¿Se puede vivir del amor? la respuesta es sencilla, ya la daba hace unos años un tal Calamaro. Aun así, en muchas ocasiones tenemos que dejarnos guiar por nuestro corazón, seguir nuestros sueños, aunque nos caigamos con todo el equipo. Así es la vida, o al menos la manera que yo tengo de entenderla.
Con esta filosofía y mucho rock & roll nacieron los Drugos. Un conjunto asturiano que en el 2018 decidieron coger sus instrumentos y venirse a Madrid a probar suerte, a seguir su camino. Tras varios elepés, unos cuantos conciertos y muchas horas de ensayo, hace unos meses nos presentaron su álbum debut, Amor o Dinero. Un disco que nos demuestra la fuerza que sigue teniendo el rock iberoamericano.
Todo un placer hablar contigo Jano. Enhorabuena por vuestro disco debut, una maravilla. Para empezar, ¿quiénes son los Drugos?, ¿cómo surgió este proyecto?
Los Drugos somos Luis ( guitarra), Nacho ( bajista) , Alex ( batería) y un servidor a la voz. Comenzó un poco de casualidad. Como muchos grupos empezamos a escribir canciones y a grabarlas de forma muy precaria, cuando nos quisimos dar cuenta teníamos un EP y un proyecto musical por el que queríamos apostar. De esta historia hace ya cuatro años, cuando publicamos Mala Puntería.
Los Drugos surgen en Gijón allá por el 2017. Después de dos elepés, acabáis de presentar vuestro álbum debut, Amor o Dinero. ¿Qué queréis expresar con vuestra música?
En realidad, empezamos a tocar en el 2018. Ese primer año estuvimos principalmente por Gijón, aunque dimos algunos bolos por Madrid. A partir de ahí, ya nos asentamos todos los miembros en la capital y empezamos a currar a fondo en el grupo.
Buscamos emocionar con nuestra música, es muy bonito que haya un proceso de comunicación entre el oyente y el conjunto. Nosotros siempre hemos estado al otro lado de la barrera en este proceso y no veas que satisfactorio es hacerlo desde el punto de vista del artista. Nuestras letras buscan transmitir algo, emocionar no es solo que una canción te haga llorar son muchas cosas. Hay que ser explícito y hacer las cosas con sentido.
Durante todos estos años habéis cultivado un directo muy cuidado. Si no recuerdo mal lleváis ocho sold out consecutivos y acabáis de presentar este trabajo en la Sala Galileo Galilei. ¿Teníais ganas de llegar a un momento así?
El momento más espectacular fue el último de todos. Es cierto que siempre mola decir que has agotado todas las entradas y demás. Al final, y siendo sinceros, era por tema de restricciones del covid. Uno de los que más ilusión nos ha hecho es el de la Sala Siroco porque no nos lo esperábamos, incluso había gente en la entrada que quería pasar y no podía debido al aforo.
Es algo increíble que nos hace una ilusión enorme, pensar que canciones que grabamos en la casa de los padres de Luis las íbamos a poder cantar cuatro años después en una sala abarrotada pues no te lo imaginas, y mucho menos presentar nuestro primer disco en Galileo.
El propio título del álbum es una reflexión sobre las dificultades que suponen en este país dedicarse a la música.
Tal cual, es una reflexión sobre las dificultades de este trabajo. Seleccionamos ese título porque, además de que suena potente, casi todas las canciones están relacionadas con esas tres palabras. Nuestra idea es apostar por lo que más te llena, lo que te llegue al pecho. Sabemos que es muy difícil sacar proyectos adelante, pero vamos a seguir intentándolo.
Antes, igual era más fácil poder vivir de la música, aunque nunca ha sido sencillo había más opciones para vender discos y hacer conciertos, ahora todo ha cambiado un poco. En cierta manera, ahora tienes las ventajas de las redes sociales, aunque son un arma de doble filo. Por un lado, parece que tienes que estar sacando contenido continuamente, tienes que manejar mil campos. Por otro lado, es más fácil conectar con tus oyentes y llegar más lejos. Incluso, gracias a aplicaciones como Spotify, puedes ver en qué ciudades eres más escuchado, pudiendo organizar conciertos en esos sitios. Ha cambiado la manera de jugar, tenemos que aprovechar los beneficios que nos aportan y sortear las dificultades que nos plantean.
