Encuentros

!!! (Chk Chk Chk), esto es solo un juego

La banda innombrable actuó en Madrid el pasado 30 de abril en Madrid para presentar “Let It Be Blue”(Rough Trade, 2022), su noveno álbum de estudio. Y sí, las tres exclamaciones siguen siendo una fiesta.

Hay conciertos de los que, por lo que sea, uno apenas recuerda una canción y, sin embargo, años después aún a uno le saca una sonrisa y una agradable sensación. La primera vez que el que escribe estas líneas vio a !!!  (o Chk Chk Chk, como se les conoce) descubrió a una banda de la que no tenía constancia alguna. Desde ese concierto, el que escribe estas líneas no ha dejado de verlos si coincidían en algún festival. Tocara quien tocara de forma simultánea.

La banda liderada por Nic Offer lleva casi tres décadas paseando su legado por todo el mundo, aunque, como el propio cantante reconoce, solo  en los últimos doce ha decidido tomarse en serio esto de la música. Pero solo un poco, porque cualquiera que haya visto a estos tíos en directo querrá creer que de verdad el grupo californiano se toma algo en serio. Chk Chk Chk se ha forjado una identidad basada en la parranda constante, con el baile como eje central de su trayectoria.

Hablamos con Offer y con Rafael Cohen –miembro mexicano de la banda- en una terraza del centro de la capital. Llueve y hace frío, pero qué más da. Esa misma noche van a poner patas arriba el Teatro Eslava y ahí no habrá tiempo invernal que valga.

¿Cómo os sentís tras la grabación de vuestro nuevo álbum?

N.O.: Como un torbellino. La propia grabación del álbum fue un torbellino. Siempre parece que al terminar un disco estamos preparados para hacer otro de forma inmediata. Es una sensación increíble a la par que dura, como dar un largo y costoso paseo en bicicleta. Ahora nos encontramos sentados en un verde prado, jadeando y secándonos el sudor, pero descansando al fin.

R.C.: A mí siempre me parece un logro acabar un álbum. Resulta muy confortante hablar de algo que está terminado, en lugar de algo en lo que todavía estamos trabajando.

¿Cómo ha sido todo el proceso de composición de Let It Be Blue? ¿Cómo han afectado estos años difíciles a su resultado final?

N.O.: Compusimos la mayor parte durante la pandemia, así que no podíamos reunirnos para tocar, por lo que prácticamente todo el disco se hizo compartiendo música a distancia a través del ordenador. Eso fue muy diferente a lo que estábamos acostumbrados, porque en ningún momento nos reunimos en una sala.

El disco vuelve a tener el estilo y el sonido que tanto os caracteriza, pero quiero destacar a “Normal People”, la canción que abre el álbum y que es un verso libre. ¿Cómo encaja en todo el álbum?

N.O.: Creo que es una manera clásica de presentar un álbum. Nos pareció una buena idea abrir con “Normal People” porque es una especie de cuento, alejada de la música bailable con la que se nos asocia. Creo que con la música de baile siempre hay esta idea de que no trata de nada. La música bailable tiene la mala fama de considerarse como una de las formas más banales de hacer música, cuando el simple hecho de bailar una canción representa su espíritu.  De ahí que quisiéramos abrir con una canción distinta y cuyo título hace referencia a toda esa gente corriente que siente la música.

R.C.: Sí, y creo que pretendíamos decirle a la gente que el disco va a ser diferente. Podríamos haber escondido la canción en medio del álbum, y quizá hubiera pasado desapercibida, así que queríamos que fuera lo primero que escucharas para que la reacción fuera: “un momento,  nunca hemos escuchado esta faceta de Chk Chk Chk, ¿será algún tipo de broma?”.

Sois el perfecto ejemplo de que canciones alegres y bailables pueden tener letras tristes. ¿Os resulta sencillo mezclar ese contraste de sensaciones?

R.C.: Trabajamos mucho en las letras, así que es bueno que las menciones. No sé si alguna vez pienso en las letras como algo triste o no. Simplemente escribimos las letras que nos salen e intentamos que funcionen lo mejor posible, lo que ya es bastante difícil.

N.O.: Creo que la música, de alguna manera, para mí, es la que sugiere las letras. En mi caso, nueve de cada diez veces la letra viene después de la música, porque los colores, los tonos y los sentimientos de la música son los que me inspiran. No sé cómo pueden encontrarse estos dos elementos aparentemente contradictorios, pero solo puedo asegurarte que escribo en función de lo que me transmite la música.

R.C.: Al final la música es totalmente interpretable. Lo que a uno le evoca felicidad, a otro le evoca tristeza. Nosotros simplemente tratamos de buscar un equilibrio para que al escuchar una de nuestras canciones una persona pueda permitirse decidir qué quiere sentir.

