir una banda de rock and roll. Tres minutos tardó uno de mis compañeros de noche, el ínclito Antonio Celeiro, capo de la añorada Rocksound en emitir un veredicto implacable, “se pasan por la piedra a Greta Van Fleet sin ningún problema”. Comparaciones tan odiosas como, en este caso, ciertas. Los angelinos están para algo grande. Su repertorio va cargado de buenas canciones y tienen tres o cuatro hits imbatibles que, evidentemente, no faltaron: «When I’m Gone», «California Dreamin’» o ese «Rolling 7s» que cerró la actuación. No fallaron tampoco sus paradas en el repertorio de Aerosmith («Last Child»), nombre que junto al de bandas como The Black Crowes o incluso Bon Jovi revolotearon en el ambiente toda la noche, o Prince («Let’s Go Crazy»). Que sí, que van cagados de clichés pero ¿qué narices buscamos en un concierto de rock and roll? ¿Quién anda exento hoy en día de referencias evidentes? Ellos tiene canciones, actitud, un muy buen cantante, buenos instrumentistas y ganas de comerse el mundo ¿hace falta más? Diría que no. El camino escogido es el bueno, Y Barcelona ya ha podido comprobarlo.
Texto: Eduardo Izquierdo
Fotos: Marina Tomás