¿Cómo fue el proceso de composición y maquetación de Amor o Dinero?, ¿os afectó mucho la cuarentena?
No lo olvidaremos nunca. Nuestro segundo EP, Todos Tenemos Problemas, salió justo a principios de febrero del 2020, lo presentamos en la ya desaparecida Sala Costello e hicimos una pequeña sesión en Gijón, unos días después fue cuando se produjo el encierro general.
Esos meses aprovechamos las redes sociales para estar activos, también subíamos muchos vídeos y empezamos hacer una miniserie de canciones. La cosa era estar activos, nos ayudaba mucho. Algunos de los temas de este trabajo fueron escritos durante la cuarentena.
Todos los trabajos que hemos presentado los hemos producido entre nosotros, pasando por todos los estilos que nos encantan.
Vuestra música bebe mucho del rock clásico, la americana y el rock en castellano tan descarado de Coque Malla, Tequila o Jaime Urrutia.
Cada uno de nosotros tiene sus propias referencias. Nacho y Alex beben más de la música indie o alternativa, Luis del Jazz o el rock americano y yo , sobre todo, del rock español clásico. Todos esos artistas que mencionas nos han influenciado una barbaridad, diría que nuestro punto en común es el rock de los setenta a todos los niveles y en cuanto a textos el rock en español, en el que incluyó el rock argentino que es una de mis grandes referencias.
El rock en argentina es otra realidad, tanto los artistas como los oyentes lo viven y lo disfrutan con otra mentalidad. Conciertos como los de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota han movido a más de 70.000 personas, una auténtica locura.
No es comparable, es cómo el fútbol. Tu escuchas la canción en directo de «El Salmón» de Andrés Calamaro en Argentina o en España y es que no tiene nada que ver. Allí el público es otro instrumento más, los solos de guitarra se corean como si fueran himnos. Precisamente en la canción «JI JI JI» de Patricio Rey se pueden hacer los pogos más grandes del mundo, una locura como lo bailan. Vamos ojalá eso pudiera pasar con una canción de Drugos, total soñar es gratis.
Una de las canciones que más me ha sorprendido de este trabajo es «Vuela», una canción más ligada al sonido del rock sesentero, en la que además colaboráis con Nebraska.
En este trabajo hemos tratado el amor desde diferentes prismas. Esta canción, que igual no tiene que ver tanto con lo que venimos haciendo, es un canto a la vida, a la luz y a la alegría. Como bien dices está muy influenciado por ese toque de los Beatles. Hemos intentado hacer una especie de bucle con ella, por eso decidimos contar con los colegas de Nebraska.
En el fondo, el track del disco está armando para que se escuche desde el principio hasta el final, esta canción supone un reposo. Hay canciones más eléctricas y después otras más pausadas.
Una de esas canciones eléctricas es «Puntos Cardinales», uno de vuestros temas más escuchados y que representa perfectamente vuestro estilo y lírica.
Muchas gracias, la verdad es que ha tenido muy buena acogida esta canción. Este tema representa el rock & roll que nos encanta a los cuatro. Aunque haya canciones de otros estilos, este es el palo del que partimos.
Ha sido todo un placer hablar contigo Jano. Por último, ¿qué significa la música para vosotros?
Depende a quien le preguntes. Los cuatro pasamos por caminos diferentes, aunque tres de nosotros pasamos por el conservatorio clásico. Yo he llegado aquí gracias a ver los videos de mis ídolos como Mark Knopfler, de verle tocar la guitarra y casi ponerme a llorar. Ahí es cuando dije yo quiero dedicarme a esto.
En la música hay mucho romanticismo, en el fondo estamos pensando en la música constantemente. Para nosotros es un lenguaje, un medio de expresión del que no podemos prescindir. Es algo mucho más que una profesión, disciplina o hobby.
Texto: Víctor Terrazas
