Parece que haya pasado mucho tiempo ya de ese lejano debut en 2017 en la diminuta Jamboree y al mismo tiempo da la sensación de que fuera justo ayer cuándo Morgan se presentaron por vez primera en la Ciudad Condal.
Lo suyo no ha sido un camino rápido ni fácil, siempre cuidado y construido a base de trabajo (también sacrificio) con paso firme, ascendente y quizás por ello siguen sabiéndolo valorar tanto, agradecerlo y disfrutar cada nueva ocasión que tienen de subirse a un escenario, como si de un regalo se tratara (“milagro” según Nina).
Tercera ronda, esta vez por salas (primero fueron teatros, después festivales), de su gira “The River Tour” y ningún ápice de desgaste ni cansancio de los madrileños, como habitualmente suele suceder en esas giras que tienden a alargarse más de la cuenta. Todo sonrisas, complicidad y pasión por un oficio, el de músico, altamente complicado e inestable, cuyo riesgo de quedar en el olvido o ser abandonado por eso de las modas, está siempre demasiado presente. Por suerte, esto no va con Morgan ni con su fiel público.
No hay duda de que Carolina de Juan sigue siendo la misma que la del primer día, todo naturalidad y nerviosismo cada vez que intenta interactuar con el público, pero si bien es cierto que, más allá de sus maravillosas dotes que siempre ha tenido como cantante, su soltura y tablas encima del escenario ahora son más sólidas, llegando incluso a cargarse de valor para afrontar algunos temas de pie en el centro de la media luna que conforma la disposición de la banda (memorable el momento de la electrizante “Paranoid Fall”)
Que ahora se hayan consolidado como sexteto en el marco de los directos, les ha aportado una mayor riqueza en matices y el beneficio para el oyente es más que evidente, pero fue en esos temas más lentos y minimalistas dónde lograron pellizcar de manera más fuerte y curiosamente, más allá de la sentida “Home”, esto sucedió en dos de los únicos tres temas que no cantan en inglés: “Sargento de Hierro” y “Un recuerdo y su Rey” (quedó fuera la sensacional “Volver” … todo no puede ser).
“Marry You”, como ya va siendo habitual en este tour, cerró la velada por todo lo alto. Un momento de esos con luz propia dentro de una velada ya de por sí iluminada, con Nina y Paco (siempre magistral) a solas delante del respetuoso público, haciendo magia solo con la voz y una acústica respectivamente.
Quedó claro, según contó ella, que nunca se casará (o no, a saber) pero lo que si tenemos claro nosotros es que, con noches así, veríamos con buenos ojos lo de contraer “matrimonio” con Morgan.
Texto: Debonair
Fotos: Sergi Fornols