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Daddy Long Legs – Upload (Barcelona)

Cuando Brian Hurd abre el concierto con el primer soplido de armónica ya sabes que todo va a ir bien. El público, numeroso y con ganas de jarana, estaba preparado para darlo todo y ellos salieron a matar. Cada disparo de ritmo y blues anfetamínico, de rock & roll urgente y de blues con más barro que las orillas del Mississippi era recibido con la alegría de que te inviten a una ronda de chupitos del mejor bourbon.

La banda recogió esa respuesta y la devolvió con creces desde el escenario, con Hurd dominando el tempo con autoridad, arengando al público, ejerciendo de perfecto maestro de ceremonias, sin dejar que nadie se desconecte de lo que sucede sobre las tablas.

El espíritu de Canvey Island se fue hasta Nueva York para tomar un reconstituyente y ha regresado revitalizado, le ha sentado de maravilla esa dosis de garaje impetuoso y de fuerza bruta que le ha administrado el papaíto piernas largas. El añadido del teclista Dave Klein, hasta ahora iban en formato trío, no les resta ni un gramo de intensidad y además de sumar en la parte musical, su presencia refuerza el impacto visual de la banda.

Con los temas de su último álbum, Lowdown Ways, como columna vertebral del repertorio, repartieron cera para dar y tomar, tan básicos como efectivos, latigazos del calibre de «Pink Lemonade», «Ding Dong Dang», «Mornin’ Moon & Nite», «Glad Rag Ball» o «Bad Neighborhood» hicieron sudar incluso a las paredes de Upload. Mientras existan bandas así el espíritu seguirá vivo. Nadie mejor que Brian para calzarse el traje de Lee Brilleaux, quien debe sonreír desde el paraíso de los elegidos cada vez que los de Brooklyn salen de gira.

Manel Celeiro

Fotos: Marina Tomàs.

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