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Sonorama – Aranda de Duero (Burgos)

 

Doctor Explosion

Dos décadas y media cumplía el festival arandino que, año a año, se ha ido superando así mismo con la progresiva apertura de estilos y ampliación de espacios. Tras dos años nefastos por la pandemia mundial (cancelación total en el 2020 y mini festival con público sentado en el 2021), la presente edición ha logrado alcanzar la descomunal cifra de ciento cuarenta mil asistentes durante los cinco días de “feria”. Como anualmente señalamos, la magna gastronomía clásica, sus caldos y la ola de conciertos matutinos en la parte vieja de la ciudad definen unas coordenadas más dignas para un festival rocker tipo el Azkena Rock Festival o el Funtastic Drácula Carnival y el pleno disfrute por el mundo viejoven rockero patrio.  Evidentemente, el target routier no es muy amplio, pero dada la ingente oferta musical (240 bandas), es posible el regreso a bastidores con una cosecha adecuada. Al grano:

Quizá por su sobreexposición, quizá por su parte acaramelada, la banda madrileña Los Secretos no suele ser reivindicada por el talibanismo ruock nacional. Craso error: Alvaro Urquijo y sus secuaces poseen una excelsa ristra de canciones influenciadas por el soft-rock americano setentero y el power-pop que, en directo, rezuman excelencia; como así fue con “Buena Chica”, el cover de los uruguayos Kano y los Bulldogs “Sobre un Vidrio Mojado”, “Pero a tu Lado” o la calcinada -pero sublime- “Déjame”.

Celtas Cortos es una banda que navega hace años profesional y a piñón fijo con su folk autóctono festivo. Es de muy agradecer la valentía de su líder, “Cifu”, al lanzar proclamas rojeras en territorios donde prima lo reaccionario y rancio.

El power trio Ciclonautas cursó un hard-rock latino modernizado en mixtura con stoner,  con momentos cumbres que evocaban a El Tri o Pappo Blues Band tales como “Abrazado a un Misil” o la final “Bienvenidos los Muertos”.  Destacar la pegada del también batería de Marea y manager de Robe Extremoduro, Alen Ayerdi.

Fue un 25 de julio de 1998 cuando Chucho, Mercromina y Dr. Explosion tocaron en la antigua plaza de toros de ‘La Chata’ de Aranda ante 250 personas en el bautismo del festival. Veinticinco años después, referido tridente formó de nuevo en mismo orden; con un Fernando Alfaro luciendo escayola en su brazo derecho y mismo rigor en la ejecución de su obra; un Joaquin Pascual que comando recio a unos Mercromina (donde lució Honky Tonky Sanchez, hacedor de dos grandes y poco reivindicados opus en solitario), alcanzando el cénit con la atmosférica “Evolution”; y el grupazo liderado por Jorge Explosión (“manejado” hoy en día por el gran Juan Santaner) con un porte incluso más rock’n’roller -si quiera- que en tiempos pretéritos y llevando con maestría a su terreno el “Drácula Ye-Ye” de Andrés Pajares o el “Blue Monday” de todos unos New Order. Nos contaron que Triangulo de Amor Bizarro (primos-hermanos de Chucho y Mercromina) otorgaron un notable bolo regado con shoegaze, pop peligroso y noise noventero.

Lo de Jeanette, enviudada lamentablemente una semana atrás, no llegó a esas cotas imaginables si hubiera circulado por los esenciales Picnic, por los sesenta, como así hizo Raphael en su primera magistral hora de concierto en igual plaza hace unos pocos años, aunque cumplió con aprobado gracias a himnos propios como “Frente a Frente”, “Corazón de Poeta”, “Soy Rebelde” o “¿Por qué te vas?”.

Jeanette

La banda cantabrona Los Estanques prosigue una carrera que rula in crescendo por los campos que transitaban Solera u Os Mutantes. El momento álgido vino con una apoteósica “Soy Español, pero Tengo un Kebab”.

Las guitarras demoledoras de Jesús Arispont (otrora hacha en los eternos Dogo y los Mercenarios) ayudaron sobremanera a Cesar Strawberry y demás secuaces a completar un crudo y apabullante set en el que cargaron ácratas contra todo el soplapollismo sempiterno nacional. “Zombie Franco” y “Acción Mutante” provocaron tales pogos, que acojonaron a los cervatillos indies.

Los munguietarras Belako, cada día más profesionales y efectistas, brillaron con su amalgama de neosicodelia, afterpunk y dance electrónico. Su frontman, Cris Lizarraga, sabe merendarse con sapiencia a las grandes audiencias, como así se pudo observar en la hipnótica “Tie Me Up”.

Moló y mucho la retranca de Martin Guevara preguntando a las Heidis y Pedros por la vigencia del rock en un tremendo show, donde Cápsula se alzaron cual gallos de pelea con los covers de Sumo (“Mejor no Hablar de Ciertas Cosas”), The Lords of the New Church (“Russian Roulette”) o David Bowie (“Suffragette City”). Los argentos, al igual que los baskos Zea Mays, impactaron notablemente a la inexperta masa en esos negociados.

Airbag atesoraron clase y savoir faire con su pop-punk ramoniano y power-pop gringo setentero. Los malacitanos son una apuesta segura en todo festival que se precie. La cantidad de hits que arrastran en su discografía es moneda segura para ofertar siempre un directo demoledor. Nos gustó especialmente su “Cómics y Pósters”. Invencibles.

De Whisky Caravan únicamente pudimos degustar su opulenta versión -vía hard-rock- del “Buena Chica” de Los Secretos; así como los trazos a Ana Curra o Javier Corcobado de la jienense María Guadaña en las brillantes “Caballero” o el cover de la gran Violeta Parra, “Que he Sacado con Quererte”.

El legendario bajista e ilustrador arandino, Tony Marmota y el chulapo y frontman madrileño, Javier Andreu, mantienen la llama viva de los legendarios adalides del rock vaquero, La Frontera. Con actitud y aptitud punk sobresalieron en “Duelo al Sol” y “El Límite”, echando en falta himnos como “Al Final de la Noche” o “La Frontera”.

Fuel Fandango, Dorian y la M.O.D.A. diligenciaron bien sus habituales atributos para gustar al público generalista y provocar el constante baile.

Jose María Sanz, alias Loquillo, es un perro viejo que siempre ha presidido bandones rockers a lo largo de su extensa trayectoria. Como super profesional que es, es raro acudir a un bolo fallido técnicamente. Y, claro, como conocedor absoluto de lo que debe ser un show, muestra de inicio, al igual que lo hacía Johnny Hallyday, excelso cancionero (aunque no muy conocido) para disparar una traca final ganadora con “La Mataré”, “El Ritmo del Garaje” y “Cadillac Solitario”. El de el Clot es una apuesta segura para todo festival.

No tuvimos el placer de ver las actuaciones sorpresa programadas de Nena Daconte (a reivindicar), Izal, Leiva, La Habitación Roja o Xoel López. Citar el emotivo homenaje que Rulo dedicó al recientemente fallecido Boni (Barricada) con “Heridas de Rock & Roll”, la naturalidad palmaria de Rozalen y la interpretación de la sublime “Me Dejó Marchar” por parte de un eficaz Coque Malla, que regaló a su vez cuatro jitazos de los necesarios Los Ronaldos. That’s all Folks.

Redactor: Aitor Bakaikoa Urrutikoetxea

Fotógrafa: Isabel Contreras Sayavera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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