Uno de vuestros mayores valores es vuestro enérgico directo. Hoy actuáis dentro de una gira particular, pero se os suele catalogar como “grupo de festival”. ¿Afrontáis de forma distinta una gira en solitario con la forma en que salís a actuar a un festival?

N.O.: Creo que nuestros shows en clubes son tan emocionantes porque es como vernos en un festival, pero en una sala estrecha y pequeña, mucho más íntima. Y a su vez creo que somos tan buenos en los escenarios de los festivales porque nos lo tomamos como si estuviéramos en un pequeño club. Así que no diría que el espectáculo cambia realmente. Los cambios más relevantes, en mi caso, tienen que ver con el tamaño del escenario. Intento utilizarlo todo y si es un espacio pequeño y estrecho, intento, ya sabes, meter mis pequeños movimientos en ese espacio (risas). Es verdad que hay veces en que una canción me pide hacer movimientos que el tamaño del escenario me limita, pero por lo demás no cambia demasiado.

R.C.: No somos el típico grupo que copan los setlists de los festivales de grandes éxitos.  Es un público más amplio, sí, pero creo que somos mejores cuando estamos entusiasmados con lo que tocamos. Así que sólo vamos a tocar las cosas que más nos entusiasman y que sentimos que van a funcionar mejor. Sé que algunas bandas solo tocarán sus canciones más conocidas en esa media hora o una hora que dura su actuación en un festival, pero nosotros preferimos hacer lo que queremos y cuando lo queremos, y creo que eso la gente lo percibe, ¿no?

Sin ninguna duda. Son varias las veces que habéis venido a España. Recuerdo la primera vez que os vi hace 7 u 8 años en el BIME de Bilbao y, siendo honesto con vosotros, no recuerdo más de dos o tres canciones, pero lo que siempre rememoro  es el ambiente. El conjunto por encima de canciones sueltas. Y sé, por gente con la que he hablado, que esa sensación no es solo cosa mía. ¿Es cosa del público español o siempre os suele pasar esto?

N.O.: La gente asocia recuerdos y sensaciones y eso es genial. Nosotros simplemente tratamos de conectar con el público tanto como podamos, independientemente del país en el que estemos. No es que sea el mismo espectáculo, pero también es muy cierto que la conexión que tenemos con el público español es mucho más fuerte que con otros públicos. Y es muy fácil conectar con el público español porque su forma de ser y de disfrutar en los conciertos es algo que conecta de forma orgánica con nuestro show. Estoy seguro de que, por ejemplo, hay una razón intangible por la que Jerry Lewis es grande en Francia o quizá sea simplemente por cultura, no lo sé (risas). Te voy a confesar una cosa: ha habido ciertos momentos en los que hemos estado escribiendo una nueva canción, y cuando estábamos en ello, alguien sugirió “oh, esto es idóneo para un festival español”. Siempre nos sentimos cómodos en España y disfrutamos los conciertos de una forma muy particular, así que espero que siga siendo así por muchos años más.

Al pensar en algunas de vuestras letras y en el efecto que produce, por ejemplo, la anteriormente mencionada “Normal People”, me pregunto si alguna vez habéis temido que vuestra identidad alegre y fiestera influya en que se os etiquete como “banda de festival”, que no se os tome todo lo en serio que en algunas letras pretendéis mostrar.

N.O.: Hemos aprendido en este punto que sólo tenemos que sentirnos feliz por observar que la gente sale emocionada de nuestros conciertos. He visto a muchas bandas discutir por cómo serán recordados o por cómo se han encasillado y me parece que es absurdo porque es imposible controlar lo que opine la gente. Al final todos tenemos como dos frases que podemos decir sobre cada banda cuando estás tratando de describir lo que son. Tienes que trabajar muy duro para conseguir que la gente cambie más de tres palabras en esas dos frases. Así que sí, creo que hemos trabajado para cambiar esas dos frases sobre nosotros, pero ha sido un largo tiempo para provocar que sea algo diferente. Somos conscientes de que la mayoría del público incluirá en esas dos frases sobre nosotros que somos una gran banda de festivales. Y nos parece genial.

El hecho de que seáis consideradas “la banda más difícil de buscar en Google” me parece un  gran acto de rebeldía nostálgico y anticomercial, ¿podéis contarme algunas de las reacciones más originales que hayáis vivido ante esto, sobre todo con los fans más jóvenes que han crecido con internet?

