Hay grupos que se lo pasan bien cuando salen a un escenario y luego está Crowded House. La banda comandada por el “abuelo” –luego explicaremos el por qué de este apodo- Neil Finn se presentó en la noche del domingo en el Real Jardín Botánico Alfonso XXIII ante un aforo completo y demostró que la diversión sigue siendo su principal fuente de inspiración. En algo más de dos horas, los australianos tuvieron tiempo de tocar sus grandes éxitos, hacer unas cuantas covers e interactuar, sobre todo interactuar, con un público entregado a la causa. ¡Cómo se echaban de menos este tipo de eventos!
La banda formada en 1985 salió puntual a su cita en la capital española y los acordes de “Distant Sun” abrieron una velada que comenzó con unas primeras filas aún poniéndose al día de lo que habían hecho durante el fin de semana. Crowded House iba poco a poco cogiéndole el ritmo a la noche, y tras “To The Island” –de Dreams Are Waiting, álbum lanzado el año pasado- y “Goodnight Everyone”, llegó el primer momentazo. Finn agradece estar en Madrid y presenta a la banda, donde destacan su hijo Liam a la guitarra y Nick Seymour y su falda al bajo. suena “Fall At Your Feet”. Y el respetable deja de hablar para sacar móviles y darle al REC. Y los que queremos ver la actuación tenemos que hacerlo a través de varias pantallas.
En este punto, y tras cinco temas, tengo claro que nunca me acostumbraré a ese hábito ya tan integrado en los conciertos en que la gente charla en las canciones menos conocidas y solo se calla para grabar los grandes éxitos, porque los que van por el simple y sano hecho de ver a una banda que admiran no pueden disfrutar ni de unas ni de otras. Es uno de los motivos por los que resulta complicado ver un concierto en pista y por lo que desgraciadamente hay que pasar cada vez más a menudo, pero no por aceptarlo con toda la resignación del mundo el que escribe estas líneas va a dejar de señalarlo. Y ojalá pudiera decir que esta será la última crónica en que haga mención a esto.
Pero volvamos a la música. Los Crowded House cada vez se sienten más cómodos. Hablan de su carrera, de cómo ir al Museo del Prado, de la luna y de un árbol iluminado que les parece precioso. Tocan “Nails In My Feet”, “Four Seasons in One Day” y una versión maravillosa de “Sister Madly”. Mención especial a “Nails in My Feet”. Si ya de por sí es una de las mejores composiciones de la banda, ver el solo de guitarra de Liam mientras está tirado en el suelo con sus hijos -a su vez nietos de Neil- jugueteando a su alrededor fue sin duda el gran momento del show.
Algo más de hora y media y es hora de las dos joyas. “Don´t Dream It´s Over” y “Weather With You”, móviles de nuevo en alto y aquí un tipo que ya había aprendido la lección y observaba desde la distancia. Breve descanso y bis dedicado a Bowie. “Golden Years”, “Heroes” y “Quicksand”. Medianoche en el jardín del bien y del mal y una banda que ojalá no tarde mucho en volver. Y si no lo hace, seguro que podremos recrearnos de algún modo en en ese canal de vídeos llamado Youtube.
Texto: Borja Morais
Fotos: Salomé Sagüillo
