Encuentros

Uoho, orfebre del rock and roll

 

Iñaki Antón, al que toda la escena del rock and roll de aquí, terminaría llamando con el apodo con el que le conocían desde niño, Uoho, tiene a sus espaldas una trayectoria bien extensa. Lugarteniente imprescindible de Fito Cabrales, con el que fundó Platero y Tú, y de Roberto Iniesta, para dar forma y consistencia a la música de Extremoduro, puede presumir de haber formado parte de dos grupos fundamentales si uno quiere hacerse una idea justa de la historia reciente del rock (transgresivo) en castellano. Lo que pudo haber sido la gira de despedida de estos últimos en 2019, terminó convirtiéndose, en cambio, en un retiro espiritual del músico vasco. Pasado el tiempo necesario para recargar baterías, Iñaki vuelve a la carga tras convocar a los que vinieron siendo compañeros, tanto en las últimas formaciones en directo de Extremoduro, como en aquel proyecto en paralelo que se llamó Inconscientes: José Ignacio Cantera a la batería, Miguel Colino al bajo y Aiert Erkoreka al teclado han dicho que sí a esta convocatoria de vuelta a los escenarios. Quien, sin embargo, ha preferido no participar es Jon Calvo, quien se encargaba en dicho grupo de poner la voz principal. El remedio que ha encontrado Iñaki pasa por encargarse él mismo del micrófono, haciendo por vez primera en su carrera como cantante. Acaban de editar un disco, Interpretaciones. Acto 1 (2022) con canciones de toda su trayectoria y está impaciente por salir a tocarlas sobre un escenario. Nos vimos las caras en una de las terrazas de la parte alta del Círculo de Bellas Artes de Madrid en una tarde calurosa de mayo para contarnos sobre su vuelta a la actividad y echar la vista atrás.

Sin querer indagar mucho en los detalles de por qué finalmente no tuvo lugar la gira de Extremoduro, ¿tiene algo que ver el que aquello no saliera adelante para iniciar tu nuevo proyecto?

No, no, por entonces yo tampoco tenía ganas de tocar, preferí quedarme tranquilo, hacer otras cosas.

¿Y cómo recuperaste entonces las ganas?

Vinieron solas. Escuché un disco, y luego otro…

Cuando te juntas con tus antiguos compañeros ¿la idea era reflotar Inconscientes?

Fue el volver a juntarnos para ver si había ganas de tocar, ver qué onda teníamos. Nos juntamos los cinco, nos cogimos un chorizo una botella de vino, una barra de pan y Jon nos dijo que estaba cansado, que tenía un niño pequeño, que estaba metido de lleno en el trabajo (es diseñador freelance en 3D) y que no le apetecía seguir tocando. Así que de los cinco de la reunión seguimos cuatro. Decidimos volver a quedar para tocar nosotros allí en Bilbao.

Entonces te quedas sin cantante ¿no?

Pues así es. La propuesta que me llega en ese momento para hacer una gira más bien larga tiene tres condiciones: Que sea un repaso a toda mi carrera; que el proyecto lleve mi nombre y que yo sea el cantante. Nuestra idea era buscar a alguien que cantara y empezar un nuevo proyecto, pero nos surge esto otro. Las cosas a veces ocurren sin que estén programadas o respondan a ninguna estrategia.

¿Qué has hecho entonces para adaptarte a la nueva situación?

En ese momento no tengo ni idea de cantar y estoy en proceso de aprendizaje. Era el mes de julio y nos dimos tres meses en los que traté de cantar. En septiembre fueron mis tres compañeros los que hicieron de jueces. ¿Qué hacemos? Y dijimos todos de seguir adelante. Al final la decisión fue de ellos.

¿Qué diferencias encuentras con respecto a trabajar como hacías en Platero y Tú, Extremoduro o los mismos Inconscientes?

