Encuentros

Germán Salto, la melodía por bandera

Foto: Alfredo Arias

 

Sus dos anteriores discos son simplemente fascinantes. Pero su nuevo álbum homónimo, Germán Salto (Sony), es un derroche de sensibilidad, preciosas canciones, letras inteligentes y notas que pinzan el alma y las neuronas. Esta semana se presenta en Barcelona en la sala La Textil este viernes día 20 y el sábado 21 en La Lata de Bombillas de Zaragoza.

 

Siempre he pensado que el tercer álbum de un artista es un asunto peliagudo, ha pasado el momento de presentarse en sociedad y el de consolidar lo mostrado… ¿Cómo te planteaste el disco? Evidentemente, y a la primera escucha, ya se percibe una potente derivación hacia un pop sofisticado, rico en arreglos, pero sin perder la esencia de lo que ya conocíamos de ti…

He ido aprendiendo que lo que uno vive como aficionado poco tiene que ver con la percepción del artista. Para el primero parece clave ese tercer disco para confirmar, o no, si esa banda va a formar parte de tu vida, pero el músico pienso que se toma todos con la misma ambición. Acaba de salir mi tercer disco y ya estoy pensando en que en el cuarto tiene que haber un salto gigante de calidad. No porque la eche en falta en este, del cual estoy enormemente orgulloso, sino porque el techo lo han puesto tan alto que siempre vas a querer acercarte a las grandes obras que te han cambiado la vida. Respecto a cómo afronté el disco, decir que yo siempre he sentido debilidad por la música especialmente melódica y es a lo que más importancia he dado siempre cuando he hecho una canción. Es por ello que, teniendo la melodía por bandera y siendo mi deseo hacer un disco de pop orquestado, el único cambio que tuve que hacer en la ruta fue el del acompañamiento.

Foto: Alfredo Arias

No puede, no debe, faltar una referencia destacada hacia las enseñanzas del gran Burt Bacharach. ¿En qué momento se convirtió en una influencia tan potente, en una inspiración a la que dedicar gran parte del sonido del álbum?

Hay bandas que si descubriera hoy no me dirían mucho, y sin embargo, como consiguieron conquistarme cuando era un niño impresionable ya forman parte de mi vida y acudo a ellas cuando necesito volver a tener 12 años y sentir que todo está bien. Por otro lado, muchas bandas que me encantan ahora no le hubieran interesado a ese niño, véase XTC o Emma-Jean Thackray. Burt Bacharach en cambio satisface las dos partes. Ha enamorado profundamente al Germán adulto y obsesivo que escucha más música de la que puede asimilar, pero también consigue conectar con ese niño más puro y libre de juicios.

Para las presentaciones, no parece sencillo trasladar a un escenario unas canciones tan cuidadosamente musicadas. ¿Cómo enfocas en tema?

Lo afrontamos principalmente sin complejos. Siendo conscientes de que no podemos trasladar este disco como tal al directo, teníamos dos opciones principales: ir con claqueta y disparar arreglos pregrabados o adaptarlo a un formato más rockero y sustituir las texturas del disco por guitarras y teclados. A todos nos puso mucho más la segunda idea. Tengo la sensación de que a alguna gente le va a gustar mas el directo que el disco.

La actual tendencia a ir presentando las nuevas canciones una a una, de forma individual en diversas plataformas, es vista por muchos como una pérdida de influencia del formato largo. Tus nuevas composiciones funcionan de maravilla juntas y por separado, pero ¿cómo realizaste la selección, pensabas en ellas como parte de un todo o eran piezas diversas que podían acabar encajando?

Siempre pensé en ellas como un conjunto, pero no necesariamente como algo conceptual. Me gusta la cohesión que tiene el disco y me alegra que me digas que funcionan juntas de maravilla, pero no son capítulos de una misma historia. La gente tiende a pensar que un disco conceptual ya es bueno por el simple hecho de serlo. Una mierda de disco conceptual es dos cosas: conceptual, y una mierda. Por supuesto, si se consigue hacer algo bueno es un añadido, ahí están The Village Green Preservation Society, el Dark Side Of The Moon y muchos otros.

El primer sencillo, “No”, tiene un fuerte componente cinematográfico y una profunda carga literaria. Las características del enamoramiento, narradas por etapas… fácil identificarse con ella.

Sí, habla de algo que creo que todos hemos vivido. Estos temas universales sobre los que ya se ha escrito y cantado tanto son un poco cabrones, pues ¿qué voy a tener yo que añadir que no se haya dicho? Pero la realidad es que no estoy yo aquí para solucionar complejos temas no resueltos de la humanidad. Creo que nuestra misión como simples cancionistas es seguir contándolo a la manera de cada uno. Hay quien consigue hacerlo con gusto o da con una frase formidable, y hay quien lo hace muy hortera o con unas pretensiones desmedidas. Deberíamos empezar a no tomarnos demasiado en serio. Esta es una canción que cuenta una relación amorosa por fases, comenzando con el enamoramiento visto casi como un trastorno y estropeándose estrofa a estrofa hasta el fracaso y la separación final. Me gustan las melodías bonitas que cuentan cosas tristes.

 

Texto: Alfred Crespo

 

 

 

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