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Beck – La Riviera (Madrid)

 

Tres décadas prolíficas, trufadas de buenos discos y excelentes canciones, bien merecen un show completista, que dé cabida a tamaña colección. Eso debió pensar el bueno de Beck Hansen a la hora de plantear su presente gira mundial. Y eso es lo que nos ofreció. Una retrospectiva generosa con la cual dar buena cuenta de su cancionero, haciendo parada en casi todas sus publicaciones.

Y la forma de acometer tal reto, sin prolongarse sobremanera, fue hilvanando fragmentos de entre uno y dos minutos de media por canción para, de este modo, al poco de adentrarse en una de las susodichas canciones «redux», saltar a otra, si es necesario abrupta e inesperadamente, en pos de un show fluido y cambiante. Una suerte de tour de force casi sin descanso. Una fórmula original que dotó de gran dinamismo al show y que, de paso, nos permitió que casi no se escapara ningún hit.

El americano contó con una banda formada por cuatro músicos, la cual se acomodaba sobre unos pregrabados, haciendo difícil delimitar la frontera entre «playback» y banda. Lo cierto es que el sonido quedó bien empastado, a pesar de la evidencia de las muchas capas que sonaban enlatadas. Una solución bastante razonable y resultona (el sonido fue algo aséptico, pero a su vez impactante) que enfoca el directo en base al sonido de la grabación original, y no a la inversa, como suele ser habitual cuando hablamos de la traslación de un disco al directo.

El “Prince blanco” nos recordó lo bien que se le da derribar barreras entre rock, electrónica, funk, blues, folk o hip-hop. También hizo patente lo cómodo que se encuentra flotando en esa suerte de folk de autor con resonancia espacial; cósmica. Fue en esa tesitura cuando, a media actuación, echó mano de su acústica y nos embelesó con canciones etéreas y preciosas, como «Lost Cause».

Poco importó que al californiano se le descuadrara nada menos que «Loser», ya en pleno bis, tras recuperar resuello en el backstage.Mayormente, el invento funcionó y convenció, a base de hits y decibelios. Además, como colofón, nos tenía preparada una irresistible «Where I’ts At», que nos mandó a casa con una sonrisa de oreja a oreja.

Texto: Daniel González 

Foto: Sergi Fornols (Primavera Sound 2022, Barcelona)

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