Han producido un disco superlativo. Es de esas raras ocasiones en que un álbum refleja una manera de sentir, un tiempo, un estado de ánimo. Lo de Biznaga no es un disco, es la radiografía de una generación, es la disección de una época en unos cuantos acordes, y eso está al alcance de muy pocos. Ha habido otras bandas que han sabido retratar en canciones urgentes e inmediatas el ánimo de su momento vital, pero han sido escasas. Bremen No Existe posee esa capacidad de generar himnos que gritar rodeado de los tuyos, y que, a la vez, te hacen morderte la lengua; canciones que te levantan anímicamente y te duelen, y que solo podrían pertenecer a 2022. El futuro es nuestro y está perdido al mismo tiempo; nihilismo y ansia de vivir cruzados en diez temas espectaculares. Biznaga han compuesto el «Garageland» del siglo XXI, aderezado con rabia, con desesperación, con talento, con lágrimas contenidas y con energía infinita. Es de esos discos compuestos para quienes pensamos que la noche es nuestra. Bienvenido si eres de esa clase.
ESTEBAN HERNÁNDEZ