Encuentros

Rolling Blackouts Coastal Fever, letras tristes y sentimiento veraniego

Black Rolling C.F. regresan al ruedo de los festivales con el Tomavistas (Madrid, 20 de mayo) como primer escenario tras el aislamiento pandémico. Y lo hacen con Endless Room (Sub Pop), un disco de contrastes entre guitarras coloridas y mensaje acre; un elepé, en definitiva, condicionado por ritmos de trabajo distintos a los habituales. Joe White (guitarra, voz), al otro lado de la pantalla.

Balanceando las letras y la música, la primera palabra que me viene a la mente es agridulce.

Completamente de acuerdo con la idea de que este es un disco agridulce. Es diferente al resto, ya que ha estado dictado por el aislamiento, compuesto por nosotros de manera individual en casa, no por el conjunto de la banda, como acostumbramos. Luego, empezamos a grabarlos entre toda la banda, sacando todas las diferentes piezas a relucir en el estudio. Ha sido un proceso ecléctico pero libre.

Resulta un tópico, pero analizando los títulos y leyendo las letras hay mucho contraste- Dive Deep, Open your window…-habláis de la suerte de vivir en un sitio determinado pero, de repente, tu suerte puede cambiar por un conflicto.  Escribisteis el álbum antes de la guerra de Ucrania, ¿tiene más sentido el mensaje de tus canciones?

Sí, sin duda. La guerra de Ucrania es algo horrible que lo sufren sólo sus ciudadanos. En Australia en este sentido somos un poco hipócritas, porque acogemos refugiados, sí, pero dependiendo de dónde vengan, Si son ucranianos, blancos, los recibimos con los brazos abiertos; por contra si son de Iraq o Siria, no lo hacemos. En definitiva, la suerte no la elegimos nosotros sino la élite.

En el video de The Way it Shatters sales del agua en bucle y llegas a una casa donde se suceden diferentes escenas, que van de la felicidad a lo inquietante. ¿Tiene una analogía con lo que comentamos de los refugiados?

Es más bien un sueño. el protagonista no sabe quiénes son los de la casa, y por eso esa sensación de extrañeza; en mi caso, por suerte, no puedo hablar por boca de los refugiados, aunque entiendo que puede ser interpretado así, pero nunca he sido uno y no pretendo parecer quien no soy.

Hablando de agridulce, ¿crees que este es un sentimiento compartido entre la sociedad?

Si, creo que sí. Desde que era joven, recuerdo el mundo ya como un gran problema. El tiempo pasa, y 30 años más tarde no ha cambiado nada. En nuestro caso, el Gobierno de Australia apoya las emisiones de co2, no pone atención al cambio climático, ni a las energías verdes.. ves que poco a poco se va deteriorando el lugar donde vives sin poder hacer nada, y la mentalidad que teníamos cuando éramos jóvenes en pla, “ya lo arreglaremos mañana” no ha cambiado. Es todo muy triste; todo el mundo puede ver que las cosas se van desmigando.

Hablando de Melbourne, ¿crecer en esta ciudad te ha ayudado a tener más sensibilidad, más espíritu crítico alimentado por su actividad cultural?

Melbourne es frio, no tanto como por ejemplo Minnesota, y por eso la gente pasa mucho tiempo junta en casas-bares-, y nosotros, por tanto, hemos pasado mucho tiempo en concierto, viendo a artistas, a una nueva generación de influencias e inspiraciones. Vivimos en una buena comunidad, es una atmósfera que inspira a una nueva generación que apoya la música, y en eso tenemos suerte. Pero estos contextos políticos y sociales pueden suceder en cualquier sitio.

Hace poco que ha muerto Chris Bailey, de los Saints.

Escuchaba a los Saints sobre todo cuando era joven e influenció a mi sensibilidad punk rock. Aunque lo intentamos, nunca pudimos versionar ninguna de sus versiones porque eran demasiado perfectas. Tenía la voz ideal para su música. En resumen, es una gran pena su pérdida, nos ha dado mucho.

Parece que la generación de nuestras referencias musicales se está desvaneciendo. ¿Habrá relevo, sustitutos en de estos iconos?

Siempre hay algo nuevo, algo que proviene de tiempos diferentes. Siempre habrá sustitutos, ya que estos son tiempos muy distintos a otros en los que se concentraban determinados iconos musicales. Hay mucho más donde elegir que antes, puede haber influencias en cualquier sitio, no importa los grandes o pequeños que estos sean. De hecho, hay un tipo tocando la guitarra en Melbourne en la calle que es una gran influencia para nosotros.

Tenemos el dilema de aceptar el mundo de hoy intentar cambiarlo, pero con un desgaste. En vuestro caso, estáis en el circuito de festivales, que no es fácil estar ahí, transmitiendo un mensaje crítico en un ambiente de fiesta.

Como banda intentamos hacer música que guste a la gente, no cambiar el mundo. Hay muchos artistas que lo intentan, pero siento que no es lo nuestro, no es ser revolucionario sino estar juntos en una habitación y ser creativo; luego, hacerlo delante de la gente y disfrutarlo. La mejor manera de cambiar la mentalidad o enganchar la gente es mediante la fiesta, porque generas buenos sentimientos y así probablemente recordarán mejor lo que les hemos intentado trasmitir, ayudándoles a reflexionar. Nuestro principal objetivo es hacer que la audiencia disfrute de nuestra creación; si ayuda a cambiar imaginarios, perfecto.

Tocáis en Tomavistas y a partir de ahí, ¿qué plan tenéis?

Empezamos la gira en Madrid, es la primera vez que salimos de Australia. Luego iremos a Gran Bretaña, Europa, al Primavera Sound de Barcelona, volveremos a Australia y luego iremos a EE. UU. No sé muy bien lo que nos deparará el destino (risas).

 

Texto: Álvaro Fierro & Mali Towers

 

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