Una vez que conocimos que nuestro querido festival Sweden Rock iba a poder realizarse en el 2022, la maquinaria volvió a ponerse en marcha. Las bandas que conformaron el cartel venían de haberse confirmado muchas desde el año 2020, otras se cayeron y otras se añadieron después. Para esta edición se aumentó de 35.000 a 46.000 asistentes, aumentando la superficie del recinto. En la parte positiva, se desahoga algo la marabunta de gente, y en la negativa había que andar más y había que invertir más tiempo a la hora de cambiar de escenario y actuaciones. Por ejemplo, el escenario menor, el que acoge a los grupos de la parte baja del cartel, la carpa Rockklassikker, está ahora más alejada que antes. En las instalaciones, cabe destacar que ya no se puede fumar en cualquier sitio, ubicaron varias zonas acotadas repartidas por todo el recinto. Una nueva zona para degustar vinos sentados en sofás. Por la zona donde están las exposiciones de motos y coches, me llamó la atención ver máquinas de pinball rockeras, recuerdo entre otras, una de Rush y otra de Led Zeppelin.
El paso del tiempo y la tecnología han hecho que variemos nuestra manera de escuchar música: primero en discos en vinilo, después en cintas de casette, discos compactos (CD´s) y ahora en archivos informáticos y plataformas de internet. Pues también ha repercutido en el negocio dentro de los festivales como en el que nos ocupa, el Sweden Rock. Se han reducido considerablemente los puestos donde se venden vinilos, CD´s y DVD´s tanto en el mercadillo exterior como en el interior del recinto. Al igual que en cualquier ciudad del mundo existen ya pocas tiendas de discos comparadas con las que había antaño.
También hemos de plantearnos el hecho del futuro en el mundo del Rock, las bandas grandes cada año se hacen más mayores y debemos pensar en si existe un relevo real que las suceda cuando ya no estén. Un hecho ya significativo y palpable en este Sweden ha sido que los cabezas de cartel del jueves y del viernes han sido grupos más recientes, como son Volbeat e In Flames. Los del miércoles y el sábado eran relativamente más clásicos, Megadeth y Guns N´ Roses.
También está candente el hecho de que ya el Sweden está controlado por la todopoderosa corporación Live Nation, lo cual hace que se pierda la esencia y el espíritu original que hizo único al festival, pasando a mirar más al negocio puro y duro. Donde se sigue manteniendo ese auténtico espíritu es en las bandas de la zona media y baja del cartel, en esos conciertos puedes seguir sintiendo la verdadera esencia del Rock N´ Roll, esa chispa que un día nos caló el corazón y ya no pudo salir de dentro de él, como una huella imborrable por mucho que pasen los años.
En el terreno artístico, cabe destacar que en el cartel había codiciadas bandas como Mercyful Fate en su gira de reunión y la reunión también (a falta de Izzy Stradlin y Steven Adler) de Guns N´ Roses. Dentro del AOR y Rock Melódico tuvimos el placer de presenciar los shows exclusivos de Night Ranger, Honeymoon Suite, 10 CC y Jean Beauvoir. Grandes del Punk Rock como Social Distortion, The Hellacopters, Dropkick Murphys y Kvelertak. Rock Psicodelico/70´s con Witchcraft, Kadavar, Hällas, Rosalie Cunningham (ex Purson), Siena Root y Magic Pie. Rock/Metal Progresivo con: Opeth, Saga y Evergrey. Y dentro del estilo referencial del festival, cómo no, el Hard Rock a Nestor, D-A-D, Hardcore Superstar, el grandísimo e incombustible Michael Monroe (ex Hanoi Rocks), Lee Aaron, Kingdom Come, Ten Years After, Bombus, Nashville Pussy, Orange Goblin, Eclipse, Dirty Honey, Bonafide, Art Nation, VA Rocks, Bomber y Elden. El Heavy Metal más clásico vino de la mano de Accept, Saxon, Ross The Boss (ex Manowar), Victory, Praying Mantis y Overdrive. El Thrash Metal con bandas como Megadeth, Sodom, Violator y Artillery. El Power Metal vino con Sonata Arctica, Alestorm, Rage y Freedom Call. Y el Blues Rock con Eric Gales, Walter Trout y Warner E. Hodges Band (Dan Baird & Homemade Sin, ex Jason & The Scorchers).
Reseñar también que la banda revelación del festival fue, sin lugar a duda, Nestor, los cuales llenaron el Sweden Stage con su pegadizo y ochentero Hard Rock melódico, en una actuación para recordar. La esperada actuación de la reunión de Guns N´ Roses trajo opiniones dispares, para algunos fue decepcionante, para un servidor cabe decir que Axl Rose ya no tiene la voz de antaño, pero la actuación musicalmente hablando fue excepcional, repasando su largo repertorio de grandes canciones, donde se explayaron ampliamente hasta las tres horas de duración. Los conciertos de esta edición que recordaré como importantes por su intensidad, calidad y entrega y que me dejaron con mejor sabor de boca, fueron los de Night Ranger, Honeymoon Suite, 10 CC, Social Distortion, The Hellacopters, Nestor, Hällas, Michael Monroe, Kvelertak, Ten Years After, Orange Goblin y Praying Mantis.
Después de la pesadilla de dos años por la pandemia, pudimos volver a disfrutar del ansiado y considerado por muchos, el mejor festival de Rock del mundo, nuestro querido Sweden Rock, que, con sus virtudes y sus defectos, sigue adelante adaptándose al cambio de los tiempos y a las nuevas generaciones, haciendo que el Rock siga siendo para un gran número de fieles seguidores, el faro interior de nuestras vidas.
Texto y Fotos: Javier Balenzategui Pérez
Muy buena crónica de éste Festival!!!