Con Fito, con Robe y con Jon yo tenía un muy buen complemento. Resumiéndolo mucho porque las cosas nunca son así de simples, ellos traían perlas y yo las tallaba, por decirlo de alguna manera. Ahora tengo que ir yo mismo a buscar las perlas y tallarlas. Lo tengo que hacer yo todo. Todavía no he empezado en ese proceso. Era algo parecido al principio en Platero y Tú en donde yo hacía unos temas, Fito los suyos, luego hacíamos otros los dos porque pasábamos un montón de tiempo juntos. Me había especializado en trabajar las ideas que me traían otros. Ahora tengo que empezar de nuevo. Tomo notas, algo que no hacía desde hace mucho. Yo creo que lo voy a pasar bien. Me lo voy a tomar con calma, porque quiero primero terminar estas interpretaciones. Estoy deseando que llegue ese día para sacar todos esos apuntes que tengo e ideas y empezar a hacer cosas nuevas para nosotros cuatro. Antes había que pensar en canciones para dos guitarras, un cantante con cierta tesitura, una forma de cantar, de tocar, y ahora en cambio es para nosotros Tengo muchas ganas ya de empezar a hacer cosas nuevas.

Aunque os estéis centrado como decías en repertorio de toda tu carrera, empezáis con un tema, “Ya nos veremos” que realmente no es vuestro ¿no?

Ése es un tema que hicieron Kutxi y Alfredo de Barricada, que grabaron para su último disco como a la cola, muy sencillito y que Kutxi quería hacer conmigo para el disco tributo a Boni, pero que al final él me dijo: ¿por qué no lo haces tú y pones así las cartas sobre la mesa? Y por eso está ahí abriendo el disco.

¿La grabación del disco con temas antiguos es entonces una especie de rodaje para empezar el proyecto?

En realidad, la grabación del disco es una consecuencia de la gira de la que te hablo. A mí me gusta pensar que las cosas hay que ir interpretándolas según van viniendo. Yo considero que estoy haciendo un cimiento, una base del nuevo proyecto. Además, es una manera de hacer las cosas que está bien: Aquí estamos, sonamos así y esto es lo que he hecho yo durante estos últimos 30 años. Y sobre eso y el primer disco construir lo que es el proyecto en sí a partir de una base con la que se sepa quiénes somos y todo el tiempo que llevamos tocando juntos los cuatro.

Imagino que lo afrontas con toda la ilusión del mundo

Me lo estoy pasando muy bien recuperando canciones que hacía mucho que no tocaba. Además, seguiré grabando una cada semana. En algunas habrá más matices y cambios respecto de la original porque nos dará la gana y en otras habrá menos. Será nuestra forma de ver esas canciones hoy. Cualquier músico que grabase el mismo disco dos años más tarde, no lo haría igual que en la versión original. Ésa es la parte divertida del proceso

Dame detalles de cómo grabáis el disco

El disco lo grabamos en mi casa. Ya los últimos discos de Extremoduro y de Inconscientes se grababan siempre allí. Se pergeñaban, se maquetaban, se arreglaban, grababan, mezclaban y masterizaban en mi casa. Este disco se podía haber hecho completo en pijama perfectamente.

¿Qué tiempo os ha llevado?

Bueno, la verdad es que hemos arrancado tarde. Lo que había anunciado era eso de grabar una canción a la semana y que es lo que trataré de hacer. Esa canción va a ir cayendo a las plataformas rellenando cada disco. Cuando ya esté completo según lo consideremos cerramos el cuaderno, a la estantería y por uno nuevo.

Con todo intuyo que lo que te pide el cuerpo es el cara a cara con el público que no se ha podido tener con la pandemia

Todas estas Interpretaciones vienen, claro, a colación de la famosa gira. Vimos enseguida que se iban a plantear enseguida unos conciertos y que los que se quisieran plantear venir a vernos no tenían esa referencia para saber cómo íbamos a sonar. No tenía dónde acudir. A ver cómo tocan estos, a ver cómo canta este tío. Era nuestro deber crear una referencia. Ése es el motivo de estas Interpretaciones. Es un disco que viene colgando de esta gira.

¿Te ves explorando cosas con este proyecto diferentes a las que hacías en otros contextos, tocando con Rober o con Fito? no hubieras hecho? ¿Vamos a descubrir un Uoho que hasta ahora no conocíamos?

Podría ocurrir, ¿por qué no? A ver, Platero era una banda de rock divertido, nos lo pasábamos en grande, los recuerdos que tenemos son buenos. En Extremoduro cabía mucho más. Podíamos hacer una balada, o una cosa bestia, un tango o poner a unos mariachis imaginarios a tocar unas trompetas. Cabía de todo. Cuando haces música creo que debe poder caber de todo. Puede salirte un disco entero de blues o canciones diferentes en un marco conceptual. Puede haber canciones de rock con una cosa muy extraña. Lo que salga ya veremos, pero es importante empezar abierto. Que pueda ocurrir cualquier cosa.

