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Our Fest Xacobeo – Expourense (Ourense)

Primal Scream

La primera edición de un festival siempre genera sensaciones contradictorias. A la ilusión de un nuevo proyecto se le suma la incertidumbre que ofrece lo aún desconocido, lo que no tiene historia que sirva de referente. He tenido la posibilidad de asistir a primeras ediciones de lo que ahora son grandes festivales y he visto a los mejores grupos del planeta, sí. Pero también he visto grandes fallos de organización y de previsiones que afeaban el idealismo inicial. Datáfonos que no funcionabas o largas colas de espera para entrar. He llegado a presenciar cómo se agotaba la cerveza a las 20h de la tarde, a 40 grados, en el debut de uno de los festivales europeos más importantes del momento. Situaciones que pueden pasar con la excusa del tanteo, del ver qué tal nos va.

Luego hay eventos hechos con el mismo mimo y la misma ilusión y que encima tienen controlado hasta el más mínimo detalle. Recitales en los que los únicos protagonistas tienen que ser los artistas que se suben al escenario. Esto es de las mejores cosas que se pueden decir de un festival y esto es lo que puedo decir, en pocas palabras, del Our Fest Xacobeo. El festival gallego iniciaba su andadura con un cartel nostálgico, con Primal Scream, Metronomy y Belle & Sebastian como principales atractivos y con una puesta en escena sencilla y, sobre todo, práctica. Nada de florituras y nada de anuncios mastodónticos que promocionan a festivales que no valen ni la mitad de lo que se venden –que cada palo aguante su propia vela-. Música, buen rollo y una experiencia que deje a los allí presentes con ganas de repetir. He aquí uno que volverá.

Por poner en contexto, la velada consistía en cinco bandas tocando durante toda la tarde del sábado. Un solo escenario, media hora entre final de una actuación y comienzo de otra y un recinto cubierto que, como su nombre indica, está preparado para todo tipo de actividades artísticas. Por fuera, foodtracks, mesas y sillas para que los 4.000 asistentes estuviéramos lo más cómodos posibles. Para los periodistas, una zona adaptada para quien tuviera que escribir crónica inmediata. Detalles que nunca están de más resaltar.

Julián Maeso

Vamos con la música. El toledano Julián Maeso fue el encargado de inaugurar el evento. Con un Expourense que poco a poco se iba llenando, el multiinstrumentista ofreció un recital sobrio y en formato Big Band, con once músicos gallegos sobre el escenario. El ex Sunday Drivers demostró sobre el escenario que atrás quedaron esos fantasmas en los que se planteó incluso dejar la música con una propuesta variada. Ojalá sea el primero de muchos.

The Big Moon

A media tarde era turno de The Big Moon. El cuarteto londinense abría su gira europea en este festival y lo hizo demostrando por qué es una de las jóvenes bandas británicas a tener en cuenta. Con su tercer disco preparado para lanzarse en octubre, el grupo liderado por Juliette Jackson ofreció un concierto en que pusieron al alza todas sus virtudes, que son muchas. Canciones como “Barcelona”, “Your Light” o “2 lines” son poesía sonora, “Wide Eyes” y “Trouble”, los singles de Everything Is Here, álbum dedicado al embarazo y a todo lo que ello afecta en el cuerpo y el alma de una mujer, suenan en directo mejor que en el álbum, y la versión del “Praise You” de Fatboy Slim pusieron la guinda a una gira que se presenta interesante.

El día caía poco a poco y Belle & Sebastian subía al escenario. Qué decir de la infinita formación escocesa. Hay grupos hechos para festivales y festivales hechos para grupos, y en estos segundos es donde yo asociaría a los de Glasgow. En su tercera actuación en España en lo que llevamos de verano, B&S disipó toda duda (como si las hubiera) sobre por qué es considerada como banda de culto prácticamente desde sus inicios. Sus conciertos son un ritual en el que un aura elegantemente mística se cierne en todo momento sobre ellos y por supuesto temas como “The Boy With The Arab Strap”, “She´s Losing it”, “If She Wants Me” o “The Party Line” ayudan sobremanera. Estamos muy contentos de estar aquí, anunciaba Stuart Murdoch en leído castellano. Créeme, Stuart, que más contentos estábamos nosotros.

Belle and Sebastian

Si The Big Moon comenzaba su gira europea, Metronomy la finalizaba. El quinteto demostró seguir en plena forma, con un setlist en el que el baile era el principal protagonista. Himnos como “The Bay”, “The Light” o “The Look” se mezclaron con “Love Factory” o  “It´s Good To Be Back” temas de Small World -álbum lanzado este año-para completar una actuación perfecta para lo que se nos venía.

Llegó el gran momento. Con algo más de diez minutos de retraso debido a fallos técnicos, algo que sí que la organización puede mejorar en futuras ediciones, Primal Scream hacía su aparición en escena. Algunos tuvimos la suerte de ver a Bobby Gillespie caminando por la ciudad esa misma tarde, y la verdad es que muy buena pinta no tenía. Todo se diluyó cuando apareció con un traje rojo en el que el sol más famoso de la música aparecía plasmado. Hablamos del sol que aparece en  la mitiquísima portada de Screamadelica, el álbum que catapultó a Primal Scream, uno de los mejores discos que se han hecho jamás. Ver a los escoceses en directo es una experiencia religiosa y lisérgica, aunque como aceptaban algunos con resignación, poco tiene que ver con esos recitales en los que los miembros del grupo iban hasta arriba. Sin embargo, para los que contábamos con unos pocos meses de vida cuando el álbum que mezcló el rock con el acid house vio la luz, sigue siendo una pasada ver en directo temas como “Come Together”, “Movin On Up” y, sobre todo, “Loaded”, quizá el mejor tema que existe para no pensar en nada y dejarte llevar por el descontrol y el ritmo que poco a poco te va poseyendo, con permiso de “Blue Monday” y “Born Slippy”.

Primal Scream

Poco más puedo hablar de un concierto que, en un ejercicio de sinceridad, viví como si fuera el último concierto que viera en mi vida. Si alguien se molesta, lo siento en el alma, pero hay ciertas bandas aún vigentes que mantienen viva la quintaesencia de la música, y Primal Scream es una de ellas.

Finalizada esta fiesta pagana, guiada por el reverendo Gillespie al grito de Fuck The Queen and Fuck The King, muchos seguían la fiesta hasta la madrugada mientras otros decidíamos retirarnos, tranquilos por lo visto y vivido y conscientes de haber sudado hasta la última gota de unas cervezas que en ningún momento se acabaron.

Texto: Borja Morais

 

 

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