R.C.: Bueno, cada cinco o seis meses leo en Twitter la típica encuesta que pregunta: ¿cuál es el nombre de banda más impronunciable y extraño? Y siempre salimos nosotros.  Es gracioso comprobar cómo la gente se pregunta cómo mencionar tres signos de exclamación. Me gustaría decir que fue un acto rebelde y premonitorio que surgió antes de que la tecnología estuviera en nuestras vidas, no te voy a engañar.

N.O.: Pues yo te diría que sí que fue rebelde y que comenzó como una manera de ser original. Anticomercial no porque no nos conocía nadie cuando empezamos (risas), aunque queríamos ser una de las bandas más populares de la Costa Oeste. Jamás me he arrepentido del nombre que pusimos a la banda y nunca he visto una alternativa mejor, así que estoy muy orgulloso tanto del nombre como del debate que generamos.

Quizá, así como idea loca, podéis hacer como Prince, y que se os conozca como “La banda anteriormente conocida como la banda de nombre impronunciable -o la de las tres exclamaciones-”

R.C.: (Risas) No es mala idea, el problema es que él pasó de una palabra a un símbolo y nosotros ya somos un símbolo al que hemos tenido que definir con palabras…

También es verdad. Tengo un par de cuestiones más. La primera es que sois una banda que ha evolucionado constantemente hasta tener una identidad muy definida. ¿Qué objetivos os marcáis en los próximos años? ¿Qué os gustaría hacer que aún no habéis hecho?

N.O.: Bueno, creo que siempre estamos probando nuevos caminos, porque es emocionante no saber nunca cómo va a sonar un nuevo disco. Es genial tener algunas cosas en marcha y no saber realmente lo que va a ser al final. Pero creo que, de alguna manera, sabíamos que con la pandemia todo sería diferente este nuevo álbum. Nosotros trabajando con el ordenador y el intercambio de archivos iba a hacer que este disco suene diferente. Y también necesitamos ese fundamental tiempo que hará que el disco después de eso sea diferente cuando seamos capaces de volver a ser una banda. Es emocionante para mí porque siento que he aprendido mucho. Hemos aprendido a hacer un disco en un ordenador. Y ahora, cuando apliquemos esos conceptos a nuestros conciertos espero que haya algunos resultados realmente interesantes. Sin embargo y como te he dicho al principio, estoy impaciente por trabajar en el próximo disco, que será aún más original y sorprendente. No creo que empiece con una canción acústica de nuevo, pero ¿quién sabe?

Por último, después de casi 30 años de carrera, ¿qué consejos daríais a las bandas emergentes en tiempos donde todo es música a la carta y hits?

R.C.: Bueno, mi consejo es que tienes acceso a todas las canciones que se han hecho y puedes  escuchar una innumerable cantidad de música para mantenerse al día tanto como sea posible. Quiero decir, no tenemos ningún control sobre cómo la música se consume realmente, pero podemos acceder a unos datos a los que nunca antes podíamos tener acceso y eso nos ayuda a nosotros a mantenernos comprometidos con nuestros oyentes. Obviamente, la tecnología es extraña, distópica y aterradora, pero las nuevas bandas pueden acceder a una cantidad de información infinita, y eso es una herramienta muy eficaz si se aprovecha bien.

N.O.: En cuanto a la industria se refiere, siempre está en constante cambio. No hay problema porque haya plataformas donde escuchar música, como no hubo más problema porque el formato cambiara del 78rpm al 45rpm y de ahí al CD. Solo importa lo que uno hace con alma y emoción. El resto llegará solo. Muestra amor por la música y olvídate de cosas que no puedes controlar. No te dejes atrapar por eso. Si amas la música, entonces sólo sigue a ese sentimiento, eso es lo único por lo que tienes que preocuparte. Si amas la música, y estás haciendo música que amas, entonces realmente no te va a importar una mierda si eres un exitoso o no.

*Una más, si volvierais atrás en el tiempo, ¿hubierais hecho algo de forma distinta?

N.O.: Creo que me hubiera gustado trabajar más duro al principio. Siento que no empezamos a trabajar duro hasta hace más o menos doce años. Ese es uno de los remordimientos que tengo, dado el momento en que estamos ahora.  Realmente no tengo muchos enfoques alrededor de la banda porque intento no tomármela demasiado en serio. Evidentemente, vivimos de ella y es nuestro día a día, pero tratamos de disfrutar siempre y no agobiarnos demasiado por practicar más o menos. Al final lo mejor de estar en una banda es conocer a gente impresionante, conocer lugares que nunca pensaríamos y pasar un buen rato rodeado de buenos amigos. Esta es nuestra fuente inagotable de inspiración, y no creo que cambie nunca.

Texto: Borja Morais

Fotos: Salomé Sagüillo

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Contacto: jorge@ruta66.es
Suscripciones: suscripciones@ruta66.es
Consulta el apartado tienda