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Sardina Fest – Sala Upload (Barcelona)

 

Sandré

 

El pasado 15 de julio, viernes, y después de dos años con la raspa boca abajo por la infame pandemia, se celebró –celebramos-, en la Sala Upload del Poble Espanyol de Barcelona, el 7º Sardina Fest. Un festival que presume de ser el anfitrión, durante una sola noche, de los sonidos más bruscos y ásperos del rock’n’roll, el garage y el punk, y que recuperó también en esta edición, todo el esplendor mediterráneo de su barbacoa de pescado azul.

 

Este año su celebración se retrasó unos meses en relación a su fecha habitual, para desplegarse en medio del tórrido ambiente veraniego de la nueva normalidad climática, esa en la que sales de un lugar con A.A. y parece que has abierto la compuerta del horno para recoger la pizza, el arenque en este caso. Y ni tan mal, porque las sardinas se llevan bien con la brasa y la demanda de cerveza crece exponencialmente. Todo pues en su justo lugar.

El line-up fue esta vez de procedencia absolutamente estatal, situándose en ese tan necesario marco de promoción de la escena propia y que además resultó sobresaliente por su festividad y también por su excelsitud. Pero vayamos bocado a bocado.

Después de la concurrida cena –récord en la parrilla-, en el interior iniciaron el fuego las canciones de amor del cuarteto ENAMORADOS, con un ínclito de la movida barcelonesa al bajo, Heitor Dolinski, y Juanito cantando en castellano sobre frescos ritmos power pop. Con un par de discos bajo las axilas, uno de ellos en el ultramoderno formato casete, estos cuatro chavales presentan un directo que resulta perfecto para contemplar la luna de verano con los pies llenos de arena y en buena compañía.

Enamorados

El segundo round fue para SANDRÉ, de Barcelona, otro póker formado por la deshinibida Rosa (gritos), Stefania (bajo), Marc (batería) y Carles (guitarra). Sorpresa sorpresón se queda corto para definirles. Y no es solo mi opinión, pues me encargué de hacer encuesta aquí y allá y todo el mundo coincidió en ensalzar su estilo, que bebe del new garage lo-fi de la década anterior y también del hardcore melódico, pero en el que sobre todo destaca la capacidad de Carles para usar su pedalera casi como si fuera un teclado. Si a ello se le suma su agilidad para intercambiar punteo y rasgueo y proporcionar así un compás frenético a los temas, el resultado entre el público es orejas arriba y pies de puntillas. Marc y Stefania se suman desarrollando cambiantes y endiablados ritmos, y Rosa bocea con la frescura de quien reclama por primera vez micro en mano! So-bre-sa-li-en-te de manual.

 

FUNDACIÓN FRANCISCO FRANKENSTEIN, la banda española punk-pop de moda, se presentaron por primera vez en Barna con su recién presentado segundo disco largo bajo el brazo, Vuelva usted mañana (Family Spree), en el que siguen reinventando los ritmos de los Ramones cubriéndolos con esas letras chuscas y burlescas. Su imponente presencia en el escenario ayuda a esparcir su fórmula, “diviértase usted esta noche, mañana no existe”. Éxito absoluto.

Thee Braindrops

Y finalmente THEE BRAINDROPS, con el anfetamínico y escuálido Bunny Shima de avezado frontman. ¿Alguien en la sala que no tenga una anécdota con este centrífugo nipón hijo de Michael Kastelic y de Leighton Koizumi? Su garage no solo fue el más vendido de la parada de merchandising, también fue el más comprado ahí abajo –caldeado como estaba ya la manada-. “Tú me quieres matar” es ya un himno. Su letra no solo puede servir para entender muchas cosas en el plano sociológico, sino que además resume perfectamente el ambiente al límite del termómetro que se vivía fuera, mientras que, en el Upload, el SARDINA FEST se afanaba por convertirse en la fiesta mayor punk de Barcelona. ¡Que Viva! y por muchos años.

 

Texto: Pacus González Centeno

Fotos: Roman Okanipse

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