Una labor de amor hacia una banda fugaz y brillante como una estrella.
Si les hablas de Buenas Noches Roses a los que crecieron con ellos en Alameda de Osuna (barrio del distrito de Barajas madrileño) reaccionaran como si les estuvieras hablando de los Sex Pistols o Nirvana. Evidentemente, Alameda de Osuna no es Londres o Seattle y Buenas Noches Rose no pasaron de hacer mucho ruido en muy pocos años (como las otras bandas mencionadas), pero solo a nivel nacional, e incluso podría decirse local. Eso no quita que lo que consiguieron fuera enorme, grabando unos discos que permanecen en la memoria de cualquier fan del Rock que tuviera los oídos atentos en la segunda mitad de los noventa y antes de que la banda estallara por los aires.
Buenas Noches Rose fue una banda única y tremendamente original. Cinco chavales que se conocieron en el instituto y decidieron imitar a sus héroes, pero con una personalidad marcadamente propia. El carisma y la desatada energía completamente imprevisible de Jordi Skywalker, su cantante, eran como un puñetazo en la cara para cualquiera que lo viera sobre las tablas. Así lo dejan claro en el documental gente como Carlos Tarque, Leiva o el periodista Mariano Muniesa, entre otros. Alfredo Fernández “Alfa” y Rubén Pozo componían las canciones, hacían coros y desplegaban riffs y solos súper efectivos, mientras la base rítmica formada por Juan Pablo Otero y Rober Aracil, al bajo y batería respectivamente, completaban una máquina tan engrasada como a veces caótica y tan sólida como a veces impredecible, pero absolutamente especial. Conocerlos era amarlos.
El documental va repasando toda la trayectoria del grupo, con testimonios de los cinco componentes, periodistas, amigos, músicos y personalidades de la industria que les ayudaron en su trayectoria ascendente y también vivieron e incluso pudieron ser partícipes de la descendiente. Todos habréis vistos documentales fríos en los que cabezas parlantes te escupen una serie de fechas y detalles como quien lee el parte meteorológico. Pues este documental es todo lo contario. Exhuma amor por la banda por todos los lados y su calidez es muy reconfortante para cualquiera que les siguiera en su momento. Paco Gené a la dirección y Daniel Molina al guión y producción se han encargado de mover hasta las piedras para encontrar todo tipo de material audiovisual. Si algún amigo de la banda recordaba tener un VHS en alguna caja de su garaje, se aseguraban de ir a ese garaje y revolver todo hasta encontrarlo. Lo dicho, una auténtica labor de amor.
Si amaste a esta banda, supongo que habrás hecho lo posible por estar en los eventos que rodearon al estreno del documental. Si solo la conociste de pasada, deberías remediar eso y refrescar tu memoria (me refiero si te gusta el rock auténtico y con pelotas). Y si no les conoces, estás leyendo esto, y lo del último paréntesis se puede aplicar a ti, decirte que te envidio, porque tienes por delante una banda muy especial a la que descubrir y unas cuantas horas de placer para recibir en estado virgen, que suele ser cuando más impacta y se disfruta.
Texto: Javier H. Ayensa
los vi en primer Dr Music y en sala en Bilbao, con más gente encima del escenario que abajo, y fueron la reostia… con la Vacazul, mi banda de garito top