El bueno de Kiz ha aprendido, tarde pero aprendido, nuevas técnicas de mercadotecnia. Treinta años de su segundo álbum como solista, superior de todas, todas, a su predecesor Talk Is Cheap, y de canciones incontestables como «Eileen», «Hate It When You Leave» o «Wicked as It Seems», a la altura de sus grandes clásicos sustentadas por el talento de una banda de ensueño, unos X-Pensive Winos en estado efervescente. Y un enorme abanico de posibilidades para el comprador, casi mareante. Reedición en vinilo respetando el contenido original remasterizado precisamente por Steve Jordan, el nuevo batería Stone. Reedición en doble CD que incluye un apabullante concierto londinense en el Town & Country Club de la capital británica. Y boxset de lujo casi asiático repleto de las típicas golosinas que hacen que los fans y coleccionistas se deshagan, ya saben, púas, libro fantásticamente editado, repros de pases y papelería varia… y por algo más de gasto, firmado por el riff humano. En uno u otro formato, a pasar por caja de forma obligada.
ALFRED CRESPO