Déjame preguntarte algo que no tengo claro del todo: ¿Cuándo entras exactamente en Extremoduro? Porque en ¿Dónde Están mis Amigos? ya se te menciona en alguna canción.

La cronología de los hechos no fue la misma con la que salieron los discos. El primero que salió hecho por mí, si no recuerdo mal, fue Agila (1996) y luego Pedrá (1995). Luego los demás. Toco una canción con Extremoduro del Dónde Están mis Amigos (1993) con aquella banda efímera que tuvo Rober. Pero como te digo la cronología real fue que hicimos Pedrá antes y que nadie la quería. Ninguna discográfica parecía quererla. Había un sello vizcaíno que sí lo quería, pero no pagaba el estudio. Bueno, mejor dicho, dijo que sí lo pagaba, pero luego no lo hizo. Simultáneamente Rober sacaba Dónde Están mis Amigos. Luego hacemos Agila, pero creo que incluso antes hicimos lo que se llamó Rock Transgresivo. La maqueta que tenía Rober la volvimos a regrabar, meclar, remasterizar. Nos dijeron que si poníamos Extremoduro en la portada para identificar a los cinco que éramos (Gari, Diego Selu, Rober y yo) lo sacaban ellos. Y eso hicimos, y aunque era algo en paralelo terminó firmado por Extremoduro. Ten en cuenta que éramos gente de cinco grupos distintos: Reincidentes, Platero y Tú, Extremoduro, Quemando Ruedas y de Quattro Clavos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

¿Por aquel entonces Platero había parado o cómo hacías?

No, lo que pasa es que en aquel tiempo yo estuve simultaneando porque con Rober yo me empecé a llevar bien enseguida, y hacía estas cosas que te cuento con él. Entonces o me enviaba al mánager a un concierto de Platero o me convencía él para que fuera a tocar a conciertos con él. Yo decía: “pero si no me sé las canciones”. “¿Tú?” me decía, “ven y toca ahí”. Era así. El mismo Agila salió así, me vino a buscar después de un concierto nuestro y me lleva a Granada. Allí con su banda de entonces y un ocho pistas de entonces, cuadernos y los medios de entonces, dimos forma al disco para luego llevarlo al estudio. Poco a poco cuando me quise dar cuenta estaba currando con los dos grupos a la vez. Entonces el sistema que adoptamos fue: el año que sacaba disco con un grupo, giro con el otro. Y al año siguiente a la inverso. En el 1996 hicimos una gira conjunta muy divertida Platero y Extremo. A partir de ahí seguimos hasta que se acabó Platero, Fito se independizó y yo me quedé trabajando sólo con Rober, y luego lo que ya todos sabemos. La década de los 90 fue muy intensa.

Cuando echas la vista atrás imagino que te sentirás satisfecho, se trata de dos proyectos que no son dos grupos cualesquiera.

Sí, sí, claro, no fueron dos grupos cualesquiera, pero empezaron siéndolo. No éramos nadie, tocábamos en salitas, no teníamos dinero para bocadillos, para llegar luego a donde llegamos.

Pero es que además en ninguno de los dos casos hacíais rock and roll ligero e intrascendente.

En cada proyecto no sabes qué vas a hacer en un principio, ni lo que vas a vivir. Terminas viviendo lo que te toca vivir. Efectivamente Rober no era nada conformista. Tanto Platero como Extremo en aquellos años aspirábamos a poder ganarnos la vida tocando, que no era poca cosa. Y finalmente lo conseguimos con creces. Hemos vivido muy bien. Hemos tenido años de reconocimiento y buenos ingresos. No quiere decir eso que yo piense que esto tiene que ser así siempre. Ahora mismo la ilusión y la meta es la misma. Trabajar y tocar de manera que los músicos y los técnicos que estamos podamos trabajar y vivir de ello. Yo prefiero tocar para cien personas que les guste mucho que para diez mil que estén de charla.

 

Texto: Tomás González Lezana

 

 

 

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